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Santa Maria Del Mar
© Karl Blackwell / Time Out

A pie por la Barcelona del comercio medieval

Recorremos la parte medieval de Barcelona

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Empezamos en la plaza de l’Àngel, donde estaba situada la plaza del Blat (mercado del trigo) y cruzamos Via Laietana hasta llegar a la calle Bòria, que sigue hasta la pequeña plaza de la Llana, que alude al que fuera el antiguo centro de comercio de lana. Los callejones de la izquierda llevan los nombres de comerciantes de alimentos: Mercaders, Oli (aceite) o la calle Semolers (donde se hacía sémola). Una vez cruzada la plaza, sin embargo, los nombres cambian a Corders (los fabricantes de sogas) y Carders (donde se cardaba la lana).

En el punto donde los nombres cambian, encontramos la Placeta Marcús, con una pequeña capilla románica del mismo nombre construida a principios del siglo XII. Si seguimos un poco más por la calle Carders llegamos a la plaza de Sant Agustí Vell, con elementos arquitectónicos que se remontan a la edad media. Entramos en la calle Basses de Sant Pere que nos conduce, a su izquierda, a una casa del siglo XIV.

Retrocedemos hasta la calle Carders y giramos a la izquierda en la calle Blanqueria, donde se lavaba la lana antes de ser hilada. En la calle Assaonadors (“curtidores”) giramos a la derecha y, detrás de la capilla Marcús, encontramos la estatua de Sant Joan Baptista, patrón del gremio de los curtidores.

Estamos ahora en la parte alta de la calle Montcada, que por sí misma es una calle preciosa y es además donde se encuentran algunos de los mejores museos de Barcelona. Después de cruzar la calle Princesa, el primer palacio medieval de comerciantes que encontramos es el Palau Berenguer d’Aguilar, que alberga el Museu Picasso y que ocupa otros cuatro palacios más. Enfrente encontramos uno de los palacios más grandes y majestuosos, el Palau dels Marquesos de Lió, que actualmente alberga el Museu Tèxtil, y que cuenta con una elegante cafetería.

Bajamos esta calle unos metros y a la derecha encontramos la calle Sombrerers. Al otro lado de la calle descubrimos la calle más estrecha de Barcelona, la calle de les Mosques, que actualmente está cerrada para evitar los actos incívicos. La calle Montcada termina en el paseo del Born, centro del comercio de la ciudad desde hace 400 años. Giramos a la izquierda y encontramos la calle Flassaders (manteros) y a la derecha la calle Rec, donde se encontraba el antiguo canal de riego. La bajamos y giramos por Esparteria, donde se tejía el esparto. Entre los callejones laterales cabe destacar la calle Calders, donde se albergaban las calderas de fundición y la calle Formatgeria, donde se hacía queso. Después viene la calle Vidrieria, donde el cristal se almacenaba y se vendía. La calle Esparteria desemboca en la calle Ases, que se cruza con la calle Malcuinat (“mal cocinado”). Abandonamos los antiguos callejones girando a la izquierda en la calle Espaseria (espadería) y delante nuestro se extiende el Pla del Palau. Giramos a la derecha y entramos por la calle Canvis Vells (“cambios viejos”).

A mano izquierda se esconde la calle Panses, un pequeño pasaje abovedado que tiene sobre el segundo balcón una antigua cara esculpida en piedra que indicaba la presencia de un burdel legalizado. Al final de la calle de Canvis Vells se abre la plaza de Santa Maria y la iglesia de Santa Maria del Mar, de visita obligada. A nuestra izquierda encontramos la calle Abaixadors (“tundidor”) allí donde los mozos descargaban sus mercancías. Cogemos la calle Argenteria, que nos llevará otra vez a la plaza de l’Àngel.


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