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Más allá de Venecia, Río y Cádiz, los carnavales cogen muchas formas en la fiesta global. Viajamos para descubrirlos
Cuando llega la época de carnaval siempre escuchamos los mismos nombres. Que si Brasil, que si Venecia, que si Canarias... Pero en el mundo hay fiestas y tradiciones bastante espectaculares que celebran carnaval más allá de los lugares que estamos habituados a ver en todas las portadas y telediarios. Si cuando llega el tiempo de los disfraces queréis coger las maletas y hacer una pequeña escapada, tomad nota porque os dejamos algunos de los mejores carnavales del mundo (y no todos lejos de casa).
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Una guerra de trapos sucios, tierra, harina y hormigas rabiosas. El desenfreno es una ley ancestral que gobierna la pequeña villa de Laza en tiempos de Carnaval. Es una de las tres poblaciones -junto con Xinzo de Limia y Verín- que forman el triángulo del Entroido de Ourense, una explosión de color, ruido y disfraces atávicos cuyo origen se pierde en la noche del tiempo. Atentos, los 'peliqueiros' os azotarán si no vais disfrazados.
Sin duda, una batalla de flores es una forma muy francesa de celebrar el Carnaval. Nos referimos a uno de los actos más populares del carnaval de Niza, todo un acontecimiento cultural que reúne cada año a miles de visitantes. Pero el punto álgido son los espectaculares desfiles por el centro de la ciudad, señoreados desde las alturas por gigantescas figuras montadas en carrozas. Este año, el tema protagonista será la moda, un asunto bien galo también.
Si os escandaliza la falta de civismo de la tomatina de Bunyol, esperad a ver cómo se las gastan en Ivrea (el Piamonte). Un buen tomate aplastado en los morros os parecerá una caricia en comparación a una naranja lanzada con furia. La trifulca cítrica se celebra los tres días previos a Cuaresma y conmemora el triunfo de la ciudad contra la tiranía medieval. Si no os va la marcha, tranquilos, la naranjada sólo es un acto más de uno de los carnavales más antiguos del mundo.
Imaginad la síntesis festiva entre las tradiciones religiosas y paganas de uno y otro lado del Atlántico. Declarados patrimonio inmaterial de la Unesco, los carnavales de Oruro en Bolivia están dedicados a la Pachamama -madre tierra- y la Virgen del Socavón y representan la lucha entre el bien y el mal. Danzas africanas y folclore nativo, máscaras de demonios y animales sagrados, teatro y magia. El Carnaval lo acepta todo.
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