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Castell d'Òdena

Por la Anoia, castillos de frontera

Viajamos al pasado medieval de la comarca

Escrito por
Xavier Amat
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En un solo día conoceremos dos castillos, un palacio y pasearemos por la capital de la comarca. Y todo sin tener que hacer muchos kilómetros. Y es que la Anoia es tierra de castillos de frontera, quedan muchos vestigios, pero también conserva otros elementos y edificaciones de aquellos tiempos de caballeros y de escudos. Un día, el que proponemos, para retroceder en el tiempo.

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Una torre de once caras

Una torre de once caras

La primera parada es en Òdena, a escasos kilómetros de Igualada. Tenemos que ir a buscar el punto más elevado de la población para encontrar lo que hemos venido a ver: su castillo. O, seamos sinceros, lo que queda de él, porque de la que fue una gran fortificación queda una parte de muralla y una torre. Pero vale la pena acercarse a este lugar por todo lo que seguidamente os explicaremos. La torre, majestuosa, orgullosa de lo que representó, es singular, con una estructura exterior poligonal de once caras. Desde aquí observamos la cuenca de Òdena y varios castillos que la circundan. Sin embargo, lo que más sorprende son los restos del pueblo viejo de Òdena, que estaba sobre una colina y estructurado alrededor del castillo. Entre paredes de piedra que mantienen las formas de las habitaciones y donde incluso vemos algunos hornos antiguos, el lugar cautiva y más cuando llegamos a la plaza donde estaba la iglesia, el ayuntamiento y la escuela. Además, el paseo se acompaña de imágenes antiguas que nos muestran cómo era el lugar cuando había vida y también se pueden leer los nombres de las calles y de las casas. El pueblo viejo, habitado desde muy antiguo, quedó abandonado a lo largo del siglo XX cuando los vecinos se fueron trasladando a la parte baja de la población, pero se niega a desaparecer.

Cruce de caminos
©Josep Cano

Cruce de caminos

En Igualada, capital de la Anoia, buscaremos hoy su pasado medieval. Para no perdernos detalle lo mejor es concertar una visita guiada, que os llevará a conocer su pasado milenario y saber cómo la población creció alrededor de un cruce de caminos. El casco antiguo conserva el trazado característico de aquellos siglos, y aún encontramos portales de muralla y calles muy estrechas. La basílica de Santa María o el lugar de la mota defensiva que originó la ciudad también forman parte del recorrido.

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Una iglesia prerrománica
© Xavier Amat

Una iglesia prerrománica

Antes de comer tenemos tiempo de visitar el conjunto de La Tossa de Montbui. Está situado en un lugar privilegiado, a 626 metros sobre el nivel del mar y con unas panorámicas excepcionales a los cuatro vientos. De hecho, podemos seguir un camino que nos lleva a un mirador donde necesitaréis espacio en la memoria del móvil para meter todas las fotografías que querréis hacer. Tanto la iglesia, prerrománica, consagrada por el abad Oliva en 1032, como la torre de vigilancia, rectangular y con ángulos redondeados, también merecen fotografía. Dentro de la torre hay una colección de herramientas del campo, mientras que la iglesia invita al recogimiento y hay una talla dedicada a la Virgen de Gracia.

Allí mismo se encuentra el restaurante La Tossa, en el que comeremos. ¡Mejor reservar mesa con antelación! Los fines de semana suele estar muy lleno. Disponen de menús... ¡y de fantásticas vistas!

El Palacio de los Condes de Plasencia

El Palacio de los Condes de Plasencia

Es la hora de baja en la plaza Mayor de Santa Margarida de Montbui para adentrarnos en un bien cultural de interés nacional: el Palacio de los Condes de Plasencia. Tiene sus orígenes en el siglo XII y es ejemplo de la evolución de las clases nobiliarias de Cataluña, en este caso del ascenso del linaje Montbui. El palacio fue centro de poder político y económico de los condes de Plasencia y barones de Montbui.

Si queréis alojaros en la comarca, os recomendamos los apartamentos de Can Alemany, a un par de kilómetros de la última visita propuesta. Están rodeados de naturaleza, es un lugar ideal para relajarse, y las habitaciones son amplias, elegantes y confortables.

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