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Al interior

Terror en los cines

La cartelera se llena de sangre, caníbales, fantasmas, 'gore' y explotación de sexo y violencia. Si sois impresionables, no miréis. Y si lo hacéis, no digáis que no os lo advertimos

Escrito por
Josep Lambies
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Amantes del género carnívoro, de la antropofagia y el sadismo, aquí tenéis en bandeja una comida sanguinolenta que calmará vuestra sed de tripa humana. Hemos reunido en una lista las películas de terror de la cartelera, aquellas que cada año llenan las salas del festival de Sitges de gritos e infartos. Encontraréis gore y puñaladas, 'crossovers' ridículos, serie Z y homenajes al cine italiano de explotación de los años 70, caracterizado por mostrar el sexo y la violencia sin que la censura pudiera meter la tijera. Algunos pensarán que estáis locos por ver estas cosas. Pero aquí, queridos compañeros, os trataremos como criaturas libres de culpa. Pasad y disfrutad.

La invitación
  • 3 de 5 estrellas
  • Cine
  • Thriller
  • Crítica de Time Out
¿Qué pasa en los EEUU? ¿Por qué en los últimos tiempos encontramos películas que hablan, de manera más o menos explícita, de la fe? Pensemos por ejemplo en 'Take shelter', el film de Jeff Nichols en el que un padre de familia se deja dominar por la paranoia y construye un refugio para salvarse del inminente apocalipsis. En el fondo, esa película, y 'Midnight special', la última de Nichols, vienen a decir que la paranoia no es tal, que tenemos motivos para creer en nuestros miedos. Al igual que 'Calle Cloverfield 10', otro film con refugio y apocalipsis, en el que los descreídos acaban dándose cuenta de que no tienen razón, y que más les vale tener miedo de lo que hay fuera.

En 'La invitación', el creer se materializa de manera diferente. Aquí, todo comienza con una reunión de amigos, que celebran que Eden ha vuelto después de dos años de ausencia. Entre los invitados a la cena está Will, el exmarido de la protagonista, con quien comparte el luto por la muerte del hijo. Pero la nueva Eden parece otra, una extrañeza que no pasa desapercibida a Will, que, como el protagonista de 'Take shelter', comienza a dar rienda suelta a sus peores fantasías  y a sospechar que su exmujer y los nuevos amigos de ella tienen intenciones no del todo honestas. El discurso en torno a la pérdida convive con un retrato del fundamentalismo.
El infierno verde
  • Cine
  • Acción y aventura
Producida en 2013 y mantenida en hibernación hasta ahora, 'El infierno verde' se ganó reputación de fiasco desde sus primeras proyecciones en los festivales de Toronto y Sitges. En realidad, no es ni mejor ni peor que el resto de películas de Eli Roth, que siempre prometen más sobre el papel que en pantalla. El film tiene un propósito bastante (in)noble: reactivar el cine de explotación antropófaga que causó estragos a finales de los 70.

Pero en el paso del grano bruto de los 16 mm a la alta definición hemos perdido el compromiso vicioso de 'Holocausto caníbal' y 'Caníbal feroz', sustituido en favor de una sátira de la hipocresía de activistas y ONGs que, en vez de elevar y dar profundidad al subproducto, le hacen perder tono, virulencia y capacidad de impacto frontal.
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Victor Frankenstein
  • Cine
  • Fantasía
Es una historia que todos conocemos, dice el narrador para avisarnos del 'déjà vu'. La novedad radica en el hecho de que quien habla no es el 'mad doctor' de turno, ni el monstruo, ni su amante, sino Igor, el ayudante jorobado. No se lo inventó Mary Shelley, los cinéfilos lo recordarán con la cara de Béla Lugosi en 'El hijo de Frankenstein', pero, no nos engañemos, el Igor que todos aplaudimos es el Marty Feldman de 'El jovencito Frankenstein'.

El modelo de Paul McGuigan no es la brillante parodia de Mel Brooks sino el 'Sherlock Holmes' de Guy Ritchie: Frankenstein también tiene derecho a maquillarse con efectos digitales.Es una pena porque el cambio de punto de vista del narrador tenía posibilidades. Por un lado, Igor (Daniel Radcliffe en su enésimo intento por alejarse de Harry Potter) es otra creación de Victor Frankenstein (un gesticulante James McAvoy), que le da nombre y le quita la joroba con la misma prepotencia divina con la que hace revivir algunos miembros recosidos convirtiéndolos en el epítome de la monstruosidad.
Dark Star, el universo de H. R. Giger
  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Crítica de Time Out
En la mente de Hans Ruedi Giger, las formas orgánicas copulaban con miedos industriales, produciendo criaturas tan terribles como, por ejemplo, el Alien que atormentaba a la teniente Ripley. ¿Cómo era la vida para alguien con una imaginación tan aberrante? 'Dark star. El universo de HR Giger' da respuesta a esta pregunta, elaborando un retrato al natural del artista suizo poco antes de su muerte, en el año 2014.

En el filme, vemos a un Giger en decadencia física, pero todavía poseedor de un genio curioso, que habla de los hechos que han marcado su vida y obra (como el suicidio de su pareja en los años 70). La directora modera la carga elegíaca del documental, que termina presentándonos a un hombre que, como demuestra la decoración de su casa, aprendió a convivir en armonía con un subconsciente febril.
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El regalo
  • 3 de 5 estrellas
  • Cine
  • Thriller
  • Crítica de Time Out
El debut en la dirección del actor Joel Edgerton es un inquietante 'thriller' psicológico que se centra en un extraño, Gordo, capaz de perturbar la vida tranquila de un matrimonio de apariencia perfecta. Como un fantasma del pasado, Gordo no para de rondar el hogar de la pareja sin que sus intenciones queden claras. En la primera hora de metraje Edgerton juega bien la carta de la ambigüedad del protagonista, al que no sabemos si considerar una víctima, una amenaza o ambas cosas a la vez.

Y también introduce un apunte acerca de la capacidad depredadora de los llamados triunfadores de la sociedad capitalista como subtexto de un film de venganza retorcida. Pero se nota que a Edgerton le gusta demasiado el papel que él mismo interpreta, lo que acaba desequilibrando la balanza moral.
Orgullo + Prejuicio + Zombis
  • Cine
  • Comedia
El signo + del título se queda corto. Esta apología del 'smash up' es un palimpsesto de géneros antitéticos: al clásico 'heritage drama' se añade una capa de cine de zombis y otra de 'wuxia'. La intención es reflejar el estricto clasismo de la sociedad británica: por cada aristócrata estirado (o por cada aspirante a la ascensión social) habrá un zombi dispuesto a comerse su cerebro.

El problema es que la lectura ideológica de tan alocado punto de partida –con comentario feminista incluido– parece hecha a posteriori, para justificar un gazpacho de buenas maneras y decapitaciones que tiene menos sal y pimienta de lo que nos gustaría. Cuando se supera la sorpresa que depara la mezcla entre Jane Austen, la putrefacción de la carne caníbal y la disciplina Shaolin, es fácil pelar la cebolla del truco de magia.
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