Fue catedral de Madrid hasta que, en 1992, la Almudena estuvo lista y consagrada para ostentar ese título; en su altar se encuentra el sepulcro de San Isidro, patrón de la capital (también el de su esposa, Santa María de la Cabeza); fue incendiada durante la Guerra Civil… La Real Colegiata de San Isidro, con sus dimensiones imponentes y sus torres contundentes, se alza en La Latina, rodeada de comercios, bares y restaurantes y cargada de Historia e historias por contar.
Son muchas las cabezas y las manos a las que debemos la arquitectura que este templo presenta en la actualidad. Para empezar, habría que remontarse hasta 1620 y hablar del jesuita Pedro Sánchez, quien la proyectó teniendo como referencia la iglesia del Gesù de Roma. Tiempo después, en 1769, intervendría Ventura Rodríguez. Suyos son el presbiterio, la rica decoración del interior y el retablo del altar mayor. La cúpula, en cambio, fue cosa del también jesuita Francisco Bautista. A Javier Barroso, por último, le encomendaron su reconstrucción tras el incendio que sufrió esta iglesia durante la Guerra Civil y el remate de las dos torres de planta cuadrada.
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