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Los alrededores de la estación de Atocha siempre son un hervidero de gente con o sin maletas. Hay grandes paradas culturales como el Reina Sofía, el Real Jardín Botánico o el Museo del Prado. Y a la caza de muchos turistas y transeúntes que van y vienen encontramos incontables cadenas internacionales de fastfood -de McDonald's a KFC- y terrazas como las de El Brillante (con su legendario bocata de calamares) o Bareto que siempre llenas. El plan más común suele ser comer algo rápido y seguir.

Fiebre del kebab en Madrid: un dönner berlinés junto a Atocha
Parece que la nueva ola de kebabs gourmet, donde están direcciones tan dinámicas como Mómö y gustosas como Depitamadre, está lejos de terminar. De nuevo son dos jóvenes emprendedores, como ha pasado en el cercano templo de las milanesas La Diez (barrio de las Letras), los que han virado su trayectoria laboral hacia la restauración y han apostado por la capital. Y ni están solos ni van a abrir únicamente este local inaugurado hace unos pocas semanas en Arganzuela. Para asesorarles en el tema más gastronómico han contado con dos figuras destacadas de la escena madrileña: los hermanos Oswaldo y Bruno González Herce (al frente de las cocinas de Los 33 y Llama Inn, respectivamente).

Dos trompos (de ternera y de pollo) para una cocina urbana bien ejecutada, con ingredientes frescos, con patatas fritas ricas y varias salsas caseras (elaboradas con aceite de oliva virgen extra). De una Kräuter, crema de hierbas frescas con yogur a una Harissa, esa pasta picante típica del norte de África, con chile, ajo y especias. Estas son algunas de las credenciales de Culto Kebab (Pso. Santa María de la Cabeza, 4), que abre todos los días de la semana y cambia los pinchos de carne a diario. Apuntad el horario porque esto no es cocina ininterrumpida: de 13:30h a 16h y de 20h a 23h. Por menos de 15 euros te haces un combo con tu "Original Berliner Döner", tu Fritz Kola y una ración de patatas.
