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El curioso incidente del perro a medianoche
©David RuanoÁlex Villazán y José Luis Arellano en los ensayos de 'El curioso incidente del perro a medianoche'

José Luis Arellano: "¿Dónde está escrito que hay que perder la inocencia?"

El director de 'El curioso incidente del perro a medianoche' nos cuenta cómo ha llegado esta producción londinense a Madrid

Escrito por
Pilar G. Almansa
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José Luis Arellano lleva más de un cuarto de siglo trabajando en teatro: es el director del proyecto más innovador para teatro adolescente que hay en España, La Joven Compañía, compuesta por actores menores de 25 años; ha hecho innumerables ayudantías de dirección a Gerardo Vera... y aquí se invierten los papeles. El maestro firma la escenografía del último proyecto de Arellano, 'El curioso incidente del perro a medianoche', un espectáculo que arrasó en Londres hace cuatro años y que se estrena el próximo 5 de septiembre en el Teatro Marquina. El montaje es insólito en nuestros lares: un consorcio de productores ha apostado fuerte por un proyecto rompedor y multimedia, cuyo protagonista es un adolescente con síndrome de Asperger que intenta averiguar quién asesinó al perro de su vecina, y que está basado en la novela juvenil homónima de Mark Haddon. Hablamos con su director antes de un ensayo para que nos contara la historia de este espectáculo, que promete cambiar las reglas del juego del teatro en Madrid. 

A España nos llegan con frecuencia grandes producciones franquiciadas de musicales británicos, pero esto es otra cosa: originalmente es un proyecto del National Theatre. ¿Cómo surge traerlo a España?
Surge por el amor al texto, a la historia. Leí antes la novela y luego vi la función en Londres. Entré en contacto con Simon Stephens por otra cosa: con La Joven Compañía hicimos 'Punk/Rock', él vino a verla, y entramos en una relación personal. Él tenía una 'deuda pendiente' con España, porque aquí no se había estrenado nada suyo en castellano, así que cuando vino a ver 'Punk/Rock' estaba feliz. En fin, que estuvimos hablando y pensamos que era una buena idea traer una producción de él aquí. La versión es de José Luis Collado, es una propuesta personal, que tiene el espíritu de Londres, pero es nuestra función. 

El siguiente paso por parte del teatro español debería ser exportar... 
Es verdad que hay una deuda entre el arte y la industria, incluso el teatro público. Creo que el teatro público tiene que hacer espectáculos que no son rentables, pero creo que también es nuestra obligación hacer espectáculos rentables, tanto económicamente, para que la gente trabaje, como emocionalmente, para que el espectador venga a nuestros teatros y los vea. Yo soy muy crítico con la profesión. No les echo tanto la culpa (que también la tienen) a las políticas culturales del país como a nosotros mismos, conmigo mismo el primero. 

Esto de no comprar la franquicia entera no se suele hacer en España, ¿sois los primeros que lo hacéis?
En teatro de texto se ha hecho mucho, como por ejemplo 'Agosto'. Desconozco el tema del musical, aunque no se hace tanto. 'El rey león' sí es un franquiciado, pero con 'La familia Addams' creo que se compró el libreto y se hizo aquí. Nosotros tampoco nos hemos deshecho de esa parte de espectáculo, porque nos interesaba, precisamente, hacer espectáculo. Hemos intentado no olvidarnos de que el imaginario de Christopher es matemático-mecánico y trasladarlo a nivel visual. 

Bunny Christie, la escenógrafa de la producción londinense, dice que el libro es muy lúdico y quería llevarlo a un lugar relacionado con el videojuego. ¿Cómo habéis planteado vosotros la puesta en escena?
Hay dos o tres puntos en los que coincidimos. La novela es verdad que es un juego, pero es terrible. Está escrita en primera persona, de manera que tú te pones en el punto de vista de Christopher, ese niño que hace el cambio a la edad adulta. En la novela no te cuentan explícitamente que es Asperger (no destripo nada si lo cuento). Siente emociones, pero no entiende determinados juegos sociales que todos entendemos. Cuando estás leyendo la novela, no te enteras de algo de lo que te enterarías si fueras neurotípico. Nosotros partimos de esa idea de juego y de cuadrícula. El niño tiene su mundo absolutamente estamental, cuadriculado, si sale de ahí el mundo se corrompe, se pierde. Tendrá que ser valiente para no naufragar en ese mundo que se le plantea. Eso lo hemos hecho a través de la escenografía, hemos querido transmitirlo con esos espejos y con ese cubo que no tiene fin. El mundo que planteamos es un mundo lumínico, con claroscuros, pero un mundo sin fin. El mundo adulto está lleno de mucha oscuridad. ¿Dónde está escrito que se tenga que perder la inocencia? Esta historia es un canto a no perder a inocencia. 

¿Has hablado con Marianne Elliott, la directora de la producción del National Theatre?
Hemos hablado, pero tampoco he querido hablar mucho. Realmente con quien más he hablado es con Stephens, no porque crea que tengo la perspectiva tan débil como para dejarme influenciar, pero sí que es cierto que cuando alguien te cuenta algo te hace dudar. Yo sé que a mí me interesaban otra serie de cosas a la hora de contar esta historia. ¿Por qué perdemos la inocencia? ¿Qué hace que la perdamos? Y también me interesaban las relaciones familiares. Quizá siendo Asperger la dificultad es distinta. ¿Pero qué pasa con un padre y una madre con un hijo adolescente? Tu mundo deja de ser tu casa y se convierte en un mundo sin fin. 

De lo que más me ha llamado la atención es el reparto. Hay grandes nombres del 'off', como Carmen Mayordomo, o actrices secundarias fantásticas, pero menos conocidas, como Anabel Maurín, algo poco habitual en una gran producción. 
Debo dar las gracias al Grupo Marquina, no me han puesto ninguna pega ni al número de actores (que también es una hazaña) ni a los nombres, todos estamos de acuerdo en que el teatro es un asunto de actores. Eso no quiere decir que un famoso no pueda ser un gran actor. Es cierto que una cara conocida puede traer gente, pero lo que realmente llama al público es un buen texto, un trabajo bien hecho. 'El curioso...' es una función de elenco, que nace como producción pública, con personajes que son Policía 1, Señora 4 y esto necesita de actores más allá de que sean famosos o no lo sean, que tengan la capacidad y la posibilidad y la generosidad. El espectáculo tiene 60 personajes hechos por 10 actores, cosa que implica una necesidad, un actor físico con una serie de características. No sé si hubiera sido fácil encontrar a diez caras conocidas con esa disponibilidad. Así nos permitimos trabajar con grandes secundarios. A Carmen ya la conocía, pero a Anabel no, y ha sido un grandísimo descubrimiento. A mí me parece un lujo que el público pueda descubrirlas y un honor para mí. Me parece que el reparto pedía eso. Creo que hay que volver a esto, a no tenerle miedo a un personaje desconocido. Tampoco creo que el espectador vaya a ver una cara conocida, pero no es que yo esté en contra de poner a actores conocidos. La gente viene a buscar emoción al teatro. 

¿Habrá gira?
Eso espero. Queremos que tenga una larga temporada en Madrid. Además, nos la están pidiendo muchos teatros. Creo que estaría bien que la viera gente, viniendo a Madrid, es una buena costumbre lo de viajar para ver teatro. 

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