La ruta del cachopo por Madrid

Aquí sirven posiblemente el mejor cachopo de todo Madrid. Este restaurante sencillo de auténtica cocina asturiana se fundó en 1959 y desde entonces se han mantenido fieles a los fogones de leña, un toque tradicional que mantiene todo el sabor en sus platos. Sus precios populares y abundantes raciones hacen que cueste encontrar mesa en su comedor de decoración tradicional en madera. No olvidéis pedir una buena botella de sidra para acompañar.

Si quieres tomarte una buena sidra, probar un queso de cabrales de verdad, y saborear esos platos asturianos de siempre pero de otra manera, Couzapín es el lugar. Con una cocina asturiana-chic-modernizada, sus platos estrella son sus pescados (no te vayas sin probar su bonito asado con sofrito tradicional y crema suave de quesos asturianos), sus arroces (su rissotto de quesos asturianos con gambas y trigueros no tiene parangón), y, cómo no, sus postres caseros (los golosos no olvidarán su arroz con leche “requemado"). Si sólo quieres tapear, las croquetas crujientes de cabrales con compota de manzana son obligatorias. Que aproveche.

Este céntrico restaurante asturiano es famoso por su cachopo (elegido Mejor cachopo de España en 2019) y su cocina tradicional a cargo de Mari, propietaria y cocinera. Su comedor es pequeño, con capacidad apenas para 30 personas, lo que unido a su decoración sencilla le da un toque acogedor al local. No os perdáis las especialidades de la casa como la fabada, la merluza y por supuesto los quesos y jamones, además del ya mencionado cachopo. Perfecto para aprovechar y visitar también la Plaza Mayor, situada a pocos metros.

En amplios dos pisos (y una terraza) se divide su oferta que se sustenta en el recetario más tradicional, en ese aire de guiso casero, en los platos de cuchara. Su propuesta gastronómica recorre el país de norte a sur. El viaje arranca en unas delicias de merluza de pincho de Celeiro, hace parada en un cocido madrileño (cuatro vuelcos) y termina en berenjena a la miel de caña. Pero cada uno puede montarse el viaje a su manera. Hay verduras navarras, torreznos sorianos, paella valenciana, cochinillo segoviano y un suculento y jugoso cachopo de cecina. 

En este restaurante asturiano en el corazón del barrio de Chamartín dan una vuelta de tuerca al clásico y salen victoriosos. Su versión está elaborada con solomillo, mezcla de quesos La Peral y Vidiago y jamón ibérico. No fallan sus pixín con crema de oricios ni su pitu de caleya aunque el plato estrella de la casa quizás sean sus sardinas ahumadas. Hay mucho y bueno donde elegir. 

Un clásico de Madrid de cocina asturiana tradicional en la zona de Azca, todo un referente. Máxima calidad de las materias primas para un local acogedor y un servicio a la altura. Según sus palabras, lo suyo es una interpretación de las distintas tierras y pueblos de Asturias, de sus productos y de sus platos más emblemáticos. No falta el cachopo (de ternera asturiana y relleno de jamón ibérico y queso manchego) pero tampoco varias recetas de bonito en temporada estival.

Un auténtico chigre en el centro de Madrid. Fue un asturiano de Cangas de Onís, Vicente Caso Coviella, quién se hizo con el restaurante en 1974 y desde entonces su fama como uno de los mejores locales de cocina asturiana de la capital no ha hecho más que crecer. Si os apetece tapear, en su barra podréis probar raciones sabrosas acompañadas por cerveza, una sidra natural o algún vino de su selecta bodega. Si os decantáis por algún plato de la carta, no os perdáis las fabes con almejas, el cachopo famoso en todo Madrid, el ‘pixín’ al horno y de postre su espectacular arroz con leche.

Mario Céspedes y Conchi Álvarez tienen un restaurante en Avilés, presentaron una propuesta inédita por aquellos lares hasta que levantaron el telón de Ronda 14. Hasta entonces pocos lugareños habían oído hablar de la cocina nikkei. Japonés sí, claro, pero nikkei, cocina fusión y de ese calibre… Así que empezaron con el gancho de makis y niguiris y fueron ampliando las fronteras de su cocina a la vez que, aunque suene paradójico, la hacían más y más suya. Porque Mario es peruano y Conchi, asturiana. Y en ese vértice es donde cobran sentido sus cachopines de ternera presentados como makiroll o sus patatinas rellenas de carne con crema de ají amarillo.

Ante la gran respuesta que cosecharon (y mantienen), decidieron probar suerte en Madrid. Trajeron una versión de su Ronda 14 norteño y lo llamaron igual. Dos pisos, amplia zona de barra con mesas altas y espacios recogidos para los comedores. Ambiente informal. El desembarco fue hace unos pocos meses y la buena atención del servicio ha ido sumando enteros a la honestidad y buenos precios de sus platos –todos facturados con un punto creativo-. Despliegan una cocina desenfadada, casual, pero con varios giros destacables que enganchan a una clientela cada vez mayor.

Un referente de la cocina asturiana en Madrid. Casa Hortensia nació hace casi 30 años, ganándose desde entonces una clientela fija y aficionada a su cocina de calidad. Ganador del premio a la mejor fabada de la capital, este restaurante está especializado en la cocina tradicional con sabrosos platos caseros inspirados en el Principado, desde la tortilla asturiana hasta el arroz con leche. Todo gracias al buen saber hacer de la chef Adela Besteiro, que convierte la materia prima de gran calidad en exquisitos platos.

En Argüelles encontramos un restaurante de cocina casera asturiana que una vez que probéis querréis repetir seguro. Un espacio cálido y acogedor hará que os sintáis como en casa mientras probáis sus fabadas y potes, además de su merluza de pincho y su espectacular cachopo de cecina y queso manchego cremoso acompañado de patatas fritas y pimientos asados. Podéis acompañar la comida con un buen vino D.O. de la Rioja.