
Carmilla, de Sheridan Le Fanu (1871)
La primera obra de vampirismo lésbica de la historia fue pionera: es casi 25 años más antigua que Drácula. Esta 'novella' -más larga que un cuento, pero cortita- toca el tema sexual con la circunspección que esperaríamos de un libro del 1871, pero el subtexto sáfico -y muy calentito, cabe decirlo– está presente de una manera inequívoca. Ya se sabe que un vampiro femenino y lésbico y sin un duro que se quiere tirar a la hija del terrateniente suscita mucho más odio que un aristócrata europeo que llega a Londres para hacer un pelotazo inmobiliario.