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15 de agosto: una virgen y dos machirulos

Escrito por
Pere Vall
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El relojero de Tavernier y su patrona

En 1973, Bertrand Tavernier remató su thriller 'El relojero de Saint-Paul' con una voz en off que hablaba sobre qué había pasado con dos de los personajes centrales de esta rocambolesca trama ambientada en Lyon: un padre (Philippe Noiret) y su hijo (Sylvain Rougerie), acusado de asesinato. La voz en cuestión nos situaba unos pocos días antes del 15 de agosto, fiesta de la Virgen María, patrona de Lyon. La ópera prima de Tavernier, adaptación de una novela de Georges Simenon (1903-1989), introducía muchos temas de la actualidad: la lucha entre la derecha y la izquierda, el comunismo, el descontento de los trabajadores o ‘La gran comilona’, de Marco Ferreri, que era citada, en tono burlón, por uno de los policías. El 15 de agosto nacieron Napoleón Bonaparte, Nicolas Roeg, Sylvie Vartan, Stieg Larsson, Debi Mazar o Ben Affleck, todos ellos, importantes por diferentes motivos. Y el 15 de agosto de 2019 se estrenarán dos películas que encabezarán las listas de las mejores del año: 'La virgen de agosto', de Jonás Trueba, y ‘Érase una vez en... Hollywood’, de Quentin Tarantino. Una, con una doncella virginal en el centro; la otra, con dos machirulos que flipas. Como esta es la primera vez que lo escribo, ¿esto de machirulo iría entrecomillado?

¿Romanticismo low cost?

Como cineasta y como pensador, Jonás Trueba se parece más a su tío David que a su padre Fernando. Sí, a los tres les encanta Truffaut y la Nouvelle Vague, pero son Jonás y David los que más y mejor se han acercado a los sentimientos, a las pulsiones humanas y a las alegrías y las decepciones de las relaciones de pareja y familiares. Mientras Fernando ha tirado hacia los blockbusters de autor o a los repartos corales, el resto de su parentela se ha concentrado en el relato pequeño o minúsculo. Mientras el patriarca sacaba el periscopio, los dos pequeños del clan utilizaban el microscopio. Como ya lo eran ‘Todas las canciones hablan de mí’, ‘Los ilusos’, ‘Los exiliados románticos’ y ‘La reconquista’, ‘La virgen de agosto’ también es un film enganchado al corazón de sus protagonistas, que se cuestionan los estrictos códigos sociales cuando entran en colisión con las descontroladas pasiones, que se plantean y replantean si el amor dura lo que dura y basta. Si se puede reavivar, o es mejor enviarlo a la mierda. En forma de road movie (‘Los exiliados románticos’) o de relato en dos tiempos (‘La reconquista’), sus proyectos rozan el low cost, pero tienen un look high cost. En su nueva cinta ha coescrito el guion con su protagonista femenina, una estupenda Itsaso Arana, que recorre las calles madrileñas fijándose en todo y hablando con todo el mundo: el encuentro con Vito Sanz es fabuloso. Y una noche se va de copas, y un día se va a bañar con unos amigos recientemente conocidos.

Tarantino, sometido a la sobrecreatividad

El segundo nombre de Jonás Trueba es Groucho, pero él hace ya tiempo que no lo usa. Y no es que sus películas no tengan sentido del humor, porque lo tienen, mezclado en los diálogos y en el desarrollo de algunas escenas. Quentin Tarantino sí tiene humor, a raudales, y es una de las marcas características de sus films, por muy bestias y sangrientos que estos sean. En ‘Érase una vez en... Hollywood’ hay una secuencia donde un desparrame de sangre provoca en el espectador unas risotadas ruidosas y desacomplejadas. Con una duración más larga que el ‘Midsommar’ de Ari Aster, es un gran retablo histórico, es un homenaje al western y al western con espaguetis, y es un guion que funciona tanto cuando sus dos estrellas masculinas (Leonardo DiCaprio y Brad Pitt) están juntas como cuando actúan por separado: uno, preocupado por su triste y deshinchada carrera como actor; el otro, con problemas con... los hippies. Margot Robbie está magnífica en el papel de Sharon Tate, y baila y se mueve de una manera que te enloquece. Bruce Lee y Dean Martin asoman su cabeza por allí. Y Kurt Russell. Luke Perry hace su útima aparición. Bruce Dern sustituye al desaparecido Burt Reynolds. Y Los Bravos suenan cuando no te lo esperas, y demasiado poco, después de que el tráiler levantase la liebre sobre su participación en la banda sonora. Yo me había imaginado que el tema de Los Bravos estaría colocado durante los títulos de crédito iniciales o finales. ‘Érase una vez en... Hollywood’ es un ‘El crepúsculo de los dioses’ o un ‘Dos semanas en otra ciudad’ todavía más desencantado y realista, pero, a su vez, supervitaminado y mineralizado por la imaginación torrencial de su creador, eterno niño/adolescente.

¿Por cuál comenzar?

Y aquí llega la duda: el 15 de agosto, ¿cuál de ellas caerá en primer lugar? ¿Cuál será la primera elegida? ¿La reposada, existencialista y ‘lenta’ ‘La virgen de agosto’ o la dinámica, acelerada y monumental ‘Érase una vez en... Hollywood’? ¿Las dos en un mismo día? ¡No hay cojones! U ovarios. Pensándolo bien, sería una buenísima idea.

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