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Si la película School of Rock de Richard Linklater protagonizada por Jack Black en 2003 se inspiró o no en la escuela del mismo nombre fundada por Paul Green en 1998 en Pensilvania es un asunto espinoso: mientras que la productora siempre lo ha negado, Green cuenta que fueron a hablar con él tiempo antes, pero que aparentemente descartaron el proyecto y dejaron de responderle las llamadas. Cuando salió la película, Green pensó en demandarlos, pero finalmente se dio cuenta de que el éxito del film era la mejor publicidad posible para su escuela y abandonó la idea. Oficialmente, el guionista Mike White se inspiró en el disco The Langley Schools Music Project (2001), que recogía coros infantiles cantando piezas de los Beach Boys, Paul McCartney y David Bowie, entre otros.
Con los años, el proyecto de Paul Green se ha convertido en una franquicia que cuenta con más de 400 centros en quince países de todo el mundo y más de 80.000 alumnos activos. Ahora, además, se sumará Barcelona, que abre su primer centro en Cataluña en la calle Hurtado número 29, es decir, en Sarrià-Sant Gervasi y cerca de la parada de metro de Vallcarca. La escuela tendrá 600 m² repartidos en dos plantas y dispondrá de aulas individuales, salas para ensayar en grupo, un escenario profesional y una zona recreativa y de descanso o para hacer los deberes entre clases; además, los padres no podrán entrar. El director musical es Alex Schoihet, músico y responsable de conocidos bares barceloneses como Nevermind y Candy Darling, que ha impulsado el proyecto junto con otros socios.
Clases de prueba gratuitas
En septiembre, el centro ofrecerá clases gratuitas de prueba para todos los que se hayan preinscrito (actualmente las inscripciones están abiertas). “Servirán para conocer la escuela, ver el nivel de cada uno y todos saldrán habiendo aprendido algo”, explica Schoihet. El grand opening, como lo llama, tendrá lugar a finales de septiembre o principios de octubre. Después de 17 años en el Nevermind, reconoce que “con los años el mundo de la noche se hace más difícil”, y descubrió la escuela en un viaje a su Chile natal. Resulta que la franquicia ya tenía pensado abrir en Barcelona y “fue todo bastante rápido”. Son cuatro: él, su hermano, su cuñada y otro de los socios del Nevermind.

Primero la canción
“No es un McDonald's”, dice, “la metodología está patentada, pero la escuela la estamos haciendo a nuestra manera”. Y el método, que es lo que diferencia a School of Rock de otros proyectos educativos, se basa en el song first. Se parece al método que desarrolló intuitivamente Joan Chamorro con los jóvenes intérpretes de la Sant Andreu Jazz Band: primero aprendes a tocar una canción y es a partir de la canción que extraes lecciones de teoría, técnica, etc., pero “a partir del rock’n’roll como elemento motivador”. “Se trata de una ingeniería inversa –explica Schoihet– partimos de canciones reconocibles y fáciles de tocar, por ejemplo de AC/DC, y después te das cuenta de que puedes tocar muchas más canciones con todo lo que has aprendido con esa”.

Además, la escuela está pensada para que todos los alumnos, independientemente del nivel, hagan conciertos en directo cada tres meses y en salas de verdad. “No solo aprenden a tocar, también a enrollar los cables, montar el equipo... y también cosas como trabajar en conjunto, disciplina, convivencia, respeto. Son herramientas que te servirán en el mundo de la música, pero también en la vida”. La escuela está pensada para todas las edades, admiten alumnos desde los 3 o 4 años hasta adultos, “¡porque nunca es tarde!”, exclama. “Además, los adultos, en Barcelona, cada vez buscan más sitios donde hacer cosas, experiencias vivenciales”, reflexiona Schoihet.
Quien quiera educación reglada o incluso cursar un Grado Superior, en Barcelona hay escuelas buenísimas como la ESMUC, el Taller de Músics, el Conservatori del Liceu o Jam Session, pero quien simplemente quiera rockear, ahora podrá ir directo al grano.

