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Atención, golosos y golosas de Barcelona, porque acaba de aterrizar en la ciudad la experiencia más dulce de Europa. El número 620 de la Gran Via de les Corts Catalanes acoge el primer espacio físico de House of Candy, una iniciativa que propone una experiencia multisensorial que fusiona arte, tecnología, diseño y dulzura.
Los 2.000 m² del local albergan hasta 10 salas temáticas distintas pensadas para despertar todos los sentidos con un único objetivo: rendir homenaje al imaginario mundo de las golosinas, donde la felicidad no tiene límites.

Cada sala incluye diversos elementos, como una piscina de regaliz o un bosque de helados gigantes, y pueden disfrutarla tanto los más pequeños como cualquier persona que busque vivir una experiencia original sin salir de Barcelona.
“House of Candy nace como un homenaje al poder transformador de una simple golosina”, explica Enrique Vives, fundador de este espacio, así como de otros proyectos barceloneses como el museo White Rabbit. “Queríamos crear un universo que celebrara el juego, el color, la estética y la emoción, con la ambición de situar a Barcelona a la vanguardia del entretenimiento, el ocio y la cultura en Europa”, añade Vives.

Un proyecto único en Europa
Según explica Vives, House of Candy es el primer proyecto de este tipo en Europa, tanto por los detalles como por su enfoque experiencial, estético y sensorial. La iniciativa se inspira en formatos que se han popularizado en ciudades como Los Ángeles y Nueva York, y pretende expandirse por todo el mundo en el futuro.
Además de las 10 salas temáticas, el espacio también incluye una “divertida cafetería de autor” y una tienda conceptual que da la bienvenida a los visitantes con zonas para relajarse y productos de todo tipo.