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¿Alguna vez has oído a alguien decir “cobro demasiado para lo que trabajo”? Pues bien, según la revista Psychology Today, un 70 % de los profesionales experimenta —al menos una vez en la vida— esta sensación, que a menudo coincide con el conocido síndrome del impostor.
Los expertos de la UOC, Mireia Cabero y Carlos González-Reyes, han analizado este fenómeno de la ansiedad por estar sobrepagado, que, aunque es frecuente, no corresponde actualmente a una expresión técnica en el ámbito de la psicología organizacional ni se refiere a un diagnóstico oficial.
La ansiedad por sobrepago “es una experiencia psicológica que puede manifestarse en el síndrome del impostor, que no tiene un diagnóstico oficial pero sí una clínica relevante, aunque también se da en trastornos de ansiedad generalizada”, explica Cabero.
Aunque profesionales de distintos sectores sufren este síndrome, según los expertos, los más afectados son los emprendedores, ya que más del 80 % confiesa tener sentimientos de impostor. Otro grupo son las ejecutivas senior, de las cuales un 75 % también ha padecido este síndrome a lo largo de su carrera.

Esta sensación de sentirse sobrepagado “suele darse en perfiles altamente cualificados, especialmente en sectores donde los salarios son muy competitivos, como la tecnología, la consultoría estratégica o las grandes firmas de servicios, y donde la progresión profesional ha sido rápida”, añade González-Reyes.
Más allá de la profesión, y desde el punto de vista psicológico, este síndrome aparece en personas con alta autoexigencia, inseguridad profesional y que sienten que deben “merecer para recibir”. Estas personas también tienen tendencia a compararse con otros, dificultad para valorarse personal y profesionalmente y falta de claridad sobre su marca personal y su propuesta de valor.
¿Qué síntomas y consecuencias tiene?
La ansiedad por sobrepago se asocia a emociones como la preocupación constante, el miedo anticipado a ser “descubierto”, la culpa, la incomodidad y la percepción de ser un “fraude”, indica Mireia Cabero.

Algunas personas mantienen estos síntomas en un nivel tolerable, pero en otros casos pueden intensificarse y derivar en trastornos como ansiedad generalizada, burnout (síndrome de agotamiento profesional) o incluso depresión.
En lo que respecta a la empresa, el área de recursos humanos debe acompañar con transparencia y diálogo, recomienda González-Reyes. “Más allá de justificar las retribuciones, lo importante es explicar los criterios que hay detrás, conectar salario y valor aportado, y abrir espacios de conversación sobre propósito y expectativas, tanto al inicio de la relación laboral como, por ejemplo, en las evaluaciones anuales”, aclara.
Una nueva normativa de transparencia salarial
A partir de julio de 2026, Europa tendrá una nueva normativa sobre transparencia salarial, que obligará a las empresas a publicar los sueldos y explicar los criterios retributivos de los empleados. “Esto exigirá poner sobre la mesa temas que hasta ahora eran tabú, y puede ayudar a normalizar estas conversaciones”, pronostica González-Reyes.