[title]
El fenómeno del edificio que pega un estirón no es ninguna novedad en nuestra ciudad. La falta de suelo urbano para construir nuevos edificios en el centro de Barcelona y la alta demanda de pisos puso de moda entre los años 60 y 80 la aparición de nuevas plantas en edificios del Eixample, conocidas con el nombre técnico de remontas. La moda proliferó rápidamente y en la mayoría de bloques de pisos es muy fácil detectar el aberrante añadido, sin ningún tipo de intención de pasar desapercibido. El mal gusto, el poco respeto por la arquitectura original del edificio y una falta de normativa más estricta por parte de la administración propició verdaderos atentados estéticos.
Basta dar una vuelta por el Eixample (derecha o izquierda) para descubrir estas extensiones antinatura que conviven en las partes altas de edificios, muchos de ellos, de gran valor artístico y patrimonial. Por suerte, esta práctica se ha regulado al cabo de los años y, aunque no se ha puesto remedio a los sacrilegios existentes que se cuentan a centenares, ahora ya es obligatorio hacerlo conservando el aspecto original de la fachada y rehabilitando el inmueble.
La opción que disimula la aparición de una nueva planta, a pesar de ser la más respetuosa con los deseos del arquitecto y el entorno, es la menos extendida por su complexión técnica y coste. El caso que nos ocupa sería un ejemplo de los que han pasado muy desapercibidos y ahora sorprenden a más de uno. Observe y compare las dos fotos.
Hem hagut de comptar-ho 6 vegades abans de creure que aquest edifici ha crescut una planta. pic.twitter.com/iCPLr9F7p1
— ESTIMÀLIA (@ESTIMALIAcat) March 16, 2021
Se trata de un edificio emblemático de la plaza Cinc d'Oros, en el chaflán entre la calle Córcega y Diagonal. Se distingue por la cúpula que lo corona y originalmente fue la sede de la famosa empresa de joyas Majorica. De hecho, es conocido como el edificio Majorica (Diagonal, 444) y data de finales del siglo XIX.
La cuenta de Twitter publica las dos fotos que demuestran que el edificio, efectivamente, ha crecido una planta. Entre la avalancha de comentarios sorprendidos por lo que descubren, hay un recorte de periódico donde se explica que la suma de un nuevo piso se efectuó en 2001, después de que el bufete de abogados Cuatrecasas comprara el bloque para reformarlo, hacerlo crecer y, finalmente, transformarlo en su sede. De seis plantas y no cinco, por cierto.