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'Esmorza amb mi', la película que te anima a creer en el amor después del amor
La película de Iván Morales reflexiona, y hace reflexionar, sobre el amor y el desamor en nuestros tiempos. Hablamos con el director y sus cuatro protagonistas: Álvaro Cervantes, Anna Alarcón, Iván Massagué y Marina Salas
Foto: Karla Schmotzer | Anna Alarcón, Ivan Massegué, Iván Morales, Marina Salas, Álvaro Cervantes (Esmorza amb mi)
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Natàlia trabaja como camarera en un bar del Raval y está rodando un documental sobre el desamor con la voluntad de dar respuesta al que dirigió Pier Paolo Pasolini en 1964, Comizi d'amore. Cuando sufre un accidente que podría dejarla en silla de ruedas, se reencuentra con un viejo amigo, Salva, ahora enfermero del hospital tras un cambio de vida radical. Su pareja es Carlota, que se está recuperando de los excesos y el abandono que la han marcado, y que no ha podido olvidar un encuentro puntual en el pasado con un músico, Omar, quien ahora vive una profunda crisis creativa. Y que, cerrando el círculo, está relacionado con Natàlia. La trama de Desayuna conmigo, ópera prima de Iván Morales basada en su propia obra de teatro, nace de este universo de vidas cruzadas para ofrecer un rompecabezas narrativo en el que todas las piezas encajan a la perfección.
La propuesta, desde una marcada perspectiva de clase, reflexiona sobre el amor y el desamor, pero también sobre la generosidad y la empatía, sobre la responsabilidad afectiva y la sinceridad en las relaciones humanas en las grandes ciudades. El cineasta explica que, antes de tomar forma en los escenarios, Esmorza amb mi nació hace ya veinte años como un guion cinematográfico: “No pudimos sacarlo adelante y me puse a hacer teatro. Escribí Sé de un lugar y a partir de ahí, una obra llevó a otra. Pero la idea de dirigir una película seguía ahí... y la que hemos hecho ahora tiene muy poco que ver con la obra teatral de 2018 y con el guion que escribí en 2004”.
Morales explica que “tiene el mismo título que la obra, pero los personajes han evolucionado. El Iván que tenía 20 años veía películas que hablaban de mis entornos, con gente que se parecía a mí o a la gente que me rodeaba, pero el punto de vista siempre era de la Diagonal hacia arriba. Y cuando querían colocar el punto de vista en las clases más trabajadoras, la mirada acababa siendo tendenciosa: desde el prejuicio y el estigma, o desde la condescendencia, o desde el miserabilismo, incluso con buenas intenciones. El concepto nace de esa necesidad de hacer una historia sobre cómo amamos y cómo buscamos el amor. Sin poner el foco en la precariedad económica, aunque estemos atravesados por ella, y poniendo el foco en algo que nos hermana a todos, seamos de la clase que seamos: la necesidad afectiva”.
Nos encontramos en el Madame Jasmine, el icónico local del Raval que sirve de decorado para algunas escenas de la película, con el director y guionista Iván Morales, y con los cuatro protagonistas: Álvaro Cervantes, Marina Salas, Iván Massagué y Anna Alarcón, la única del reparto que ya formaba parte de la obra de teatro original. Y en un momento de la larga charla, Álvaro Cervantes suelta, medio en broma: “Terapia con Álex Montoya”. Y es que la clásica entrevista promocional ha acabado huyendo de los lugares comunes para convertirse en una sesión improvisada en la que actores, director y también el periodista reflexionan sobre los temas que Esmorza amb mi pone sobre la mesa.
FilmaxAnna Alarcón i Álvaro Cervantes a 'Esmorza amb mi'
¿Os ha cambiado la perspectiva del amor y el desamor trabajando con un texto como este?
Iván Massagué: “Es inevitable que se te remuevan heridas y trabajar desde ahí. Te resuenan cosas... todos conocemos el desamor. El amor, quizá no tanto. Pero sí, los personajes están como están, pobrecillos, y la lupa se pone en ese momento de transición, de buscar el camino recto y feliz, de buscar la calma. Más que una construcción del personaje, yo he puesto mucho de mí mismo”.
Álvaro Cervantes: “Creo que un trabajo así te ofrece un espacio donde reflexionar sobre el amor, que es algo a lo que no estamos tan acostumbrados en el día a día. Abrirse, poner sobre la mesa tus experiencias al respecto, siempre genera cierto pudor. Los ensayos de la película dieron pie a hablar del tema, y así generamos un imaginario común para tener claro qué estábamos contando y, sobre todo, desde dónde lo estábamos haciendo. Creo que el punto de luz que se le da al desamor, y la ternura desde la que Iván mira a los personajes, hacen de la película una historia esperanzadora”.
Marina Salas: “Se evidencia la capacidad humana para la empatía. Eso lo veo mucho en la mirada de Iván hacia los personajes. Y creo que el trabajo se ha hecho desde ahí. Lo que más me gusta de esta profesión es el acto colectivo, poder reflexionar y dialogar sobre estos temas. Eso es lo mejor, y lo hemos hecho porque el proyecto lo permitía. No siempre tienes esa oportunidad, pero con este grupo artístico hemos hablado de todo. Puedes contar cosas que ni siquiera cuentas a tus amigos, porque hay un propósito: la película. Y eso es apasionante. Me reconcilia con todo esto. En mi caso concreto, sí me ha hecho pensar... me ha hecho aceptar o reconciliarme con la idea de que nos necesitamos los unos a los otros. Y está bien que así sea, no pasa nada. Que parte del deseo y del amor hacia el otro también es eso. Porque a veces no sé si el amor es totalmente puro. No sé si existe. Y aceptar que en el amor hay una parte de necesidad también está bien, aunque esa idea esté muy atacada, muy prejuzgada. Y que mi deseo también se despierte en función del otro, creo que es importante”.
A veces no sé si el amor es del todo puro. No sé si existe
Anna Alarcón: “Yo ya había hecho la obra de teatro. Realmente sumo los seis años de maduración, de maceración: en el texto de la obra hasta convertirse en guion cinematográfico, hay todo un viaje que ha hecho Iván. Eso se nota, y mucho. Y a nivel personal, al encarnar a Natàlia, es otra cosa. Porque estoy en otro momento vital. Y porque lo que nos pasa a los actores, especialmente en teatro, es que cuando vuelves a un personaje, lo entiendes mucho mejor. Llevarlo al cine pedía otra cosa, y también el paso de los años”.
Álvaro Cervantes: “Viendo la película, me doy cuenta de que me obliga a tener un diálogo interno conmigo mismo todo el tiempo. Está apelando a tu propia vida. De alguna manera no te deja escapatoria, en el mejor sentido, porque es una película que te está convocando constantemente. Y es ahí cuando conectas con los personajes: como en la vida misma, hasta que no te abres a otra persona y la otra se abre a ti, y os mostráis las heridas, no conectáis profundamente. Los personajes hacen de espejo. Y eso es un regalo, incluso habiendo formado parte, me genera esa segunda reflexión”.
Iván Morales: “En mi caso son muchos años desarrollando la historia, dándole vueltas y reflexionándola... todo ese tiempo de maceración dedicado a las emociones, al corazón y al alma de los personajes. Y a mí lo que me gustaría es que el público, al ver la película, sienta que ha incorporado en su mapa emocional a cuatro nuevos amigos, a quienes ha conocido de forma profunda”.
En el documental que rueda Natàlia, escuchamos a alguien decir: “En la palabra ‘enamoramiento’ hay un ‘-miento’ porque es una invención”.
Anna Alarcón: “Tenemos tantas carencias y tanta hambre que, rápidamente, cuando conoces a alguien, te la inventas en cero coma, porque esa persona será el alimento que yo necesito. De hecho, Juan Carlos, la persona que dice eso en la película, me decía: ‘Si quieres ir a comerte un plato de pasta, ¿para qué coño te vas a un mexicano?’ ¿Sabes qué quiero decir? Tienes hambre, entras en el restaurante mexicano y ves que te has comido un plato que no te sienta bien”.
Iván Morales: “La fantasía y el inventarse cosas también está muy bien, no hay que demonizarlo. Pero hagámoslo con consciencia, sabiendo que estás inventándote un relato, un cuento. Si lo quieres disfrutar, perfecto, el role-playing es fantástico. Pero no te engañes. Sobre todo porque si te engañas, acabarás engañando a la otra persona, y la otra persona te engañará a ti... y llega el desamor”.
Álvaro Cervantes: “Creo que uno de los problemas es proyectarse y usar esa relación para, en el fondo, amarte a ti mismo. Amarte a ti mismo a través del otro. Y así es como se convierte en un juego un poco narcisista, y si no te das cuenta, acabas fatal, te explota en la cara”.
Uno de los problemas es proyectarse y usar la relación para amarte a ti mismo. Amarte a ti mismo a través del otro
FilmaxOriol Pla i Álvaro Cervantes a 'Esmorza amb mi'
El desamor hacia uno mismo, otro gran tema del que habla Esmorza amb mi.
Iván Morales: “El desamor no es necesariamente romántico, hay muchos tipos. Hablamos de cuando pierdes la ilusión, sea por un amor romántico, por tu creatividad, por tu propia identidad, o cuando dejas de cuidarte porque no te quieres... Son diferentes maneras de desamor, de perder la esperanza. Y que hay que superar si quieres evolucionar y crecer. Y estos personajes quieren. Esmorza amb mi no es aspiracional de clase, pero sí espiritualmente aspiracional, porque hablamos de personajes valientes, que no se quedan atrapados en la oscuridad, aunque la tienen. Todos la tenemos, y hay momentos en la vida en los que no puedes huir de esa oscuridad. Estos personajes para mí son admirables porque, por lo que sea, deciden mirarla de frente”.
Esmorza amb mi no es aspiracional de clase, pero sí espiritualmente aspiracional, porque hablamos de personajes valientes, que no se quedan atrapados en la oscuridad aunque la tengan
Álvaro Cervantes: “Creo que lo primero es quererte a ti mismo de forma sana, pero a veces se confunde con un ejercicio narcisista de estar centrado en uno mismo y usar las relaciones para proyectarse”.
Anna Alarcón: “Y eso no está conectado con el amor. Yo creo que muy fácilmente decimos ‘te quiero’, de una manera que... ¿estás seguro de que realmente estamos hablando de amor?”
Álvaro Cervantes: “¡Enamora... miento!” (ríen)
Otra frase, en este caso de Salva: “Veinte años dan para muchas vidas”.
Iván Massagué: “A veces tengo la sensación de que no me he movido del lugar donde estaba hace veinte años. Sí que estoy más conmigo mismo, intentando desaprender lo aprendido, colocar las cosas, ser mejor actor, escuchar más… He perdido mucho el tiempo, y ahora lo pierdo de otra manera, con un poco más de conocimiento. Aparecen heridas nuevas, y este personaje me ofrece… si tienes un poco de paciencia, puede servir. Yo creo que, en un mundo en el que cuesta tanto ser uno mismo, Salva es muy valiente. Todos los personajes lo son. A la hora de enfrentarse a ciertas cosas, es muy fácil: o te haces adicto o sigues adelante. Y hay muchos motivos para seguir. ¿Quieres vivir o no?”
He perdido mucho el tiempo, y ahora lo pierdo de otra manera, con un poco más de conocimiento
Álvaro Cervantes: “Al principio siempre pensaba que lo mejor que podía pasar era trabajar con amigos, y ahora me está ocurriendo. Ir a los vínculos y cuidarlos. Hablando de Esmorza amb mi, siempre he considerado que el gran tesoro de Iván Morales es cómo ha cuidado a los equipos, cómo ha alimentado su universo, invitando a personas a formar parte de él. Además, suele pasar que, trabajando así, los resultados son mejores, al menos a mí me gustan más”.
Iván Morales: “Sí, en veinte años levantando proyectos he aprendido que uno quiere hacer la mejor película o la mejor obra de teatro posible, también porque es una obligación como director hacia el resto del equipo. Si confían en tu proyecto, se lo merecen, tienes que hacer todo lo posible para que saquen lo máximo de ello. Pero la gran paradoja es que, al final, lo más importante no es del todo el proyecto, sino qué te ha movido por dentro. Qué te ha invocado y qué significa en tu proceso vital, que es lo único que realmente te llevas contigo”.
Anna Alarcón: “Yo le sumo que ese elemento, desde donde se hacen las cosas, te permite atreverte a ir mucho más allá como actriz. De algún modo los vínculos ya están creados, te conoces íntimamente, y te atreves más a lanzarte, sientes que la red es más segura y eso te permite arriesgar más. Y luego, yo ya he pasado de los 40 y también se nota, hay algo que se relaja, y entras al trabajo desde otro lugar. Hay algo de ruido, de la expectativa… Vamos a cuidarnos, a crear equipos humanos de puta madre, y vamos a disfrutar de los procesos, porque es lo que nos vamos a llevar. Al final, todo lo demás es ruido, y nuestra profesión tiene mucho de eso”.
FilmaxMarina Salas i Ivan Massegué a 'Esmorza amb mi'
En el monólogo final se habla de la importancia de dar las gracias. ¿Sois agradecidos?
Álvaro Cervantes: “En un momento de crisis o de más oscuridad, creo que el agradecimiento es lo que te saca de esa nebulosa. Al final, siempre tenemos cosas que agradecer. Y reconforta. De alguna manera, hace que pienses más en lo que tienes y no en lo que no tienes. Te saca del centro. Yo creo que soy agradecido de una forma muy cotidiana, por decirlo así. Pero muchas veces se me olvida agradecer profundamente, es fácil que pase”.
Iván Massagué: “Creo que de esta película, precisamente, sales dando las gracias. Gracias porque me he hecho una revisión, gracias porque quizá llamo a esa persona a la que no escuché lo suficiente, o a la que no amé suficientemente bien... Esta película es una oportunidad para uno mismo: de este mundo yo me quiero ir muy limpio. Y quizás Desayuna conmigo me lo recuerda, y es un trabajo que tienes que hacer en paralelo a la vida”.
Esta película es una oportunidad para uno mismo: de este mundo yo me quiero ir muy limpio
Anna Alarcón: “Agradecer abre el corazón. Hay algo físico... yo me doy cuenta de que lo vivo así. Cuando agradeces, se nota físicamente, generas más espacio en ti y, por tanto, puedes ver más al otro. Porque vivimos dándonos muy poco espacio interno, y el agradecimiento te devuelve ese espacio”.
Iván Massagué: “Y es muy diferente decir que hoy haré el bien y seré superagradecido... que ayudaré a cruzar la calle a esa señora viejecita”.
Marina Salas: “Es un agradecimiento que tiene mucho que ver con el respeto, porque hay algo de valorar profundamente aquello que agradeces”.
Álvaro Cervantes: “¡La terapia de Álex Montoya, eh?” (ríen)
Iván Massagué: “Tenía sesión ahora y ya no voy a ir”.
¡Y es terapia gratuita! Acabo preguntándoos por vuestros momentos profesionales.
Iván Morales: “El teatro me ha dado mucho, pero quiero seguir haciendo cine, y es una prioridad. Levantar una película es muy complicado, y el teatro también. Pues ahora vamos a levantar ambas cosas. Por encima de todo, soy un friki del cine. Con mis manías y tal, pero, principalmente, mi educación emocional viene del cine. Lo que pasa es que el teatro... pocos espacios me dan tanta felicidad como el local de ensayo. Mañana ensayo con esta bestia (señala a Anna Alarcón) y eso me da mucha alegría. Seguiremos haciendo películas y obras de teatro. Y ahora recuperamos El día del Watusi, con muchos cambios en el reparto. Y Anna hará casi todos los papeles que hacía antes Xavi Sáez y alguno de los que hacía Bruna Cusí. Hará a Ballesta, que es un personaje mefistofélico, una especie de diablo. Tenemos como referente a Al Pacino en Pactar con el diablo. Y Anna jugando con ese registro... está haciendo un trabajo magnífico”.
Anna Alarcón: “El trabajo aún hay que hacerlo. Yo espero que todo salga bien, porque tengo por delante proyectos que me permitirán seguir haciendo audiovisual y teatro. Y eso me apetece mucho. Combinar ambas cosas es lo que me genera más calma, lo que más disfruto. Y tengo ganas de volver a trabajar con Iván y hacer teatro. Estoy disfrutando mucho los ensayos mano a mano que estamos haciendo. También formo parte de Pubertat, la nueva serie de Leticia Dolera. Y estrenaré el documental Supernatural, de Ventura Durall, que es el proyecto más personal que he hecho nunca, y que nace de una experiencia propia”.
Marina Salas: “Mi momento es muy bueno, con la alegría de poder hacer películas con gente a la que quieres, como Iván. Y con gente que está por llegar. Hace poco he estrenado También esto pasará, y pronto llegará la segunda temporada de La ruta. Y estoy rodando en Barcelona Corredora, que protagoniza Alba Sáez, y que es la ópera prima de Laura García Alonso. Me flipa poder hacer pelis tan diferentes, con gente tan distinta, es muy enriquecedor”.
Álvaro Cervantes: “Yo también estoy contento, viviendo un momento bonito. Con Sorda, que todavía está en algunos cines. Muy contento de estrenar Desayuna conmigo y este mes también Ramón y Ramón, que rodamos en Perú. Y el año que viene, Balandrau. Como decía Marina, muy contento de poder tener proyectos y personajes tan distintos, que al final te permiten tocar muchas teclas”.
Iván Massagué: “Que un actor tenga mucho trabajo es muy difícil, rarísimo. Y yo llevo tres años muy buenos. El año pasado podía decir que este lo tenía lleno. También te digo que el año que viene no tengo nada. Bueno, hay algo más por estrenar, y estoy haciendo la tercera temporada de El inmortal, que supongo que será la última. Y luego Escape Room 2, con Joel Joan, y hay otro proyecto que aún no hemos firmado. Pero quiero hablar también del In-FCTA, que es el festival de cine que organizamos en la Terra Alta, y creo que es el granito de arena que yo dejaré en este mundo: es un espacio interdisciplinar, no es solo de cortometrajes, y da cabida a toda esta despoblación y desculturización que hay en los pueblos. Haremos la novena edición, la primera semana de agosto. Y es bonito, lleva mucho trabajo, no lo disfruto nada cuando lo hacemos, porque es agotador, y suerte de mi socia, Úrsula Agut. Pero luego, cuando me voy y, por el retrovisor, veo que el pueblo se va haciendo pequeño, pienso que está bien esto que hago”.
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