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La Campana (Princesa, 36) es uno de esos lugares que sobreviven al ritmo cambiante y gentrificador del Born. Fundada en 1890, sigue en activo como obrador artesanal y mantiene una oferta que, cuando llega el buen tiempo, se concentra sobre todo en horchata y helados.
La familia Mira ya acumula cuatro generaciones al frente del negocio. Actualmente, encontrarás a Maria Dolors Mira y a sus hijas Laura y Beatriz Ferrer Mira. Cuando empieza la primavera, la tienda de la calle Princesa saca las cubetas y comienza a servir horchata con denominación de origen Chufa de Valencia (procedente de Alboraya), elaborada cada día en su obrador.

El proceso es lento y meticuloso: se limpian las chufas a conciencia, se trituran y se mezclan con agua mineral, con azúcar o sin él. El resultado es una horchata espesa, con poso, totalmente distinta a la mayoría de horchatas industriales. También trabajan para adaptarse a los gustos actuales: cada año reducen un poco la cantidad de azúcar, y ofrecen también una versión sin, apta para personas diabéticas o para quienes buscan opciones menos dulces.

En cuanto a los helados, se elaboran artesanalmente en Jijona y llegan a La Campana a partir del mes de febrero. Ofrecen cerca de 47 sabores hasta octubre. Algunos de los más demandados son los de turrón (de Jijona o de Alicante), vainilla, stracciatella, pistacho o chocolate negro. Para quienes buscan opciones veganas o sin lactosa, también hay sorbetes y helados de frutas como mandarina, frambuesa, limón o chocolate. La Campana no busca innovar ni reinventar nada. Hace lo que siempre ha hecho, siguinedo el rimto de los tiempos, con una calidad constante y una clientela que sabe muy bien a qué va.
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