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La Giralda de Sevilla es conocida a escala mundial —y no nos extraña—, pero ¿sabíais que en Cataluña también tenemos una? La comarca del Penedès esconde la Giralda de l’Arboç, una obra arquitectónica de Joan Roquer i Marí que ahora se podrá volver a visitar.
Tras un período con las puertas cerradas al público, la Giralda de l’Arboç vuelve a acoger visitas para que todo el mundo pueda descubrir esta maravilla arquitectónica catalana de 1908, que es una réplica fiel de la que hay en Sevilla.
Para celebrar la reapertura, se han organizado una serie de visitas guiadas para recuperar este patrimonio único. Si queréis ir sin reserva previa, hay sesiones programadas desde el 19 de julio hasta el 27 de septiembre, todos los sábados a las 12 h, con un precio de 10 euros por persona. Las visitas serán, por tanto, el 19 y 26 de julio; el 2, 9, 16, 23 y 30 de agosto; y el 6, 13, 20 y 27 de septiembre.

Un edificio muy peculiar
La Giralda de l’Arboç fue construida por Joan Roquer Marí, un vecino de l’Arboç que, durante su viaje de novios a Andalucía, se enamoró tanto de la arquitectura árabe que quiso traerla hasta Cataluña.
Roquer y su esposa, cuando regresaron de la luna de miel, decidieron construirse una segunda residencia en l’Arboç para desconectar de su día a día en Barcelona, la ciudad donde vivían. La obra se finalizó en el año 1908 y se convirtió en un ejemplo único del modernismo catalán con influencias andalusíes y orientales.

Si vais, uno de los elementos que más destacan es la reproducción de la Giralda de Sevilla, con una altura de 52 metros, que convive con una réplica del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada y del Salón de Embajadores de los Reales Alcázares de Sevilla.
Ahora que ya se puede volver a visitar, descubriréis que el interior del edificio está lleno de arcos de herradura, lobulados y arabescos, así como otros elementos que siguen los modelos originales andaluces, replicados a partir de las fotografías que el matrimonio hizo durante su viaje de novios.
