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La Llibreria Sant Jordi se ha convertido en un símbolo de la resistencia barcelonesa en Ciutat Vella. Obligada a cerrar por una subida desorbitada del alquiler y por la falta de relevo generacional, finalmente ha encontrado a quien la salve de convertirse en otro más de los locales de la calle Ferran enfocados únicamente en el turismo. Finalmente, será la agencia de viajes Temps d’Oci la que reabrirá el local, en marcha desde 1983, para transformarlo en un espacio que combinará cafetería, lectura y actividades culturales.
El cierre de la librería causó un gran revuelo en diciembre del año pasado. Tras la muerte del encargado, Josep Morales, su viuda, Cristina Riera, tuvo que vender rápidamente todo el stock, y se formaron largas colas para comprar lotes de libros (tenían más de 4.000 volúmenes) y así mostrar su apoyo al negocio. Meses después, Temps d’Oci ha anunciado que se queda con la librería con “la voluntad de ofrecer un lugar vivo, abierto y acogedor, tanto para los lectores, como para los vecinos, visitantes y cualquier persona que quiera conectar con un trozo de historia e identidad barcelonesa”.
No es la primera vez que se hacen cargo de una librería en riesgo de cierre: recientemente lo hicieron con la librería Quera, la más antigua de Barcelona. En la calle Ferran está previsto que abran este verano, con el nuevo nombre de Espai Sant Jordi.
