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La Vía Verde del Plazaola: 50 quilómetros de cicloturismo paradisíaco por una antigua vía de tren

Este recorrido en Navarra atraviesa valles protegidos, caseríos y tiene el túnel de vía verde más largo de España

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
Editor de Menjar i Beure, Time Out Barcelona
Vía Verde del Plazaola
Foto: Ricard Martín | Vía Verde del Plazaola
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La tendencia está clara: este verano crecerá el turismo rural y de montaña. Ya lo ha hecho: las cifras del pasado mayo indican un crecimiento del 5,3 % del turismo rural en toda España respecto al año anterior. Y no es de extrañar: lo que antaño eran unos placenteros días calurosos en la playa, hoy se han convertido en jornadas de achicharramiento y crema solar y noches de insomnio sudoroso. El norte también puede ser sofocante, pero por la noche las temperaturas bajan a 18 o 19 grados. Y de día se puede poner a raya a la canícula paseando entre zonas verdes y no masificadas.

BTT en el Hayedo de Urbasa
Foto: Reyno de NavarraBTT en el Hayedo de Urbasa

Y en este clima más benevolente se puede hacer deporte en verano sin arriesgarse al soponcio. Navarra, por ejemplo, se ha convertido en una zona ideal para el cicloturismo, también el familiar. En el país navarro existen 9 rutas circulares de bicicleta, que parten de 19 campings asociados (todos ellos disponen de taller de reparación, lavadero y garaje para bicicletas). Decir que hay rutas ciclistas bonitas en Navarra es quedarse corto: podemos pasear por el parque natural de Urbasa, una puerta de entrada medio oculta a parajes espectaculares y de lo más variados, por ejemplo. 

Pero si queréis poneros en plan budista-meditativo sin tener que ir consultando el mapa, os recomiendo el camino natural de la Vía Verde del Plazaola: es el trayecto de un antiguo tren minero de vía estrecha que unió Pamplona con San Sebastián hasta mediados del S.XX. Su tramo navarro va de Leitza —rozando la provincia de Gipuzkoa— a Pamplona. En total, son 50 quilómetros recuperados del trazado original de la vía, que discurren entre caseríos, antiguas estaciones de tren, prados, bosques y túneles.

Vía Verde del Plazaola, a la salida de Lekunberri
Foto: Ricard MartínVía Verde del Plazaola, a la salida de Lekunberri

Mediante el trazado del antiguo ferrocarril de Plazaola, la vía verde se adentra en el valle de Leitzaran y finaliza su recorrido en la localidad de Andoain. El ferrocarril se construyó a principios del s. XX como transporte minero, y amplió su servicio a pasajeros. Tras sufrir graves daños en la riada de 1953, no volvió a dar servicio. En septiembre de 1958 se autorizó el desmantelamiento de la vía y quedó abandonado. A principios del siglo XXI se reconvirtió su trazado por el valle del Leitzaran en vía verde.  

Lekunberri
Foto: Sònia HernàndezLekunberri

Tuve la oportunidad de realizar un aperitivo circular de esta vía empezando en Lekunberri. El paso de la Vía Verde ha devuelto el pueblo de Lekunberri al mapa, y antes o después de emprender el camino merece la pena visitar la localidad: es un lugar lleno de caseríos de piedra antigua, no especialmente postalero, con calles empedradas, balcones con flores y una iglesia parroquial que lo domina todo.

Parroquia de San Juan, Lekunberri
Foto: Sònia HernàndezParroquia de San Juan, Lekunberri

Y esa es la gracia: visitar un lugar tranquilo de verdad, en el que a finales de junio los dos únicos turistas nos reconocemos por nuestra oscilación de pollos sin cabeza buscando un sitio donde comer y lo pintoresco es real.

Hay que dejar claro una cosa: esta ruta es, literalmente, un recorrido de vía estrecha, pero tiene unas vistas y unos paisajes deslumbrantes. Iniciamos el camino en el km 0, marcado en el prado de Plazaola, justo al lado del camping de Aralar. Dejamos atrás los edificios de la antigua estación del Plazaola y nos adentramos en un paisaje de verdor que alterna zonas boscosas con caseríos. Como quien dice, de golpe te encuentras cruzando un pasadizo rodeado de grandes vistas, como estar transitando en un diorama gigante.   

El túnel protegido más largo de España 

Auspiciado por la sombra de los árboles y la vegetación –el camino es tan estrecho que en algunos tramos las copas de los árboles se unen y forman una bóveda vegetal– se pedalea a gusto, sin nadie a la vista. Lo más chocante del camino verde es la frecuencia con la que cruzamos túneles: justo después de pasar al lado de la preciosa localidad de Leitza –merece la pena una visita, no la cruza el camino– ya hemos atravesado cuatro túneles, que conectan prados en los que pastan ovejas latxas, las del Idiazábal

Vía Verde del Plazaola
Foto: Ricard MartínVía Verde del Plazaola

Y al quilómetro 12 llegamos al hito de la excursión: atravesamos el Túnel de Uitzi, que con 2.700 metros de longitud es el túnel más largo de toda la red de Caminos Naturales de España. Tiene iluminación artificial, y pese a ello se recomienda el uso de linternas o luces de bicicleta en su interior. En su parte central, el agua ha ido acumulando sedimentos y el resultado es un paisaje que parece entre lunar y ártico. 

Túnel Uitzi
Foto: Caminos NaturalesTúnel Uitzi

Tramo final de la Vía Verde del Plazaola hasta Lekunberri

Tras cruzar el largo túnel de Uitzi, la ruta se asoma brevemente a la carretera NA-1700 durante unos 300 metros. Aquí, entre curvas suaves, aparece la antigua estación de tren de Uitzi, hoy reconvertida en casa y granja. El camino continúa pegado a la carretera, atravesando más túneles y adentrándose en un espeso bosque atlántico donde conviven robles, hayas, castaños y avellanos. Un paisaje verde, fresco y silencioso que acompaña al viajero hasta las puertas de Lekunberri.

Regresando a a Lekunberri, la ruta paralela a la carretera
Foto: ShutterstockRegresando a a Lekunberri, la ruta paralela a la carretera

Antes del kilómetro 18, el trazado bordea la autovía A-15 y, tras una trinchera profunda y un par de giros estratégicos (atento a los túneles, uno de ellos sin iluminación), se entra en la recta final, el retorno a Lekunberri. A un lado, las casas de Lekunberri; al otro, el fin de etapa: la antigua estación, ahora sede del Consorcio Turístico del Plazaola y punto de información.

Culminamos la excursión con una cena en la Kantina del Plazaola, un bar-restaurante situado en el centenario almacén de la extinta estación de tren. Se come a la basca: es decir, con productazo y sin tonterías. Una monumental hamburguesa con pollo de corral de la misma localidad, mermelada de tomate, queso cheddar, espárragos trigueros y cebolla morada salteada al momento y patatas, cuesta 13 euros. Y tienen la sensibilidad de tener platos vegetarianos, algo complicado de localizar en el país vasco-navarro. 

Kantina del Plazaola
Foto: Kantina del PlazaolaKantina del Plazaola

Y para quien quiera pegarse un banquete con coartada histórica, puede reservar en el Hotel Ayestarán: este recio palacete, inaugurado en 1912, forma parte de la ruta Hemingway y la gloria de las letras estadounidenses solía descansar unos días aquí entre cogorzas y sanfermines. Dispone de un menú de fin de semana con todos los platos icónicos de la gastronomía Navarra: ensalada de ventresca, rodaballo salvaje, alubias de Tolosa, bacalao con piperrada... 

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