Núria Graham: "¡Pero qué dices, cariño, si yo no quiero madurar nunca!"

Núria Graham se quejaba de que no había mujeres productoras y se dijo “pues me lo produzco yo, joder, y aprendo a producir”. Así ha cocinado su nuevo y quinto álbum, 'Cyclamen' (2023), jugando con el piano de pared del comedor de la casa del Empordà donde vive y ha encontrado la tranquilidad necesaria desde hace dos años.

Contrabajo, cuarteto de cuerdas, fagot, flauta, arpa, saxo... Este es un punto de inflexión en la carrera de Graham. "Sí, ha habido muchos pasos de frustración que he ido superando, aunque no reniego de nada y, sí, es un principio un poco fresco, de repente se han abierto muchas cosas en mi cabeza", asegura.

A la gente le da risa, porque soy la que tiene un acento rarísimo

No solo ha tomado las riendas de su sonido, sino que publica el disco con el sello estadounidense New Deal (de Verve Forecast), junto con Universal y Primavera Labels. Además, en otoño estuvo de gira por Europa y Estados Unidos (y vuelve en marzo). En cuanto a Barcelona, ​​presenta el disco en directo en la sala Paral·lel 62, dentro del Guitar BCN, el 17 de febrero.

¿Qué reacciones te has encontrado en estas giras internacionales?

Algo que me ha hecho gracia es que me preguntan por las letras. A la gente le da risa, porque cuando ahí soy la que tiene un acento rarísimo, entre catalán e irlandés, no sé si gracioso, y digo cosas que no diría una persona nativa. Pero es un trabajo de picar mucha piedra, de empezar de nuevo.

El disco anterior, 'Marjorie' (2020), hablaba mucho de Irlanda.

Sí, pero tuve que dejar de hacer bolos porque ese disco cogió una dimensión y un significado que me asustó. 'Connemara', que hablaba de la muerte, es la región donde vivía mi tía, fuimos a grabar el videoclip allí mismo, caminábamos por el cementerio. Luego, mi tía murió y de repente ya no era capaz de cantar esa canción. He tenido un duelo no resuelto.

Hay una Núria más rockera, ¿la has abandonado?

Incluso mi madre me ha dicho: "¿Dónde está el rock'n’roll?" Pero hay canciones como 'Disaster in Napoli' que tienen esa cosa sucia y trallera. Son varias Núrias que he ido recuperando y me ha salido un disco tranquilo porque seguramente he estado en un momento tranquilo de mi vida. No he abandonado las guitarras eléctricas porque ya las echo de menos, pero tengo tiempo de ir hacia delante y hacia atrás y de buscar sonidos diferentes.

Estuviste un año sin tocar.

Sí, estuve muy encerrada en el comedor de casa, me compré un piano y de ahí ha surgido todo. El proceso más difícil fue decidir producirlo yo, entonces me dejé llevar por el proceso de estar en casa, hacer maquetas y grabar a los pianos con la ayuda de mi ingeniero, Jordi Mora. La música te va llevando hacia algún sitio y yo me siento en el asiento trasero y me dejo llevar.

Durante una temporada fuiste la guitarrista de Amaia.

Hice dos canciones para ella, pero la cosa se fue animando y pasó a ser algo más que hacer de músico, de oficio. Me lo pasaba muy bien y aprendí mucho, pero llegó un punto en el que vi que no podía aportar nada mío.

Te has producido el disco, Helena Cánovas ha hecho los arreglos y Heba Kadry la masterización. Todo mujeres. ¿Algo está cambiando?

Es un proceso que cada vez va más deprisa, pero todavía no hemos llegado, todavía hay pasos quedar.

¿Te encuentras mucho 'mansplaining' cuando vas por el mundo a tocar?

Empecé siendo mujer y joven y me he encontrado cincuenta mil comentarios de mierda, pero también buenos consejos. Se trata de rodearte de personas que valgan la pena. He estado un mes de gira, era la única mujer y había días que no tenía contacto con otra mujer, pero yo me fijo en las personas, y los hombres que me acompañan tienen una energía superfemenina.

Había días que no tenía contacto con ninguna mujer

Comenzaste con 16 años y ya llevas diez años de carrera.

Algunas cosas ya las he hecho mil veces y en otras soy una inexperta. A veces me dicen: “Este es el disco de la madurez”, y yo digo: “¡Pero qué dices, cariño, si yo no quiero madurar nunca!

¿Cómo te ves dentro de diez años?

Quiero ser igual, ese espíritu de niño pequeño es lo que me lleva a hacer música. Y me veo haciendo toda la música que pueda, habiendo aprendido a producir mejor, habiéndome dado cuatro hostias más de las que llevo, pero no muy diferente.

¿Te ha cambiado la voz?

Antes decía que era guitarrista y no me preocupaba tanto por la voz. Ahora he sido más perfeccionista y noto que me está cambiando, canto más grave. Ahora que he estado tocando veinte días seguidos, la voz coge una elasticidad genial y mira que fumo un poco y no me la cuido al máximo, pero tengo ganas de escuchar un disco mío dentro de diez años con una voz así “arghhh”, muy grave.

Dices que será un disco más exigente a la hora de cantar en directo.

Sí, el 'Does it ring a bell' (2017), que era más rockero, estaba pensado para cantar casi de resaca, era más hablado, era una época en la que iba de Lou Reed por la vida, ja, ja. Sin embargo, este disco pide más de mí, debo estar muy conectada.

Núria Graham estará en Paral·lel 62, dentro del Guitar BCN el viernes 17 de febrero, a las 21 h. 15-25€.

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