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Pasear por las calles de Oporto una noche de verano, justo después de cenar, mientras decidís qué visitar al día siguiente, os llevará a encontraros con grupos parados en las esquinas con una copa en la mano y bolsas llenas de alcohol para pasar la noche.
Aunque el botellón suele asociarse a la cultura de beber en la calle en España, en ciudades como Oporto también es muy habitual. A pesar de ser una práctica popular, los habitantes de la ciudad portuguesa no la consideran tan encantadora. Por eso, el Ayuntamiento ha aplicado una nueva prohibición para combatir el consumo de alcohol en la vía pública durante la noche.
Desde el miércoles 25 de junio, la venta de alcohol en supermercados, tiendas de conveniencia, bodegas y tiendas de souvenirs entre las 21 h y las 8 h ha quedado prohibida dentro de la “zona de contención” de Oporto. Solo los cafés, bares, restaurantes y discotecas tienen permitido vender bebidas alcohólicas durante ese horario.
La llamada zona de contención abarca todo el centro de Oporto, incluidas zonas muy frecuentadas por la vida nocturna, como la Rua da Galería de París.

¿Cómo se ha aplicado esta prohibición? Según Portugal News, los organismos de inspección pueden “cerrar inmediatamente un establecimiento que no cumpla la normativa”, de forma temporal y preventiva. ¿Por qué? El propio alcalde lo explica: “Hemos observado que la aplicación sucesiva de multas no disuadía a los agentes económicos de seguir incumpliendo las normas, porque les salía a cuenta pagarlas, ya que eran muy bajas”.
Aunque se espera que esta medida sirva para frenar la cultura del botellón y mejorar la calidad de la vida nocturna de Oporto, no todos están convencidos.
Distintas opiniones ante la nueva normativa
Miguel Camões, presidente de la Asociación de Bares y Discotecas de Oporto, declara que: “El problema del botellón es importante porque a menudo implica bebidas traídas de casa o compradas en supermercados durante el día; por tanto, no son los locales los que venden esas bebidas para su consumo en la calle”, según recoge Portugal Pulse.
En cambio, Camões considera que una legislación más general que impida consumir alcohol en espacios públicos, sea comprado o traído de casa, sería más efectiva. Ricardo Tavares, presidente de la Asociación de Bares y Discotecas de Portugal, coincide con esta opinión y asegura que la medida “carece de sentido” y que “operativamente no aportará ninguna mejora a la ciudad”.