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Sabor de Gràcia: "Aquí no ha habido payos ni gitanos, aquí ha habido gracienses"

El grupo de Sicus Carbonell celebra 30 años con un gran concierto lleno de invitados e invitadas

Borja Duñó
Escrito por
Borja Duñó
Head of Editors, Barcelona
Sabor de Gràcia
Foto: Gisela Jané | Sabor de Gràcia
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Treinta años no se cumplen todos los días, y por eso Sabor de Gràcia los celebra con un gran concierto y un montón de invitados que el 15 de marzo abarrotarán el escenario de la sala Paral·lel 62. "Ya tenemos confirmados invitados como Lucrecia, María Toledo, Pep Sala, Juan Carmona de Ketama, Aziz Ibrahim [Simply Red y Stone Roses], que viene a tocar rumba con guitarra eléctrica", cuenta Sicus Carbonell. "También estarán 31 Fam, Muchacho, Maruja Limón, José Fernández, que es un chico de Figueres que canta increíble..." y así hasta llegar a unos 40 o 50 músicos y bailarines sobre el escenario. De eso y de muchas otras cosas hablamos con el líder de una formación que ha llevado la rumba catalana y el barrio de Gràcia por medio mundo.

Estamos sentados en el escenario del Centre Artesà Tradicionàrius, donde debutó Sabor de Gràcia hace 30 años.

Sí, el 25 de noviembre de 1994. Hace 30 años y unos meses que estuvimos aquí arriba y debutamos cuando este espacio no era así, era blanco y rojo, totalmente diferente. Y en ese momento, ¿quién hubiera imaginado que estaríamos 30 años tocando rumba, llevándola por casi todo el mundo y ahora celebrándolo?

En 30 años también ha cambiado el barrio de Gràcia.

Hombre, ha cambiado el barrio de Gràcia, he cambiado yo, que tenía 20 años y ahora tengo 50 [ríe]. Todo ha cambiado, hay cosas que están muy bien y siento mucha nostalgia por cosas que ya no están. Cuando vengo por estas calles del barrio recuerdo cuando era más joven, las tiendas que ya no existen, vecinos que ya no están y familiares que también se han ido. Y, quieras o no, cuando veo el barrio siento alegría, pero a veces se me cae una lágrima, porque tengo esa nostalgia.

¿Se podría decir que sois embajadores de Gràcia en el mundo?

Lo hemos llevado a casi todos los continentes. Paseamos el nombre de un barrio que siempre ha sido un ejemplo de convivencia entre gitanos y payos, los no gitanos, como yo los llamo. Y aquí no ha habido payos ni gitanos, aquí ha habido graciences. Es una suerte poder pasear un barrio que ha sido un espejo para todos y, sobre todo, una de las cunas de la rumba catalana.

¿Y cuál es ese sabor de Gràcia?

Es el sabor que tenemos los gitanos a la hora de hacer rumba, eso lo decía Gato Pérez. Cuando algo le gustaba decía “tienes sabor” y cuando no le gustaba decía “eres un poco gallego”, porque era argentino. De niño, recuerdo el bar Petxina de Gràcia, unas juergas con el Pescaílla, su hermano el Tío Joan, Lola Flores, Moncho, el cantante de boleros, que era primo de mi abuela; el Chango, en paz descanse también, que era el rumbero de la época. Venían de otros barrios a ver las juergas que hacíamos en el bar Petxina y también en las bodas. Aquí se han celebrado bodas gitanas. Te vienen tantos recuerdos… es un barrio con mucho sabor.

"A veces la gente confunde lo que es la rumba catalana"

¿Quién inventó la rumba catalana?

Fácil, es fácil. El Pescaílla hacía una rumba abolerada. Hacía esa rumbita a medio tiempo muy Frank Sinatra, muy de la bossa nova, de la música brasileña y del flamenco. Era una rumba más flamenca, más íntima, por así decirlo, una rumba flamenca abolerada y fusionada con la bossa nova y la música brasileña, incluso hacía los mambos, los metales, con la boca. Y Peret hacía la rumba catalana tal como la conocemos. A partir de ahí también surgió el Txatxo, que fue el primer gitano que metió el piano, y también los Amaya, que hacían la rumba a medio tiempo. ¿Quién no ha bailado con eso? Y los primeros payos que hicieron rumba catalana y que tuvieron mucho éxito fueron Rumba Tres. Después vino Gato Pérez. Lo digo porque a veces la gente confunde lo que es la rumba catalana. La rumba catalana es eso.

¿El ventilador?

Es ese movimiento que hacemos con la mano derecha o izquierda, si eres zurdo. Damos un golpe a negras en la guitarra, que puede ser más agudo o más grave, dependiendo de la canción, y que es como un bombo de batería a negras. Y ese rasgueo viene del güiro cubano, es de la música cubana. Antes aquí también lo hacíamos con la botella de Anís del Mono. Y todo junto suena así [toca la guitarra], pero hay siete tipos de ventiladores. Y dependiendo de la canción queda bien un ventilador u otro.

¿Hay definición de rumba catalana?

A mí me gusta una definición que hizo Marcos Ordóñez, que dice que “la rumba es un pensamiento alegre que se baila”.

"La rumba es un pensamiento alegre que se baila"

Vais a hacer un súper concierto de celebración en el Paral·lel 62 dentro del Festival Mil·lenni, con muchos invitados. ¿Cómo será?

El 15 de marzo celebraremos nuestros 30 años con un concierto irrepetible. Solo se verá ese día, no se repetirá. Habrá una fiesta final con la familia, con el baile de guerra, algo que no se ve sobre un escenario, como aquellas juergas que hacíamos aquí en el bar Petxina. Con los invitados incluidos, seremos unos 30, 40 o 50 en el escenario al final, y haremos una juerga totalmente improvisada.

¿Cabréis todos en el escenario?

Sí, hombre, aquello es grande, muy grande. Tengo la suerte de estar muy bien rodeado, una banda de quince músicos con metales, con violín, una pasada. Y sobre todo esa fiesta final, que me hace mucha ilusión porque cantaremos todos. No será eso de “canto yo y me acompañáis”, no, ayer lo hablaba con María Toledo, “oye mira, vamos a hacer esta fiesta”, “¿y qué canto?”, “lo que tú quieras”, ¿sabes? Estaremos ahí con las guitarras, la percusión, las palmas, como hacíamos en nuestras juergas aquí, tocando rumba catalana, algo de flamenco, quiero plasmarlo sobre un escenario, que la gente lo disfrute.

"En Cataluña tenemos el mal hábito de hacerlo todo pequeñito"

¿Cuándo sabremos si la rumba catalana será candidata oficial a convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco?

En mayo se presenta el Consejo de Territorio, que incluye a todas las comunidades autónomas, y lo presentará la Generalitat de Catalunya. Si las comunidades autónomas del resto de España votan a favor, tendremos la rumba catalana como candidatura oficial. Después, el Ministerio y el Gobierno de España deberán decidir en qué año se presenta ante la Unesco. Esperamos que también se sume el Gobierno francés para hacer una candidatura internacional y entonces podrá presentarse cuando se desee.

Ya sería mala suerte que alguna comunidad no votara a favor.

Hombre, ¿quién no ha bailado una rumba catalana? ¿De Peret, de Los Amaya o de El Pescaílla? Pero hace poco hice un pequeño trabajo de investigación y ahora te lo voy a preguntar a ti, voy a coger el micrófono y te lo voy a preguntar.

Uy, ahora voy a quedar mal.

Ya verás, déjame, que esto me gusta. Este micrófono me gusta. Mira, por ejemplo, Los Amaya. ¿Tú de dónde crees que son Los Amaya?

¿Catalanes?

No. Uno nació en Oviedo y el otro en La Coruña. Vinieron aquí, pero ellos son de allí. Maruja Garrido, que es rumbera y vive aquí. ¿De dónde crees que es?

No lo sé.

De Murcia. El Pescaílla, gitano de Gràcia. ¿Dónde está enterrado?

En Madrid.

Muy bien. El Chango, un gitano que se crió aquí, nació en Madrid y está enterrado —esta te la contesto yo porque no la sabrás— en Palma de Mallorca. El Chacho, nacido en el barrio del Raval. ¿Sabes dónde vive?

¿Mataró?

No. Se ha ido a otra comunidad autónoma. Vive en Jerez, Andalucía. Y queda otra más, Dolores Vargas. Dolores Vargas está enterrada en Valencia, porque vivió muchos años en Xirivella y es de aquí. ¿Qué te digo con todo esto? Que la rumba catalana y los rumberos están por toda España. Si hubiera alguna comunidad que votara en contra, sería por desconocimiento, porque algún rumbero ha nacido o está enterrado en su comunidad. Se llama rumba catalana porque se ha hecho en Cataluña. Es como la crema catalana. No se puede llamar crema española porque no sería lo mismo. O el cocido madrileño. Cada uno tenemos en nuestra comunidad rasgos diferenciales que nos hacen más grandes. No que nos separan, sino que nos unen y nos hacen más grandes. Y la rumba catalana es eso, crea puentes.

Y todavía te has dejado uno de más lejos, Gato Pérez.

Sí, Gato Pérez era argentino, vino aquí y está enterrado aquí. Pero ya no voy a buscar a Gato Pérez. O los Gipsy Kings, cuyos abuelos eran de Lleida, y en la guerra del 36 se fueron a Francia y ellos ya nacieron en Francia. Quiero decir que son catalanes, hablan catalán y comen escudella igual que nosotros. Y después están todos los gitanos de la Cataluña Norte, de Perpiñán, de Montpellier, de Tarascón, de Narbona, que son gitanos catalanes y dicen que son catalanes. Y cantan rumba catalana. Es decir, la rumba es muy grande, es un género muy grande, y a veces nosotros mismos la hacemos pequeña. A todo esto también hay que decir que hay grupos como Estopa, La Troba Kung-Fú o La Pegatina, que también han coqueteado con la rumba, y grupos jóvenes que cada día más usan la rumba catalana como canal de expresión. Y eso hace más grande el género. El otro día estuve haciendo una pequeña entrevista para el documental de la rumba catalana de Alfred García. Y él es un cantante melódico que viene y hace una rumba porque se la enseñó su tío. ¿Qué quiere decir eso, que la rumba catalana es pequeña? No, es más grande de lo que nosotros creemos. Lo que pasa es que a veces, aquí, en este país, en Cataluña, tenemos el mal hábito de hacerlo todo pequeñito. No, no, esto es grande, esto es universal, y tenemos que ser nosotros quienes lo llevemos por todo el mundo.

"Los grandes festivales no cuentan con la rumba"

Eres uno de los impulsores de la candidatura a la Unesco.

Sí, yo soy el vicepresidente de la Plataforma por la Defensa de la Rumba Catalana. La presidenta es Rosa Pubill, la hija de Peret, y hay todo un grupo de gente detrás: Dani, Miliu, Manel, Oriol, gente, payos y gitanos, porque somos rumberos. Y más gente, la mayoría de los grupos de rumba están en la Plataforma, y estamos preparando los Dies de la Rumba, que haremos en septiembre, que ya hicimos el año pasado, y este año volvemos a la plaza Catalunya. También estamos preparando asaltar Madrid con tres días de rumba, y no solo aquí, también un festival —que ya se puede adelantar— que apadrinamos desde Sabor de Gràcia y que se llamará Rumba Tour Festival. Se hará en diferentes lugares de Cataluña y será también un festival donde la mayoría de los artistas serán emergentes. ¿Por qué? Porque el artista emergente de la rumba catalana no tiene dónde tocar. No se programa rumba, se programa muy poco, y te lo dice un grupo que lleva 30 años. Y si haces un poco de investigación, verás que en los grandes festivales no se cuenta con la rumba. Cuando es un promotor particular que juega con su dinero, cada uno hace lo que quiere, pero cuando tienes subvención pública, yo también pago. Y los rumberos también pagamos, entonces también tienes que incluir la rumba catalana. Si a nosotros, que llevamos 30 años, nos pasa esto, ¿qué le pasará a un emergente?

¿Cuándo será este festival?

Si Dios quiere, después de Semana Santa. Ya os avisaremos, pasaremos todas las fechas de todos los pueblos, porque no es solo Barcelona; la rumba también la llevamos a diferentes lugares de Girona, de Lleida, de Tarragona. Tenemos uno ya atado en Montblanc, y allí habrá actuaciones de rumba catalana, también habrá actuaciones para niños y talleres de rumba catalana: de guitarra, de percusión, de palmas, de baile, y sobre todo también para público familiar. ¿Por qué? Porque a las 11 de la noche se acaban las actuaciones. Porque si no, el nivel de alcohol sube, y después dicen: “¿Ves? La rumba catalana trae mal ambiente”. No, es el alcohol el que trae mal ambiente, pero no solo en la rumba catalana, en cualquier música. 

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