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Vuelven a abrir los Pabellones Güell después de cuatro años cerrados

Termina la primera fase de restauración de las caballerizas de la Finca Güell de Antoni Gaudí

Enora Le Roux
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Enora Le Roux
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Las caballerizas de la Finca Güell vuelven a abrirse al público el 1 de junio. Después de que en 2018 el recinto cerrara las puertas para empezar las obras de restauración, la obra de Antoni Gaudí, también conocida como Pabellones Güell, se puede volver a visitar.

De hecho, los visitantes que se acerquen a este recinto podrán visitarlo de dos formas distintas: en visita libre y visita guiada. Esta última tiene una duración de unos 50 minutos y la posibilidad de realizarse en catalán, castellano o inglés. El horario de apertura es de 10 a 16 h todo el año (excepto 25 y 26 de diciembre, y 1 y 6 de enero).

La Universidad de Barcelona, propietaria del recinto, cedió el uso de las caballerizas de la Finca Güell al Instituto Municipal del Paisaje Urbano y la Calidad de Vida (IMPU) que, desde 2015, trabaja para la restauración integral de la obra de Gaudí, las vallas de los jardines asociados y el propio jardín. Actualmente, ya se ha ejecutado la primera fase de la restauración y esto ha permitido reabrir las puertas al público.

Pavellons Güell
Foto: Pepe NavarroPabellones Güell

Esta primera etapa de restauración ha actuado en la entrada principal y en la valla de la avenida de Pedralbes, donde se ha abierto un nuevo acceso para preservar la puerta del Drac y se ha instalado un nuevo chiringuito con servicios accesibles. También se han realizado actuaciones de mantenimiento y protección de elementos en mal estado. A partir del mes de octubre, empezarán los trabajos de rehabilitación de la casa del portero, y en 2023 se iniciará la restauración del pabellón de las caballerizas. El recinto continuará abierto cuando empiecen las obras, siempre que sea posible.

Los Pabellones Güell, construidos entre 1883 y 1887, son de los primeros edificios hechos íntegramente por Antoni Gaudí por encargo de su mecenas, Eusebi Güell. El trabajo consistía en diseñar los jardines del palacio de verano —actual Palau Reial—, construir las puertas de entrada a lo largo de todo el recinto, así como los dos pabellones de acceso a la finca y un mirador. Gaudí utilizó una gran diversidad de geometrías y materiales para llevar a cabo el encargo y, por primera vez, aplicó la técnica del quebradizo.

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