14 planes para cargarte las pilas en Barcelona

Es llegar a la esquina de Sant Domènec del Call y notar los olores deliciosos que salen de Caj Chai, una de las mejores (y más bonitas) teterías de la ciudad. No es fácil decidirse por un solo té de los de su carta, pero si buscáis un chute de calor, antibiótico y energía, pedid que os sirvan un vaso humeante de jengibre y miel, espeso como la ambrosía.

Cambiar de trabajo, sacar adelante una idea de negocio y mejorar las herramientas profesionales pueden ser una gran inyección de energía. Si queréis aprender sin gastar dinero, consultad la oferta de cursos de Barcelona Activa: algunos están enfocados a sacarle jugo a las redes sociales, a sacarle el polvo al currículum, a hablar en público, a aprender a sacar adelante un proyecto de economía colaborativa... ¡Seguro que encontráis algúno que os interesa!

Nada como música a todo trapo y bailes descontrolados para activarse. O como una noche de club y sudor entre centenares de cuerpos. Pero si lo que queréis es aprender o mejorar vuestra técnica, echadle un vistazo a los cursos de baile del Centro Cívico Barceloneta, donde hacen desde butoh hasta iniciación a la danza contemporánea, a precios amigos e impartidos por buenos bailarines y coreógrafos.

Dos puntos a favor. El primero, el yoga. Aprender a coordinar respiración y movimiento. Estirar, sentir el cuerpo y darle el tiempo y el espacio necesarios. El segundo, la buena sudada. La característica fundamental del 'bikram' yoga es que se practica a una temperatura de 40 grados, lo que hace que los músculos se calienten con más facilidad–prevé el riesgo de lesiones– y que el cuerpo elimine toxinas a todo gas. Podéis probar diez clases de 'bikram' yoga por 25 euros.

Ayudando a los otros también nos ayudamos a nosotros mismos, y mucho. En Barcelona no vamos faltos de maneras de ayudar. Sólo es necesario tener ganas, compromiso y saber donde la ayuda es más necesaria. La Generalitat tiene un programa de voluntariados donde encontraréis un montón de buenas opciones y plataformas como la Fundación Avismon, que ayuda a la gente mayor, por ejemplo acompañándolos al médico; y la AREP, la Asociación para la rehabilitación de personas con enfermedades mentales.

Sobre lo que quiere decir alimentarse bien, hay tantas teorías como recetas de pasta. Una de las que gana adeptos es la cocina macrobiótica, que se basa en el principio filosófico de equilibrio del yin y el yang y lo adapta a las combinaciones de alimentos para que sean tan digeribles y nutritivas como sea posible. Si queréis saber más cosas, consultad los cursos de Esmaca, la Escuela Macrobiótica de Cataluña.

Si hay algo más enérgico que conseguir salir de un ataúd donde te han enterrado vivo, que baje Drácula y me clave los dientes en la yugular. Esta proeza es la que proponen en Catalepsia Extreme Escape, el 'escape room' más pequeño del mundo (pasa, literalmente, dentro de un ataúd) de la factoría de Horror Box, también autores de los brillantes 'escape rooms' Jigsaw y Ouija. Temblad.

A medio camino entre la tradición catalana y la cocina de autor, Teresa Carles es sinónimo de comer saludable y sabroso. Desde hace un par de años también se dedican a hacer unos zumos y batidos naturales. De entre la gran variedad que fabrican, si lo que queréis es una bomba de energía, tenéis dos opciones infalibles: el Energy Boost (pepino, agua purificada, lima, miel, agua de naranjos y polen de abeja) y el Turmeric Chai (agua purificada, almendras, carne de coco joven, cúrcuma, jengibre, vainilla, canela, pimientas, anís y miel).

Ir al gimnasio debe ser uno de los propósitos de año nuevo más fallidos. Hace falta mucha fuerza de voluntad. Pero, ¿y si hubiera alguien, un experto, que os motivara de verdad y que os propusiera los ejercicios que más os convienen? Esta es la tarea de los entrenadores personales del DiR, con más de veinte centros en la ciudad. El precio por persona y hora es de 45 euros, pero si conseguís ser más de dos personas, os saldrá por 18 euros. Poneos una meta (¿la maratón?) y cumplidla.

Las propiedades de la música son inagotables pero en cuanto a la descarga de energía, hay niveles de géneros e instrumentos incomparables. Para entendernos: no es lo mismo la intensidad enérgica que se desprende al tocar el flautín que la que se desprende al tocar una batería hasta sentir como el cuerpo se electrifica de pies a cabeza. Una buena opción para probarlo es la escuela de música Àrtic, donde tienen profesores particulares.

Para tener energía hay que estar bien y a menudo estar bien es sinónimo de poner orden en tu  vida, que es una cosa fácil de decir pero difícil de hacer. Un primer paso para poner las cosas en su lugar puede ser, literalmente, ponerlas en su lugar. En la Escuela Europea de Fengshui hacen cursos introductorios y también para los profesionales sobre el arte y la práctica del fengshui, técnica china milenaria que se basa en la investigación del equilibrio a través de la ordenación de los objetos que nos rodean según las fuerzas de la naturaleza.

Si queréis ser Ryan Gosling en 'Drive' sin que os pongan una buena multa y os quiten el carné, podréis hacerlo libremente en Indoor Karting Barcelona, una pista cubierta de 500 metros de asfalto de alta calidad donde podréis coger curvas como si os persiguiera el demonio. También tienen pista de karts para los más pequeños y –redoble de tambores– la pista de láser tag más grande de España.

Seguramente jugando, la descarga de energía es más alta, pero hacer de espectador en un partido de hockey sobre patines profesional, donde la acción no se para ni un solo segundo, no está nada mal. Lo podéis comprobar yendo a ver un partido del Barça, en plena liga, y con entradas muy bien situadas a partir de 9 euros.