1. Palacio del Marquès d'Alfarràs


Situado en el Parque del Laberinto de Horta, este edificio con más de mil años de historia ha pasado por diversas manos y usos. El resultado es un palacio de planta irregular, con planta baja, entresuelo, planta noble y buhardillas, cuyas fachadas confieren al conjunto un interesante juego de perspectivas.
Sus orígenes se remontan al siglo XI, cuando el edificio era solo una torre de vigilancia, y más tarde, a finales del siglo XIV, fue propiedad de Jaume de Vallseca, miembro de uno de los linajes más poderosos de Barcelona. Desde 1993, una parte del palacio ha sido utilizada por el Centro de Formación del Laberinto para impartir cursos y talleres de jardinería, agricultura y biodiversidad, y recientemente se ha abierto a la ciudadanía.




























