En el minuto cero del boom de la cocina peruana en Barcelona, hacia 2012, hubo dos grandes protagonistas: Tanta, de Gastón Acurio, por supuesto, y Cebiche 103, con Roberto Sihuay al frente de los fogones durante siete años. Después de pasar otros cuantos años viajando por el mundo como encargado y asesor de grandes restaurantes peruanos (en Londres, en Lima, con estrella Michelin; en Ibiza; en Emiratos Árabes...), en verano de 2025 Sihuay abrió su primer restaurante propio en Barcelona: Macambo. "Este es un restaurante para gente que ha comido mucha cocina peruana, pero quiere descubrir cosas nuevas. Y todos los platos tienen sabor a Perú, pero reinterpretados según mi visión", explica Sihuay.
Macambo no está ligado a ningún estilo concreto de cocina peruana: ni nikkei, ni chaufa, ni italo-peruana... Más bien es un resumen de sus experiencias como cocinero, e inventa platos propios mezclando todos los subgéneros del gigante gastronómico y utilizando productos de la selva amazónica poco vistos por aquí. Veamos: el cebiche clásico de la casa lleva ají charapita, un selecto pimiento de la selva amazónica. Si no comes mucho picante, lo exprimes para que suelte su aroma afrutado sobre el plato. Si te gusta el picante, te lo comes entero. El resultado es preciso y potente, un plato donde no falta ni sobra nada. También reinventa platos populares. Como el pastel de choclo —maíz con carne—, que convierte en una inenarrable lasaña con base de pastel de maíz, ternera estofada y un toque de ají rocoto, de sabor intenso, picante y carnoso. No obvies los postres: corren a cargo de las hermanas del chef, pasteleras de alta cocina formadas en el Basque Culinary Center y Espai Sucre, y están a la altura de la complejidad creativa del resto de la carta, digna de uno de los mejores restaurantes de Barcelona.