'Jo porn, tu porno'

“¿Te han violado alguna vez?”, le pregunta Alba Sáez a Encarni Sánchez a media función. "Sí", responde. “¿Nos han violado a todas?”, sigue Sáez. Ella es una actriz porno. Su compañera es una mujer que disfruta del sexo. Y ambas son la extraña pareja que protagoniza esta pieza difícil de Queralt Riera que Magda Puyo dirige de manera excepcional y que cuenta con dos actrices que se dejan la piel para conseguir aquello tan difícil de mezclar texto y movimiento sobresalir en ambos campos.

Incluso cuando 'Jo porn, tu porno' parece que inicie un bajón que no podrá remontar, sale adelante para acabar la función en un punto muy alto con una jugada maestra de dramaturga con tablas. Porque todo comienza como un juego, en el que Sánchez explica las escenas pornográficas que más le ponen y Sáez narra sus inicios como actriz. Aquí ya nos provoca un susto, como para decirnos: esto no es ninguna broma.

Riera no pretende aleccionarnos, ni regañar a los que ven y hacen porno

La obra irá avanzando con Sáez de Quijote y Sánchez de escudera. Y lo mejor es que Riera no pretende aleccionarnos, ni regañar a los que ven o hacen porno. No, no va de eso, sino de algo más interesante, como son los mecanismos de dominación femenina, de cómo ciertos hombres se aprovechan de siglos de patriarcado para seguir dirigiendo vidas ajenas.

El texto, sin embargo, no lo es todo, aquí. Porque sin la coreografía de la propia Sánchez, física, explícita, 'Jo porn, tu porno' no alcanzaría la categoría de obra total. No solo nos entra por los oídos, sino también por los ojos. Son 75 minutos de cambios de marcha, pausas dramáticas y aceleraciones trepidantes. Puyo gestiona muy bien el tempo de la función para que ambas actrices puedan sacar partido de la gran capacidad que tienen tanto para decir como para moverse. Merece larga vida.