'Not my monkeys'
Foto: Teatre Eòlia'Not my monkeys'
  • Teatro
  • Crítica de Time Out

Reseña

Not my monkeys

3 de 5 estrellas

Diana Gómez, Georgina Latre y Rafa Delacroix hacen viable una crítica ácida a la felicidad permanente

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Time Out dice

En 'El montaplatos', Harold Pinter encerró a dos personajes en un sótano que, siguiendo las órdenes de un ente invisible, esperaban. El premio Nobel inglés hizo una crítica feroz de los engranajes del poder, sobre lo que estamos dispuestos a hacer para salir adelante. Jordi Galceran, en tono de comedia, quiso llegar al mismo sitio con 'El método Grönholm'. Manel Moreno, con 'Not my monkeys', va a la misma raíz, pero los tiempos han evolucionado y ya no se trata de lanzar cargas de profundidad contra el sistema, sino exhibir sus consecuencias, como esa ansia de ser felices y de demostrarlo a diestro y siniestro.

'Not my monkeys', de hecho, comienza con una de estas típicas chapas sobre la felicidad impartida por un personaje que, sin ninguna base científica, pero con un verbo persuasivo, convence a su público de que si no son felices es porque son unos ineptos. Todo patrocinado por una marca de bebidas, Sahara Drinks. Seduce a una pobre chica, que dejará el trabajo, su presunto lastre, para acabar en las garras de la empresa.

"Convence a su público de que si no son felices es porque son unos ineptos"

En Sahara Drinks venden felicidad y quieren que sus trabajadores huyan de la desdicha como de la peste. Venden individualismo a ultranza y la mayoría lo compra. Hay alguien por encima que les dicta qué deben hacer y unos subalternos que hacen obedecer. ¿Cómo termina? Tendréis que descubrirlo, pero si habéis visto 'El montaplatos' o 'El método Grönholm' ya os lo podéis imaginar.

La función peca de larga y de un argumento que es demasiado realista. No, no es una distopía, porque seguro que lo que cuenta la obra está pasando en más de un sitio ahora mismo. Pero no sé si ocurren demasiadas cosas, en esta obra. Los intérpretes (Diana Gómez, Georgina Latre y Rafa Delacroix), muy solventes, bajo la dirección de Martí Torras Mayneris, decantan la función hacia un cierto expresionismo. Esto le da valor, pero no acaban de salvar un texto que, al final, sufre de previsibilidad. Y de unos diálogos a los que les falta algo de vuelo.

Sin embargo, 'Not my monkeys' es un buen ejercicio analítico sobre nuestro tiempo. Y esto, entre otras cosas, es lo que se le pide al teatro contemporáneo.

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Detalles

Dirección
Precio
17-20 €
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