Los mejores mochis de Barcelona

La Takashi Ochiai atrae a los adictos de la pastelería japonesa como el 'photocall' a los 'millennials'. Fabrican el 'daifuku mochi' (conocido aquí como mochi) más delicado y pecaminoso de Barcelona. El de té verde es una obra de arte artesanal, blando como una nube, lleno de una mousse celestial... El equilibrio entre el envoltorio glutinoso y el relleno es tan perfecto que se deshace en la boca, no en la mano. Recomendación: acompañadlo con un 'matcha latte' y llorad como bebés.

El equipo de Agnès Novitchi trabaja la masa glutinosa como nadie y factura joyas comestibles de la máxima calidad. Los mochis de Niji son enormes, explosivos y atrevidos. Y sus últimos gustos, los mejores: mojito, 'cheesecake', Oreo con vainilla... Si queréis hacer un pedido, en su web encontraréis el camino más directo hacia el orgasmo. Y si os ponéis creativos, proponed el gusto que queráis: les encantan los retos.

Ubicada en un sótano, la teteria Usagui es un reducto para puristas de la pastelería japonesa. Encontraréis pasteles de té verde, pan de melón, 'doriyakis' y, evidentemente, mochis artesanales. Los de mousse de fresa, matcha y chocolate son delicadísimos, académicos, viciosos. Sin embargo, el mochi clásico con relleno de pasta de 'azuki' (judía roja) y corazón de nata es un viaje de ida y vuelta a Japón a la velocidad de la luz: lo que os dure el dulce en el plato, vaya.

Este colmado japonés es un estado de ánimo, una dosis nipona intravenosa donde encontraréis 25 variedades de Kit Kat, galletas, dulces, snacks y comida importada de Japón. Facturan un 'daifuku mochi' artesanal colosal, hecho por manos niponas, y son escrupulosos con las variedades correspondientes a ciertas épocas del año, como el 'sakura mochi', envuelto en una hoja de cerezo macerada en sal, o el 'kashiwa mochi', con hoja de roble. Para 'connaisseurs'.

Mi salón de té favorito. Hace gala de un respeto máximo por los tés japoneses y posiblemente sirve el mejor matcha puro de Barcelona. Tiene un surtido maravilloso de pastitas y dulces artesanales, y en la recámara guardan lo mejor: unos mochis de fresa, té verde y pasta de 'azuki' que, combinados con su batido de matcha con hielo, os harán ver la realidad como la portada del 'Sgt. Pepper’s'.