Escapada de otoño-invierno al Priorat: los frutos de una tierra

En el conjunto de las comarcas de la Costa Daurada hay hasta cinco DO en el mundo del vino, dos de las cuales, la Montsant y la Priorat, con viñedos y bodegas en la comarca que ahora estamos visitando. Además la segunda es la única de toda Cataluña que luce en la etiqueta la Denominación de Origen de Calidad (DOC). Así que sólo poner los pies en el Priorat queremos visitar alguna de las muchas bodegas donde nos explican el proceso de elaboración de estos excelentes vinos. Escoged la bodega que queráis, que en todas os tratarán de fábula, mostrándoos los espacios donde el jugo de la uva reposa, explicándoos el proceso de elaboración del vino, en algunas también os acompañarán en un paseo por sus viñedos, y luego no faltará la cata de la apreciada bebida.

El Priorat ha tomado mucha fama en los últimos años por su vino. Pero otro líquido que se produce por estas latitudes también es de lo más sabroso, y se exporta a muchos lugares; estamos hablando, claro, del aceite. Esta mañana os queremos llevar a conocer una cooperativa de la Bisbal de Falset, que es la principal empresa de la localidad y su gran motor.

La Cooperativa de la Bisbal de Falset se encuentra en un molino del año 1951, si bien en la actualidad exprime las aceitunas con maquinaria moderna que permite más facilidad, aprovechamiento y mejor calidad. A la visita os mostrarán cómo se elabora el aceite, en este caso en su totalidad a partir de aceituna arbequina, y probaréis el aceite de oliva virgen extra que sale de la cooperativa.

Para digerir la comida, nada mejor que dar un paseo por los olivos que hay por los alrededores de la Bisbal de Falset. De hecho, existe un itinerario que lleva por nombre Olivos sobre rocas, patrocinado por la misma Cooperativa de la Bisbal de Falset, y que, aunque no estéis muy acostumbrados al senderismo, os será fácil completar. Son escasamente tres kilómetros llanos conociendo estos olivos que permiten obtener un aceite de una extraordinaria calidad.

Y ya que estamos puestos, acabaremos de dedicar el día al oro líquido llegándonos el Centre d'Interpretació de l'Oli i de les Economies Productives de Montsant, en Margalef. Un nuevo espacio de divulgación donde podréis recorrer las diferentes partes del proceso de la obtención del aceite y veréis, entre otros elementos de interés, una lavadora de aceitunas en funcionamiento.

La última mañana también se nos presenta de lo más prometedor. Vamos a una de las ermitas que reposan a los pies de la espectacular sierra del Montsant. Elegimos la de Sant Joan de Codolar, a tres kilómetros de Cornudella de Montsant. Fue alzada por monjes cartujos a finales del siglo XV. El nombre de "Codolar" viene de las grandes rocas o "guijarros" que rodean la construcción.

Y de un paraje único, a otro que también lo es. Nos acercamos al pintoresco pueblo de Siurana. Visitándolo por vuestra cuenta disfrutaréis, con sus calles adoquinadas, las casas antiguas y las magníficas panorámicas sobre el embalse que lleva el mismo nombre. Pero también existe la opción de aprovechar que se llevan a cabo visitas teatralizadas el segundo fin de semana de mes, y así todavía aprender más cosas, mientras os lo pasáis en grande, sobre este lugar mágico, al borde de un risco, y donde no faltan construcciones de alto interés patrimonial como la iglesia románica de Santa María o los restos del castillo alzado por los musulmanes.

No queremos finalizar el viaje sin acercarnos a la Cartuja de Escaladei, posiblemente el monumento más significativo de la comarca. Aunque hoy se encuentra en gran parte en ruinas, la visita merece la pena por la extensión de la construcción, la belleza de su telón de fondo, con la sierra del Montsant, y su importancia histórica: los monjes cartujos, llegados de la Provenza, fueron los encargados de repoblar todo este territorio y también ellos introdujeron el cultivo de la vid. De hecho, el nombre mismo de la comarca, Priorat, proviene del Prior de Escaladei. Del siglo XII, fue la primera cartuja de toda la Península. Algunos espacios se han reconstruido en los últimos años (una celda, uno de los tres claustros y el refectorio) para que nos hagamos más a la idea de cómo sería y cómo vivían los monjes. Un lugar magnífico donde poner el punto y final a la escapada.