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10 películas para ver en la Fiesta del Cine

Aprovechad las entradas a 2,90 € para ver lo mejor de la cartelera: estas son nuestras favoritas

Escrito por
Time Out Madrid editors
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Del 28 al 30 de octubre la Fiesta del Cine celebra una nueva edición. Durante tres días, el precio de las entradas baja a 2,90 €. Una ganga, ¿verdad? Sin duda es una buena oportunidad para ver esos peliculones que muchas veces se nos escapan por falta de presupuesto. Para que no os perdáis en la cartelera, aquí tenéis nuestras apuestas. ¡No os defraudarán!

RECOMENDADO: Las obras de teatro que no te puedes perder

  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama
  • Crítica de Time Out

Inquietante y retorcida, la nueva película del coreano Bong Joon-ho combina la excelencia cinematográfica con un mensaje político de lo más punzante. Camuflado en el relato de una invasión doméstica encontramos un auténtico drama sobre roles sociales y máscaras, sobre la hipocresía y la educación. El director de 'El huésped' y 'Rompenieve' ya nos tiene acostumbrados a sus juegos subversivos con los códigos de los géneros. Esta es la historia de una familia pobre de Seúl que se infiltra en una casa muy rica por la puerta de servicio. Combina suspense, drama, comedia, risas y farsa, con algunos momentos de puro terror, saltando de un registro al siguiente con una elegancia total. El argumento de fondo es antiguo: las desigualdades entre clases. En la primera escena encontramos una gente que vive en un semisótano de un barrio obrero, en el último rincón de un callejón sin salida donde un borracho va cada noche a mear. Son un marido, la mujer y dos hijos veinteañeros, que sobreviven haciendo trabajos extraños, como montar cajas de cartón para los repartos de una pizzería. El thriller se activa cuando uno de ellos falsifica el currículum para dar clases particulares a la hija de un hombre de negocios millonario, el señor Park. Uno a uno, los padres y la hermana conseguirán entrar a trabajar en su chalet y, poco a poco, le irán chupando la sangre. Hay un momento de la película en el que la comedia del absurdo parece alcanzar el equilibrio perfecto de 'El sirviente' de Joseph Lose

  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Acción y aventura
  • Crítica de Time Out
Su risa macabra es lo primero que os atrapará. Joaquin Phoenix es como un buitre dentro de una licuadora en esta relectura sombría, divertida y visceral del mítico supervillano de la DC Comics. Una visión con aires de pesadilla que funciona como alegoría de los tiempos del capitalismo tardío y que seguramente sea la mejor película de terror social desde 'Déjame salir'. La interpretación de Phoenix es magnética. Tras la cortina del humo de un cigarrillo nos descubre al mejor Joker que ha visto la gran pantalla. No es un Joker completamente formado, sino Arthur Fleck, un hombre que tiene la ambición vital de explicar chistes y que, a la vez, vive en las antípodas del humor haciendo de payaso de alquiler en las terribles calles de Gotham. Arthur vive con su frágil madre (Frances Conroy) en un edificio ruinoso y solo experimenta algo de alegría viendo un programa casposo que presenta Murray Franklin (Robert De Niro). Toma siete tipos distintos de medicamentos y tienen una enfermedad neurológica que le hace reír –o mejor dicho cacarear– de una manera descontrolada y siniestra. Arthur es como un perro que espera ser abatido. “Lo único que quiero es no volver a sentirme mal”, afirma. Habita un mundo desolador, un paisaje urbano en el que ni las ratas pueden atravesar las montañas de basura que se acumulan. El director Todd Phillips nos sitúa en un lugar que ha sufrido muchas heridas. Las personas se han cerrado en banda y se han perdido las pequeñas bondades cotidianas. A ratos,
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Lo que arde
  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama
  • Crítica de Time Out
"El arte es un bastón que nos debe servir para caminar en tiempos de ceguera", dice Oliver Laxe, entre romántico y profético. Su nueva película, 'Lo que arde', comienza con una cámara que se mueve sigilosa por la noche a través de un bosque de eucaliptos, donde los troncos y las hojas brillan como una danza de espectros. Estamos en Galicia, en la región de Os Ancares, fantasma de una vida rural muy primitiva constantemente amenazada por los incendios forestales. De repente, los árboles comienzan a caer, uno tras otro, como si la tierra los estuviera engullendo. Con este sentido del misterio, después nos encontramos con el rostro de los dos protagonistas, Amador y Benedicta, hijo y madre. Él es un pirómano que acaba de salir de la cárcel. Tiene la piel de cuero y una tristeza infinita en la expresión. Ella es una mujer como la raíz de un nogal, encorvada y resistente, que pasta las vacas y cultiva el huerto. Son dos seres endurecidos por el silencio de una vida apartada que se reencuentran entre el barro, la lluvia y la montaña, sin ternura, pero con aceptación. En el tramo final de la película, Laxe filma el fuego, enloquecido, destructivo y fascinante, mientras avanza y carboniza el paisaje. La cámara se acerca tanto a las llamas que podemos sentir el calor desde nuestra butaca, quemándonos los ojos, como una terrible maravilla o un cántico del infierno. Nos descubre entonces un mundo de formas abstractas soberanas, que nos somete a su fuerza al rojo vivo, sin clemencia.
Retrato de una mujer en llamas
  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama
  • Crítica de Time Out
Céline Sciamma es de las cineastas francesas más emocionantes del momento: tras 'Water Lilies', 'Tomboy' y 'Girlhood', relatos realistas y contemporáneos, presenta 'Retrato de una mujer en llamas', una historia de arte y amor ambientada en una isla bretona en el siglo XVIII. El film, de entrada contenido a pesar de la pasión creciente, es un largo 'flashback' protagonizado por Marianna (Noémie Merlan), la profesora de arte contratada para pintar a Héloïse (Adèle Haenel) en un cuadro que debe presentar a su futuro marido. El vínculo entre ambas se plasma en el lienzo y evoca el amor femenino –no siempre erótico–. Destaca la actuación de las protagonistas y el mensaje que hay mundo más allá de la dominación masculina. Las dosis de romanticismo y reflexión lo hacen un film eléctrico.
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Amazing grace
  • 5 de 5 estrellas
  • Cine
  • Documental
  • Crítica de Time Out
Lo más natural sería pensar que una grabación de Aretha Franklin cantando gospel en el momento álgido de su carrera estaría conservada como un tesoro. El cineasta Sydney Pollack, director de títulos como 'Tootsie' y 'Memorias de África', filmó a la diva durante un concierto muy íntimo que tuvo lugar en una iglesia del barrio de Watts, en Los Ángeles. Pollack no archivó el material, ni sincronizó la imagen y el sonido, y la filmación no ha llegado a ver la luz hasta ahora. El productor musical Alan Elliott y el montador Jeff Buchanan han pasado horas en una sala de edición intentando restaurar el metraje que Pollack dejó empantanado. El resultado es 'Amazing grace', uno de los mejores documentales musicales de los últimos tiempos. Con el acompañamiento de las voces del Southern California Community Choir, con sus chalecos plateados, y bajo la dirección del enigmático reverendo James Cleveland, que intenta aguantarse las lágrimas, la película capta a la reina del soul en su máximo esplendor.
  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Crítica de Time Out
Situada en un momento en que todavía se consideraba un gran escándalo que un gobierno occidental mintiera, 'Secretos de Estado' parece una película de época, a pesar de estar ambientada en los 2000. Tiene un tercio de thriller de espionaje y dos de procedimental periodístico. Una Keira Knightley en forma interpreta a Katharine Gun, una traductora real de los Government Communications Headquarters que se topa con un mail de la NSA exigiendo un chantaje a miembros de las Naciones Unidas para que sellen la invasión de Irak. Ella decide filtrarlo, a pesar del riesgo de prisión por incumplimiento de la Ley de Secretos Oficiales. Matt Smith, un empático periodista del 'Observer', le señala lo que está en juego. Es, como dice un compañero periodista, una "puta estafa neocon gigante". Knightley, espléndida, añade agudeza a los encuentros de Gun con la policía e incluso con sus propios defensores (sus escenas con el abogado de derechos humanos Ralph Fiennes son un 'highlight'). Inevitablemente, algunos personajes sufren por meterse entre tantos otros y terminan sacando pocas chispas del marido kurdo de Gun (Adam Bakri), la persona que más tiene que perder con su postura. Pero, al igual que con su thriller de drones, 'Espías desde el cielo', el director Gavin Hood levanta algunas rocas para revelar algo familiar que se cuela por debajo. "Que seas primer ministro no quiere decir que puedas fabricar los hechos", señala alguien con firmeza. Tiempo inocentes.
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  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Crítica de Time Out
Si os gustan las odiseas espaciales con pizarras llenas de fórmulas y mecánica cuántica, considerad esto como un aviso: 'Ad Astra' no es ese tipo de ciencia ficción. A diferencia de '2001: una odisea del espacio' o 'Interstellar', aquí no hay ningún Arthur C. Clarke o Kip Thorne que aporte base científica a la ficción. 'Ad Astra' cuenta la historia de un hombre que viaja a Neptuno -el planeta más lejano del Sistema Solar– sin envejecer un día, lo que es todo un hito incluso tratándose de Brad Pitt. Sin embargo, si aparcáis vuestra incredulidad en la puerta del cine, se os recompensará ​​con una ciencia ficción a ratos magnífica, tremendamente viva y cargada de emoción. 'Ad Astra' tiene mucho que decir sobre la capacidad de dejar ir, sobre padres e hijos y también sobre los retos que implica reconciliarse con el pasado. Por supuesto, está situada en un "futuro cercano", capturado por el cinematógrafo de 'Interstellar' Hoyte Van Hoytema -con grises lunares y ocres marcianos-, y cuenta con la que posiblemente es la primera persecución de coches en la luna. Y sí, es tan impresionante como suena. Ficción aparte, el director James Gray y su coguionista Ethan Gross nunca pierden de vista la intimidad del relato. Ayuda la excelente interpretación de Pitt, llena de matices, y la preciosa música de Max Richter.  En general, 'Ad Astra' se acerca al futuro con luminosidad. Lo que está pasando exactamente en la Tierra se mantiene deliberadamente oscurecido, más allá de que sea un moment
Día de lluvia en Nueva York
  • 3 de 5 estrellas
  • Cine
  • Crítica de Time Out
En esta comedia romántica, estructurada como una versión bicéfala de 'La ronda' de Max Öphuls, está el cinismo y la misantropía de un cineasta que no se amilana en tiempos del Me Too. Todos los que se dedican al cine son, según Allen, depredadores sexuales en acto y en potencia, pero sus víctimas son chicas cortas de entendederas, deslumbradas por la astucia de gato viejo de directores, actores y guionistas. El pensamiento políticamente incorrecto de Allen cristaliza en una película menor, ágil como un 'ragtime', llena de improbables encuentros y desacuerdos en la línea del Rohmer más desinhibido, con una Selena Gómez irresistible, y que, en conjunto, es tan simpática como intrascendente. Perfecta para una tarde de lluvia sin paraguas.
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  • 3 de 5 estrellas
  • Cine
  • Acción y aventura
  • Crítica de Time Out
La apretada secuela de la 'Maléfica' de Joachim Rønning (2014) encuentra su razón de existir en la malvada Queen Ingrith a quien interpreta Michelle Pfeiffer. Como némesis de Angelina Jolie, Pfeiffer nos da exactamente lo que queremos: la actitud de Catwoman venenosa que hizo en 'Mother'. Ingrith planea quedarse el reino envenenando el vínculo entre su joven reina, Aurora (una grácil Elle Fanning), y su incomprendida madrina Maléfica (Jolie, glamurosa e imponente). ¿Destruirá la vileza de Ingrith el amor que el primer film construyó? En el resto de cosas, la película se muestra menos inspirada. El guion flirtea con ideas sobre poder e identidad pero no se acerca a la sofisticada metáfora de acoso sexual de la película anterior, expresada a través de unas alas robadas.
La luz de mi vida
  • 4 de 5 estrellas
  • Cine
  • Drama
  • Crítica de Time Out
Segundo largo dirigido por Casey Affleck, tras aquel 'fake' sobre Joaquin Phoenix que se tituló 'I'm still here', esta película constituye una sorpresa, el descubrimiento de un cineasta minucioso y sensible. Y no es que las virtudes del film anterior fueran pocas, sino que el debut de Affleck en la ficción pura tiene otros valores aún más evidentes y deslumbrantes. La historia de un hombre y su hija adolescente, perdidos en un mundo postapocalíptico en el que han desaparecido casi todas las mujeres, podría haber dado lugar a la típica película de género a medio camino entre la acción y el sentimentalismo, pero no es el caso. 'La luz de mi vida' se limita a partir de esta premisa para convertirse paulatinamente en un apasionante poema visual, la emotiva crónica de un doble aprendizaje. Más cerca del western que del cine fantástico, Affleck compone el film con tonos siempre apagados y sombríos, y da forma a un universo invernal que también funciona como reflejo de los sentimientos de los protagonistas. Y aún más: modula el drama sin subir nunca la voz, huye de la violencia y la espectacularidad hasta que el relato se lo pide, construye un riguroso ejercicio de puesta en escena que finalmente nos habla de un mundo que se acaba y de otro que comienza. Es decir, de nuestro presente más inmediato.
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