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Ubicado en la elegante y en desuso estación de Delicias (que puede presumir de tener herrajes de Gustave Eiffel), a unos 100 metros del Paseo de Delicias (detrás de las oficinas de Renfe), el Museo del Ferrocarril cuenta con una evocadora colección de modelos, viejas locomotoras, equipos ferroviarios y recuerdos. En su Sala de Relojes, verás incluso el que marcó la hora en ese primer tren español que fue de Barcelona a Mataró. También podrás subir en los trenes, tomar un café en un vagón restaurante rehabilitado o ver películas de los ferrocarriles españoles. Este gran museo para los niños alberga también talleres infantiles, el Día del Tren, el mercado de modelismo, y uno de los must del 'hipsterismo' madrileño: el Mercado de Motores, el segundo fin de semana de cada mes.
De media, el Museo del Ferrocarril se puede ver en una hora y media. Además, ofrecen visitas guiadas los fines de semana. Podéis adquirir las entradas en la taquilla el mismo día que visitéis el museo, donde podréis descubrir en profundidad la historia de la sede de los ferrocarriles.
Solo podrán visitar de manera gratuita el museo los niños menores de 4 años acompañados de un adulto, las personas con discapacidad, titulares del carné ferroviario, miembros del ICOM y la AEM, personas en situación de desempleo o empleados de empresas ferroviarias.
La entrada general, de lunes a viernes, tiene un precio de 7 €. Los fines de semana cuesta 5 €. La entrada reducida, para estudiantes, niños de entre 4 y 12 años, mayores de 65 y miembros de las asociaciones de Amigos del Ferrocarril, cuesta 4 €.
El museo cuenta con una amplia colección de locomotoras de vapor, eléctricas, de diésel, material remolcado, automotores, vagonetas, camionetas, gruas... Una amplia colección de medios de transporte clásicos y modernos. También podréis comer en el coche cafetería, situado en el andén central del museo.
El fotógrafo Juan Salgado Lancha retrató, durante las primeras décadas del siglo XX, la expansión del ferrocarril en España. Ahora, esta exposición recupera 80 de sus imágenes más destacadas y tomadas en todos los puntos de nuestro país a los que llega el tren.
Si hay un mercado de fin de semana imprescindible en Madrid, es el Mercado de Motores. No solo por ser el veterano (lleva celebrándose casi de manera ininterrumpida desde 2012), sino por la cantidad de puestos de diseño que se pueden encontrar. Y todo con el aliciente de hacerlo en un escenario tan icónico como los andenes del Museo del Ferrocarril, una joya de la arquitectura industrial de Madrid que sigue en pie.
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