Francisco Guilabert y Francisca Segura llegaron a Madrid desde su pequeño pueblo alicantino a principios del siglo XX. Por aquel entonces, en la ciudad había 300 kioskos en las calles que ofrecían bebidas frescas a los viandantes, una tradición que ha ido desapareciendo paulatinamente y que tanta falta hace para estas elevadas temperaturas. Con 80 años de tradición horcahtera, el Kiosko de Narváez ha conseguido mantenerse en pie de la mano de los hermanos Miguel y José, quienes desde su estructura blanca y azul sirven su horchata fresca, artesana y, cómo no, deliciosa.
Están los helados, esos bocados bien fresquitos perfectos para comabtir las altas temperaturas y la que para muchos es la bebida del verano: fresquita, saciante, lo suficientemente dulce como para no empalagar, autóctona de una región de España y llena de nutrientes. Sí, hablamos de la horchata de chufa, esa especialidad valenciana preparada con agua, azúca y, cómo no, chufas. Aunque Valencia esté a un paseo en tren de Madrid, aquí también se puede encontrar la auténtica horchata de chufa valenciana y te decimos tres templos donde tomártela bien a gusto.
Oroxata

En Tetuán, existe un lugar que lleva cuatro generaciones trayendo la horchata de chufa auténtica al centro de Madrid. La familia de Sergio Ferrer Briones llegó en los años 1940 a la capital y desde encontes producen en su pequeña fábrica fundada en 1946 por su bisabuelo una de las mejores horchatas que se pueden encontrar. Escondida en la calle Pedro Tezano, este rincón continúa usando las mismas máquinas de los inicios, de las que sale la horchata de chufa que no podéis perderos.
Kiosko de horchata Narváez


Llegamos al verdadero templo, el único que cuenta con la certificación del Consejo Regulador D.O. Chufa de Valencia: la Heladería Los Alpes. Siendo además una de las heladerías más antiguas de todo Madrid, el matrimonio formado por Pedro Marchi y su mujer Marcelina Ladero fueron transmitiendo el buenhacer de la horchata a las generaciones posteriores. Tampoco os olvidéis de probar sus helados, cuya maestría fue traspasada por Guillermo Castellot, yerno de la pareja. Así que si queréis probar la horchata de chufa más oficial posible en Madrid, este es el lugar.