Embalse de Santillana
©Ricardo Ricote Rodríguez
©Ricardo Ricote Rodríguez

15 lugares insólitos de Madrid que no todo el mundo conoce

Rincones únicos y extraordinarios de la Comunidad que os dejarán con la boca abierta

Marta BacIsabel Gil
Colaborador: María Sanz
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Entre las calles castizas de Lavapiés, los bares hípsters de Malasaña y los cafés con encanto del Barrio de las Letras se esconden espacios únicos y originales, lugares increíbles, pequeñas joyas arquitectónicas que parecen sacadas de otras ciudades, épocas y estilos. Desde un jardín tropical hasta una iglesia ortodoxa, pasando por edificios abandonados, esta es una ruta por los sitios más extraordinarios para vivir un Madrid insólito.

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  • Qué hacer
  • Fuera de Madrid

Si te quedaste enganchado con 'Eduardo Manostijeras', la peli de Tim Burton protagonizada por Johnny Depp, no te puedes perder este parque, "un jardín botánico único en Europa", según anuncian sus promotores. El Bosque Encantado hará las delicias de los niños y los no tan niños, con sus más de 300 esculturas de setos que recrean dragones, princesas, bonsais y laberintos. No podía faltar en este espacio un arroyo y una de las pocas cascadas naturales de la Sierra Oeste. Todo muy mágico, sorprendente y hasta onírico. Por cierto, también hay merendero con sillas, mesas y microondas y te puedes llevar comida y al perro (a diferencia de otros parques temáticos). 

En un paseo por un Madrid insólito no puede faltar la Iglesia de San Antonio de los Alemanes. Su fachada sencilla y sobria, realizada en ladrillo, poco hace presagiar que su interior pueda acoger la que es conocida popularmente como la 'Capilla Sixtina de Madrid'. Completamente pintada al fresco, la forma parte del conjunto hospitalario fundado por Felipe III a principios del siglo XVII para atender a enfermos y peregrinos portugueses de paso por Madrid. De ahí que el nombre original del templo fuera San Antonio de los Portugueses, denominación que se abandonaría en 1640 cuando la corona española perdió Portugal y que se sustituiría por la actual tras pasar a destinarse a la comunidad alemana. Elaborados por pintores como Juan Carreño de Miranda, Francisco de Ricci o Luca Giordano, los frescos de la iglesia narran distintos pasajes de la vida y milagros de San Antonio de Padua, santo a la que se dedicó en sus orígenes.

¿Dónde?: Corredera Baja de San Pablo, 16.

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Tampoco hay que viajar hasta Nueva York para contemplar la estatua de la Libertad de cerca. Porque muy próximo a Atocha, en el panteón de los Hombres Ilustres, Madrid tiene la suya propia. Aunque puede que no te hayas fijado porque el tamaño es bastante menor y porque no está a la vista, sino en el interior del patio, coronando el monumento a la Libertad. Se trata de un monumento levantado en 1853 para recordar a tres grandes ilustres liberales españoles: Agustín Argüelles, José María Calatrava y Juan Álvarez Mendizábal. Y el encargado de llevar a cabo el proyecto fue Federico Aparici. Lo anecdótico es que no solo hay una estatua en Madrid, sino dos: la otra está en el frontón del Congreso de los Diputados. Y esa, al igual que la del panteón, también porta la diadema de rayos. Dicen que Bartholdi (el autor de la estatua de la Libertad de Nueva York) se inspiró en esta de Madrid para su reproducción. Y puede que la leyenda sea verdad: la madrileña es de 1848, mientras que la que da la bienvenida en la isla de Ellis es de 1876. 

¿Dónde? Panteón de los hombres ilustres (Julián Gayarre, 3)

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  • Argüelles

Entre el Parque del Oeste y la Plaza de España, hay un punto de Madrid, el Parque del Cuartel de la Montaña, en el que es posible viajar en el espacio y también en el tiempo. O bueno, siendo realistas, diremos que es posible tener la sensación de estarlo haciendo, de estar visitando el lejano Egipto de hace unos 2.200 años cuando uno descubre el Templo de Debod. Porque sí, en este Madrid insólito hay un auténtico templo egipcio dedicado a los dioses Amón e Isis, que si ya resulta hipnótico por fuera, te lo parecerá muchísimo más por dentro cuando recorras su interior, donde se ha intentado ser lo más fiel posible a la realidad.

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¿Y si te decimos que no hace faltar recorrer los 3.463 kilómetros que separan Madrid de Helsinki para contemplar un auténtico bosque finlandés? Está en Rascafría, junto a un lago, dentro de un paraje de cuento bautizado como 'el bosque finlandés', y su parecido con los miles que hay en los países nórdicos es más que razonable: son árboles autóctonos de Finlandia. El bosque se creó en los años 80 para celebrar el hermanamiento entre Rascafría y Helsinki con ejemplares traídos de allí. Y así nació El Potario (nombre oficial de este bosque finlandés) en el que, para más autenticidad, se instaló una cabaña con sauna. Una pena que no se pueda acceder a su interior para darse un baño de vapor y entrar en calor durante los fríos días del invierno de este Madrid insólito. 

Si estás buscando un lugar original, te diremos que en nuestra propuesta de un Madrid insólito puedes encontrar hasta un desierto. Mejor dicho, un jardín paisajístico con vivero biotecnológico, todo muy del siglo XXI. Un espacio de más de 5.000 metros cuadrados dedicado a jardines botánicos donde los cactus son los amos. Y no están solos. En este macrojardín botánico experimental de más de 5.000 m2 y más de 400 especies xerofíticas, les acompañan otras plantas, muchas de ellas incluso autóctonas de la Comunidad de Madrid. 

¿Dónde?: Desert City. A-1, KM 25, 28708 San Sebastián de los Reyes.

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7. Una iglesia al estilo bizantino

En mayo de 2013 abría sus puertas en el barrio de Canillas un lugar bastante increíble: la Iglesia de Santa María de Magdalena, el segundo templo ortodoxo de la capital tras la Catedral Ortodoxa griega de los Santos Andrés y Demetrio, puesta en marcha cuatro décadas antes. Realizado en estilo bizantino, el edificio atrae la atención de quienes pasean por la Gran Vía de Hortaleza con sus cinco domos o cúpulas doradas, que representan a Cristo y los cuatro evangelistas, y su llamativa estética blanca. La pieza estrella de su interior, mucho más sobrio, es la pintura de Santa María Magdalena, de la que toma el nombre la parroquia.

¿Dónde?: Gran Vía de Hortaleza, 48

8. Nuestra propia Torre de Belém

A medio camino entre un lago de las Highland de Escocia y la famosa Torre de Belém de Lisboa, se encuentra el embalse de Santillana o de Manzanares el Real, localidad donde está situado. Este gran lago artificial ocupa más de mil hectáreas y se construyó en 1907. La idea era que la presa no desentonara con el entorno, así que se utilizó mampostería de granito. Y en el nexo de unión entre las dos zonas de la presa se alza esta torre de 35 metros de altura y forma octogonal, que quedó anegada y situada en medio del agua tras la construcción de la nueva presa en 1979 -cinco metros más alta que la anterior-, convirtiéndolo en uno de esos lugares imprescindibles para descubrir un Madrid insólito.

¿Dónde?: Manzanares el Real.

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Durante gran parte del siglo XX un muro separó una ciudad, un país y el mundo entero. Berlín vivió durante años dividida por un bloque de hormigón y cemento de más de 150 kilómetros y 3,5 metros de altura que, hasta su caída el 9 de noviembre de 1989, avergonzó a la humanidad. La capital alemana y Madrid están hermanadas y esa unión hizo que tres bloques del muro fueran trasladados a la urbe española para que sus habitantes pudieran recordar este episodio negro de la historia. Incluso estos fragmentos cuentan con sus pinturas originales, aunque estuvieron a punto de ser borradas por un funcionario despistado. Casi cinco hectáreas de verde que acogen, entre otros elementos, una estatua de Beethoven y otra del oso berlinés.

¿Dónde?: Parque de Berlín (entre las calles de Príncipe de Vergara y Ramón y Cajal)

Un buen libro, un café y los cientos de tortugas que habitan esta pequeña selva urbana pueden convertirse en los mejores compañeros en la espera del próximo tren o la llegada de un ser querido. Unas 7.000 plantas de 400 especies diferentes conforman este peculiar jardín con un microclima propio bajo la estructura metálica y acristalada de la estación.

¿Dónde?: Estación de Atocha.

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