A poco más de media hora desde Lisboa (unos 40 kilómetros), justo antes de adentrarnos en la región del Alentejo, se encuentra la puerta de entrada a Setúbal, municipio oculto tras las montañas del Parque Natural de Arrábida. Una carretera serpenteante y panorámica sirve de bienvenida, mientras dejamos en el retrovisor algunas de las panorámicas más bonitas de la zona: en sus 17.000 hectáreas se esconden más de 40 kilómetros de senderos y preciosas playas como Galapinhos, un refugio de aguas tranquilas y cristalinas accesible solo para locales (y para los viajeros mejor informados). Y de lugares tan sobrecogedores como el Convento da Arrábida, fundado en el siglo XVII y perfectamente mimetizado con su entorno en el que casi llega a desaparecer creando una de las postales más fascinantes del parque.