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Islas Cíes. Playa de Rodas
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18 escapadas de fin de semana increíbles por España

Seleccionamos un buen puñado de destinos, unos cercanos, otros remotos, para una escapada de fin de semana sin salir de España

Noelia Santos
Escrito por
Noelia Santos
Colaborador
Time Out Madrid editors
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¿Buscas un lugar bonito y desconocido donde escaparse un fin de semana? No te preocupes, te damos 18 pistas para que hagas un poco de turismo sin salir de España, descubras paraísos cercanos y, de paso, entierres unos cuantos tópicos. Como ese que dice que en el norte no se puede disfrutar de buenas playas, o que para ir a la montaña nunca hay que viajar al sur. Solo por eso deberías darle una oportunidad a esta selección de pequeños pueblos bonitos con encanto y poco masificados de nuestra geografía. ¡Buen viaje!

RECOMENDADO: Otras escapadas increíbles, y cerca de Madrid, para hacer ahora 

Sierra de Irta. Castellón
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1. Sierra de Irta. Castellón

Quién nos iba a decir que hasta el Mediterráneo tiene su lado más salvaje. Lo encontramos en Castellón, muy cerquita de las playas tranquilas de Peñíscola y de Alcocebre, en un entorno de paraje natural casi vírgen donde las calitas sin edificar se suceden una tras otra a lo largo de sus 15 kilómetros de costa. Aquí, en este espacio protegido de riqueza ecológica y vestigios históricos (como su torre Badúm), Castellón presume de mar y montaña, de senderos y playas de roca, de torres vigías y de acantilados costeros.

¿Dónde dormir? En el Jardín Vertical, una casa señorial del siglo XVII de aire medieval con vistas a la naturaleza más salvaje. 

 

La Vera. Cáceres
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2. La Vera. Cáceres

No tendrá mar pero a Extremadura le sobran pozas naturales para refrescar las altas temperaturas del verano al noreste de la provincia de Cáceres. Quien se atreva a darse un baño muy (pero muy) frío, que ponga rumbo a La Vera: aquí os esperan sus infinitas y caudalosas gargantas (Cuartos o la Olla son solo dos de ellas), balsas naturales adoquinadas de granito erosionado por la fuerza del agua situadas a los pies de la sierra de Gredos. No es el Valle del Jerte (¿quién no ha oído hablar de sus cerezos en flor?) ni la vecina comarca de las Hurdes (su arquitectura negra tradicional es única), pero a La Vera le sobran motivos para ir a conocerla. Incluso en verano.     

¿Dónde dormir? En el hotel bioclimático Akassa

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Iznájar. Córdoba
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3. Iznájar. Córdoba

Huele a buganvillas, a geranios y a gitanillas en los patios de este pueblo desconocido de la Subbética. Estamos en lo alto de una península sobre el mar de Andalucía, como se conoce al embalse de Iznájar; y si le llaman mar, es porque tiene playa. Es precisamente ahí, en la playa de Valdearenas donde todos los meses de agosto se organiza un cine de verano al aire libre, y gratis. Por cierto, el nombre de esta villa cordobesa proviene del árabe Ashar, que significa ‘alegre’. Poco más que añadir y mucho para descubrir. 

¿Dónde dormir? En el hotel caserío Iznájar, junto a la playa del embalse.

Rodas, Galicia
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4. Rodas, Galicia

¿Sueñas con ir a una playa paradisíaca? Pues no hace falta atravesar el Atlático, tenemos una más cerquita y además, declarada la mejor playa del mundo por el periódico británico The Guardian. Es la playa de Rodas, que enlaza las islas de Monteagudo con do Faro en las Islas Cíes, en la ría de Vigo. Con forma de media luna, arena blanca y aguas de varios tonos de azules no tiene nada que envidiar a las playas tropicales.

¿Dónde dormir? Pazo da Touza. Un pazo del siglo XVI en precioso paraje natural.

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San Andrés de Teixido. A Coruña
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5. San Andrés de Teixido. A Coruña

Esta localidad coruñesa, situada en el corazón de la sierra de Capelada (entre Ortigueira y Cedeira), es conocida por sus acantilados, que por derecho son los más altos de Europa, sin contar las islas. Y aún así, son más altos que el vertiginoso Preikestolen noruego. De ahí que merezcan más de una visita (elegid un día claro y soledado para contemplarlos en todo su esplendor). Pero además de por la verticalidad de su paisaje, esta aldea del noroeste más extremo de la península es conocida también por ser la meca de los gallegos: el santuario de San Andrés de Teixido es el segundo más venerado, por detrás de Compostela. 

¿Dónde dormir? Muíños de Pontenoval (Ortigueria). Dos molinos de agua restaurados y convertidos en alojamiento rural. 

Mallorca. Islas Baleares
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6. Mallorca. Islas Baleares

El casco histórico de Palma es como el perfecto cuartel general para visitar la isla de Mallorca durante un fin de semana: dormir en el hotel Cort (boutique, neoyorquino y mediterráneo, en una plaza arquitectónicamente bellísima), comer en Fera (el gastronómico del polifacético Iván Levy donde se fusiona lo local con Asia) y una ruta por la sierra de la Tramuntana: desde Palma sale el tren histórico a Sóller (vagones de madera, locomotora de vapor) y de ahí, una caminata a Fornalutx (bonito e imprescindible). Si queréis exprimir un poquito más la isla, poned rumbo a Can Feliu (en la llanura atípica de Porreras), un sueño de agroturismo para amantes de la naturaleza y el vino ecológico. 

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Cuenca (y alrededores)
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7. Cuenca (y alrededores)

Cuenca es una sorpresa. Tanto su casco histórico, al que viajarás atraído por sus casas colgadas, pero volverás enamorado de las de colores (las encontrarás en lo alto del casco viejo de la ciudad, junto a la catedral, y a espaldas de la hoz del río Huécar). Aunque si hay algo que sorprende más que su colorido, es su altura, sobre todo en las edificaciones que dan al barrio de San Martín (de hasta nueve plantas de alto) y que se las conoce como los rascacielos de Santa Catalina. Y esto no lo habías visto venir, ¿a que no? Antes de salir de la ciudad, muy recomendable probar la tirolina urbana más larga de Europa (solo apta para los viajeros más intrépidos) y fuera, darse un chapuzón en Las Chorreras, nombre por el que se conoce a las piscinas naturales (en realidad son cañones de paredes rocosas en los que se producen increíbles saltos de agua). Para verlas hay que ir hasta Enguídanos, ese municipio a una hora de Cuenca que se convierte en la excusa perfecta para dejarse caer por la provincia manchega en verano.

Bardenas Reales, Navarra
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8. Bardenas Reales, Navarra

Si alguna vez dudaste de que en España hubiera desiertos, te equivocabas. Este además está a 70 kilómetros de los Pirineos y forma un parque natural. El acceso se hace desde la localidad de Arguedas, aunque también puedes hacerlo por algún otro paso secundario. Y tiene tres zonas diferenciadas: El Plano, una gran meseta horizontal dedicada a los cultivos; La Negra, en el sur, formada por un conjunto de relieves horizontales cubierto de bosques de pino y matorral; y La Blanca, que es la zona de mayor erosión, la más fotografiada y visitada y en la que se encuentran las formaciones más espectaculares, entre las que destacan Castildetierra y Pisquerra.

¿Dónde dormir? Aire de Bardenas. La arquitectura más moderna en medio del desierto más grande de Europa, en el Parque Natural de Bardenas Reales.

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Marbella. Málaga
Puente Romano Beach Resort

9. Marbella. Málaga

Quizás ha llegado el momento de que Marbella vuelva a ser la ciudad típicamente andaluza, de plazuelas y paredes encaladas, que mira al mar por encima del lujo, los yates y la jet set de Puerto Banús. Y es que, casi sin darnos cuenta, la capital de la Costa del Sol parece esar resurgiendo de sus cenizas de oro a golpe de alta cocina (muy para sibaritas, sí, pero con precios para todos). Lo hace con la vuelta de Bibo de Dani García, la apertura del primer restaurante peruano Coya en Europa (¡con piscina!) o el desembarco del célebre italiano Cipriani (todos en Puente Romano Beach Resort), además de la llegada del nuevo beach club Barbillón (llega desde Madrid con un formato muy para compartir entre amigos). Con direcciones así, sobra decir que la operación bikini de este año puede esperar. 

Bermeo. Euskadi
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10. Bermeo. Euskadi

Bienvenidos a la que fuera capital de Bilbao-Bizkaia hasta el siglo XVII. Si no habéis estado nunca en esta villa marinera ubiacada en el interior de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, aprovechad primero para perdeos por las callejuelas de su casco antiguo (declarado bien de interés cultural), el mismo del que se enamoró Ernest Hemingway. Después, subid hasta San Juan de Gaztelugatxe, una ermita que se alza en lo alto de un islote, inmortalizada en algunas escenas de 'Juego de Tronos' y que constituye, sin duda, la joya de la corona en Bermeo. Y si os apetece un poco de playa, id hasta la de Aritzatxu, pequeñita, pero de lo más tranquila. 

¿Dónde dormir? Las casas de Ea Astei. Casas rurales de lujo con piscina y txoko en el entorno de Urdaibai. 

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Valle de Tena. Huesca
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11. Valle de Tena. Huesca

Vayamos a los Pirineos en verano. Cerca de Formigal y Panticosa, y a orillas del embalse de Lanuza, está este enclave de alta montaña digno del síndrome de Stendhal: buscad los dos Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos entre sus impresionantes macizos de gran altura. Peñas, bosques y lagos salpicados de aldeas y casas de arquitectura típicamente pirenaica en un entorno natural admirable. Porque no solo hay que ir al norte en busca de paisajes de frío y nieve. 

¿Dónde dormir? Almud, un hotel boutique en la villa de Sallent de Gállego, junto al embalse de Lanuza.

Lanjarón. Granada
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12. Lanjarón. Granada

Bienvenidos a una de las ciudades balneario más importantes de España. De ahí que sea conocido como el pueblo del agua y que, gracias a las propiedades beneficiosas de sus manantiales, se ha convertido en uno de los más longevos del mundo (lo dice la OMS). Además de sumergirse en las aguas de su balneario y del manantial –la fuente de su eterna juventud–, dejarse acariciar por su clima de alta montaña y saborear la dieta mediterránea, merece la pena perderse por los jardines de la Alpujarra.

¿Dónde dormir? Hotel Alcadima, un alojamiento con vistas a Sierra Nevada.

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Benitatxell. Alicante
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13. Benitatxell. Alicante

La Costa Blanca también tiene su versión escarpada. En este rincón de Alicante el litoral se salpica de barrancos, fallas, karst... y de ‘les covetes’, unas cuevas de piedra en seco construidas por los pescadores de antaño para protegerse durante sus jornadas de pesca. ¿Un baño? Se puede tomar en la cala Moraig, una zona de playa conocida por su cueva submarina, llamada la 'cova dels arcs' por las torres que forman las rocas. Importante: no os dejéis llevar por sus aguas turquesas porque esta no es una zona de aguas tranquilas: no olvidéis los escarpines.

¿Dónde dormir? En una finca que mira al mar rodeada de viñedores, olivares, cactus y palmeras. Es Finca Klara

Calella de Palafrugell. Girona
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14. Calella de Palafrugell. Girona

Es la perla de la Costa Brava, un reducto bohemio del masificado Mediterráneo del que es imposible no enamorarse en cualquier época del año, aunque el verano es el momento en el que más bonito está (también en el que más gente vamos a encontrar, pero sin exagerar). Si queréis un plan de baño tranquilo en Calella, id en busca de la cala del Golfet (la más tranquila y apartada). Al atardecer, el cuerpo y el alma te pedirán un paseo por los jardines botánicos de Cap Roig (las vistas que se tienen de la costa desde sus senderos son sencillamente inolvidables) y a la hora de cenar, una propuesta marinera a pie de playa.       

¿Dónde dormir? En Mas de Torrent, una masía boutique con spa en el corazón del Empordá miembro de la exclusiva red Relais & Chateaux.

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Candeleda. Ávila
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15. Candeleda. Ávila

¿Es esete el pueblo más bonito de Ávila? Posiblemente. situado en el húmedo valle del Tiétar y a los pies de la Sierra de Gredos, son muchos los que saben del potencial que tiene esta zona cuando el calor aprieta en la ciudad (sus gargantas naturales son motivo de peregrinación entre los vecinos y algún que otro turista bien informado). Pero su casco histórico bien merece una visita: para comprobar si es verdad lo que dicen de él, basta con buscar la casa de las flores (pista: está en la plaza Mayor) y echar a caminar sin rumbo por sus callejuelas.    

¿Dónde dormir? En la Finca San Cayetano, la casa de campo perfecta con servicio de hotel cinco estrellas.

Frigiliana. Málaga
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16. Frigiliana. Málaga

Este pueblo blanco malagueño es, por derecho propio, uno de los más bonitos de España y con un entramado arquitectónico tan auténtico que su casco histórico está considerado Conjunto Histórico Artístico. Con sus paredes encaladas, sus calles estrechas y sinuosas, todas empedradas y la mayoría de ellas escalonadas. Es el encanto del ‘Barribarto’, el barrio más pintoresco de este municipio de la Axarquía conocido por la artesanía en esparto, la producción de aguacate y la miel de caña. Si queréis descubrir su sabor, deberíais probar la arropía.

¿Dónde dormir? En la Posada Morisca, un hotel con encanto que, además de piscina, acaba de estrenar un restaurante dedicado al aguacate.

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Olivenza. Badajoz
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17. Olivenza. Badajoz

Si os gusta recorrer mundo, es más que probable que este verano echéis de menos viajar al extranjero. O no, porque podéis daros una vuelta por el casco histórico de Olivenza, uno de los llamados pueblos de la Raya (como se conoce a los municipios españoles que hacen frontera con Portugal). Está en la provincia extremeña de Badajoz, y apoco que miréis a vuestro alrededor, no os costará convenceros de que estáis (casi) en el Alentejo. El suelo de adoquines (tan típicamente portugués), las paredes de cal blanca o el estilo manuelino de la iglesia de la Magdalena son solo algunas pistas. El resto, tendréis que descubrirlas (y saborearlas) vosotros. 

¿Dónde dormir? Como reyes de otra época en el Palacio Hotel Arteaga.

Barayo. Asturias
DIEGOSANCHEZ

18. Barayo. Asturias

Este arenal es uno de los bellísimos paisajes que forman parte del ecosistema que surge a orillas del río Barayo, el mismo que da nombre a la playa. Y no hace falta decir que no se trata de una playa para domingueros sino para espíritus más senderistas: llegar a ella solo es posible a pie después de una caminata de 15 minutos. El premio es alcanzar este arenal de dunas eólicas protegidas en las que la fauna autóctona vive en estado salvaje (entre otras cosas, es Zona de Especial Protección para las Aves, ZEPA) y el complejo que forma la playa con el estuario de Barayo está además catalogado como Punto de Interés Geológico (P.I.G.).  

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