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Calanques marseillaises
Photograph: Shutterstock

18 lugares bonitos y desconocidos para viajar a Francia hoy mismo

Lagos, canales, castillos, calas, playas... nuestra selección de los sitios más bellos para descubrir Francia en tus próximas vacaciones

Escrito por
Huw Oliver
y
Houssine Bouchama
Colaborador
Noelia Santos
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Si no te has planteado viajar a Francia desde España, quizá deberías echar un vistazo a estos rincones. 18 lugares bonitos, salvajes y sobre todo desconocidos por los que merece la pena una escapada al país vecino. Desde las tranquilas y sofisticadas playas de la costa Azul, en el tranquilo Mediterráneo, a las aguas salvajes del Atlántico (paraíso de surfistas). Pero es que el interior es aún más diverso y difícil de catalogar, desde las empinadas pistas de esquí de los Alpes a los perfumados campos de lavanda de la Provenza. Y sus viñedos de Borgoña, y sus castillos, y sus jardines ingleses, y sus exposiciones en París o Toulouse... ingredientes que lo convierten en el destino turístico más visitado de todo el mundo. Aquí van solo 18 motivos para viajar hoy mismo (y hacerlo en un tren AVE que llega directo desde Madrid). 

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Gorges du Verdon
Photograph: Shutterstock

1. Gorges du Verdon

Con una altura de unos 700 metros, los flancos de piedra caliza que desafían la gravedad del desfiladero de Verdon son espectaculares por sí solos. Y luego está el agua, que tiene un deslumbrante tono verde turquesa como ningún otro en la Tierra. Este gigantesco cañón del río, que se dice que es el segundo más alto del mundo, atrae a excursionistas, nadadores y kayakistas hartos del bullicio de la cercana Riviera francesa; allí se encuentran una porción tranquila de los trópicos en, ehem, la Provenza rural.

Colmar
Photograph: Shutterstock

2. Colmar

En Colmar, en la hermosa región de Alsacia, puedes combinar historia y arquitectura con una rica tradición gastronómica. Recorre las calles empedradas y maravíllate con las casas de entramado de madera, especialmente en la Petite Venise. Después de pasear, prueba las delicias culinarias locales, como la choucroute, la Tarte flambée con crema agria y beicon, y el Munster, un queso aromático. Y, sobre todo, acompaña la experiencia con un vino Riesling y prueba el Kugelhopf, un bizcocho esponjoso delicioso.

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  • Viaje

La costa del País Vasco francés no es Malibú, pero lo parece. Ni el clima (mucho más frío) ni el paisaje (sin duda más escarpado y vertical) que rodea sus kilométricas playas tienen nada que ver, pero el ambiente surfero no puede ser más auténtico. Tanto es así que a la encantadora villa marinera de Anglet, muy cerca de Biarritz y San Juan de Luz, se la conoce como la 'Pequeña California'. Las escuelas de surf que llenan de tablas todo el litoral, junto a los campeonatos que anualmente se celebran en sus aguas, además de las tiendas de ropa de baño y trajes para bailar sobre las olas, o los restaurantes informales abiertos a pie de playa (tabernas y chiringuitos, pero con chimenea), hacen el resto. 

Volcans d’Auvergne
Photograph: Shutterstock

4. Volcans d’Auvergne

Los 'puys' de Auvernia son colinas redondeadas formadas por magma endurecido de una cadena de volcanes inactivos. La atracción estrella del parque natural regional de los volcanes de Auvernia, de 395.000 hectáreas, son la Chaîne des Puys, los Monts Dore, el Cézallier y los Monts du Cantal, que conforman un entorno peculiar pero absolutamente únicos para caminatas, viajes en bicicleta y paseos en globo aerostático. Imprescindible el sobrenatural lago del cráter Pavin.

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Côte de Granit Rose
Photograph: Shutterstock

5. Côte de Granit Rose

¿Te apetece saborear la 'vie en rose'? El sur de Bretaña puede tener la bahía de Quiberon, la joya indiscutible de la corona de la región, pero el norte puede reclamar los encantos más sutiles de la Côte de Granit Rose. Este tramo de 10 km de largo desde Perros-Guirec hasta Trébeurden es conocido como la Costa de Granito Rosa por los enormes bloques de roca rosada pulida por el Atlántico que bordean sus costas. Las visitas obligadas locales incluyen el almuerzo en el antiguo pueblo pesquero de Ploumanac'h, caminar por la ruta Sentier des Douaniers y avistar aves marinas en la reserva natural de Sept-Îles.

Rocamadour
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6. Rocamadour

La región de Midi-Pyrénées alberga una población que está considerada como una de las más bonitas de Francia. Dicen que parece un lugar encantado. Casas e iglesias rodeadas de pasillos, escaleras, puertas y balcones te transportan directamente a un cuento de hadas. El mirador sobre el río Alzou y el parque natural regional de Causses du Quercy son de gran interés, pero no menos la capilla de Notre-Dame, donde puede contemplarse la estatua de Santa María de Rocamadour, original del siglo XII y conocida como 'la Virgen Negra' (al estilo de la Moreneta). Si te detienes en la entrada de la capilla, mira hacia arriba: verás la espada de Durandal, la legendaria espada de Roldán.

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Désert des Agriates
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7. Désert des Agriates

El centro de Córcega puede estar dominado por montañas ideales para caminatas, pero las playas del norte también merecen una visita. Una de las más bellas es la Plage du Lotu, a la que se puede acceder en barco de recreo desde el pueblo de Saint-Florent. Pero si prefieres poner a prueba tu físico, puedes pasear por el desierto escarpado, árido y yermo del Désert des Agriates, el único desierto certificado de Europa, que está bordeado por un sendero costero de 40 km de largo.

Dune du Pilat y Baie d'Arcachon
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8. Dune du Pilat y Baie d'Arcachon

La duna de arena más alta de Europa, situada entre el bosque y el océano, puede que ya esté en lo más alto de su lista de deseos viajeros. Pero no te pierdas la vecina Baie d'Archachon, una de las reservas naturales más ricas y diversas del país. Si tienes suerte, podrás vislumbrar delfines mulares, focas grises e incluso tortugas laúd, sin mencionar miles y miles de aves migratorias.

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Jardins de Marqueyssac
Photograph: csp / shutterstock.com

9. Jardins de Marqueyssac

El valle de la Dordoña está repleto de idílicos bosques y pueblos de postal. Para asimilarlo todo, dirígete a los jardines colgantes de Marqueyssac, en los terrenos del castillo del siglo XVII del mismo nombre. Sus 150.000 bojes, recortados con formas globulares surrealistas, se asemejan a rebaños de ovejas en la ladera de Vésac, mientras que el sendero de 5 km por los jardines ofrece panorámicas inmejorables desde el mirador del acantilado del castillo.

Plateau des Mille Étangs
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10. Plateau des Mille Étangs

Conocida por los lugareños como 'la pequeña Finlandia', la meseta de Mille Étangs, en la región de los Vosgos, es un extenso laberinto de unos 850 estanques que se formaron cuando los glaciares se retiraron de la zona hace 12.000 años. Los 'étangs' cubren en su mayoría alrededor de diez hectáreas cada uno, y están rodeados por prados, arroyos y bosques entrelazados. Cualquier aficionado a la pesca y a los deportes acuáticos estará en su salsa, y también hay senderos y rutas en bicicleta dignos. Asegúrate de pasar por los baños termales en la cercana Luxeuil-les-Bains y por la capilla de Notre-Dame du Haut, diseñada por el maestro Le Corbusier.

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Calanques marseillaises
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11. Calanques marseillaises

¿Necesitas una salida al campo después de una visita a la divertida pero agitada Marsella? Haz como los lugareños y ve a una de las muchas hermosas 'calanques' (calas) de la costa circundante con nombres encantadores como Cassis, Sormiou y Sugiton. Claro que llegar allí puede suponer un largo viaje, pero la sensación de felicidad primigenia, las hermosas aguas azules (y típicamente cálidas) de las 'calanques', el dulce olor de los pinos y el zumbido continuo de las cigarras harán que la travesía valga la pena.

Canal du Midi
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12. Canal du Midi

'Parfois au fond de moi se ranime / L'eau verte du Canal du Midi' ('a veces dentro de mí cobra vida / el agua verde del Canal du Midi'). Los franceses a menudo recuerdan el clásico de Claude Nougaro cuando el canal más majestuoso del Languedoc surge en una conversación. Y muchos, especialmente los del sur, empatizarían con el sentimiento. Sus 240 km –que conectan el río Garona con la cuenca del Étang de Thau, en el Mediterráneo– hacen del Midi el destino soñado por los amantes de la bicicleta en verano. Fue construido por orden del primer ministro de Luis XIV, Colbert, en el siglo XVII, y ahora está conectado al Canal de Garonne, de modo que las barcazas pueden viajar desde el Atlántico hasta el Mediterráneo. Para vivir la experiencia completa, alquila una.

 

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Les Baux-de-Provence
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13. Les Baux-de-Provence

Más de un millón de visitantes acuden en masa a este espectacular pueblo provenzal cada año. Y por una buena razón. Su espectacular ubicación en un afloramiento rocoso en las montañas Alpilles hace de Les Baux-de-Provence un lugar ideal para contemplar las extensas llanuras del sur de la región. Relativamente cerca de la fotogénica ciudad de Arles, donde Vincent van Gogh pasó un año antes de su muerte, las callejuelas adoquinadas del pueblo albergan un hermoso castillo del siglo XIII y el Musée du Santon, un museo extrañamente fascinante dedicado a los 'santons', figurillas tradicionales elaboradas con cera y vidrio en los alrededores. Cerca de allí, también encontrarás Carrières des Lumières, un antigua cantera de bauxita convertida en centro de arte digital dirigido por la misma gente responsable del pionero Atelier des Lumières de París.

Lac d’Annecy
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14. Lac d’Annecy

Bordeado por montañas cubiertas de nieve, Annecy es conocido como el lago más limpio de Europa gracias a las estrictas normativas medioambientales locales. Y también es muy hermoso. El tercer lago más grande de Francia, si se descarta la parte francesa del lago Ginebra, este destino de 28 kilómetros cuadrados en Haute-Savoie atrae a sus 'playas' a bañistas, marineros, buceadores y amantes del sol. Las colinas de la zona, ricas en flora y fauna, son ideales para practicar senderismo, y la ciudad de Annecy está repleta de magníficos restaurantes.

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Château du Haut-Kœnigsbourg
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15. Château du Haut-Kœnigsbourg

Si viajas por carretera a Alemania, haz un alto en el camino y pasa por este castillo increíblemente pintoresco con vistas a la llanura del Alto Rin. Encaramado en una colina rocosa a 700 metros de altura, el Château du Haut-Kœnigsbourg del siglo XII ha cambiado de manos muchas veces a lo largo de los años, más recientemente de Alemania a Francia tras el Tratado de Versalles en 1919. Con su mazmorra y torres intactas, el castillo medieval en sí bien vale la pena, pero los jardines y las vistas que lo acompañan son el atractivo principal. Este complejo épico y sus alrededores pueden recordarte a 'El castillo ambulante' (y, sorpresa, eso será porque Hayao Miyazaki realmente basó su fantástico edificio en él). Para tu información, también protagoniza el clásico 'La gran ilusión', que Jean Renoir dirigió en 1937.

Cirque de Gavarnie
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16. Cirque de Gavarnie

No lejos de la frontera con España, el Cirque de Gavarnie es un enorme valle parecido a un anfiteatro que Víctor Hugo describió una vez como un "Coliseo de la naturaleza". Ahora patrimonio mundial de la Unesco, el circo pirenaico tiene 4 km de ancho y sus paredes de roca se ciernen alrededor de 1.500 metros de altura. Ve en los meses más cálidos y podrás contemplar la 'Grande Cascade' de 425 metros de altura, la segunda cascada más alta de Europa (cuando hay agua).

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Gorges du Tarn
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17. Gorges du Tarn

Escondido entre las mesetas de Causses y las montañas Cevenas, el cañón del Tarn es una aventura pintoresca y un lugar ideal para acampar, entre los departamentos de Lozère y Aveyron, en el sur. Las impresionantes gargantas se prestan para la práctica de kayak, buceo y escalada, mientras que las mesetas cercanas son populares entre los espeleólogos aficionados. Pasa la noche en el bonito pueblo de Saint-Énimie del siglo VII, fundado por un santo curado de lepra en aguas cercanas. Y ten en cuenta también que se sabe que los astutos buitres leonados buscan la basura en estas áreas, ¡así que cuidado con el picnic!

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