
1. Fornells
Partiendo de la base que es prácticamente imposible encontrar un lugar feo en Menorca, elegir el más bonito es una tarea casi imposible. En ese contexto tan idílico, vamos a quedamos con el pueblito pesquero de Fornells, por precioso y por ser el lugar en el que se elabora la mejor caldereta de langosta de toda la isla (el reclamo del estómago siempre funciona en caso de desempate). Con su puerto, de los más grandes de la isla (con permiso del de Mahón, el más importante), y su costa, una de las más fotogénicas de Menorca, no hay duda de que este bellísimo rincón al norte de la isla puede ser un buenísimo punto de partida para conocer el paraíso mediterráneo que se esconde en la pequeña isla balear.