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Biblioteca de Catalunya

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Biblioteca de Cataluña
© Tatiana Rojas
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Time Out dice

Ubicada en un edificio medieval ajardinado que fue un hospital, la Biblioteca de Cataluña es un templo de los libros en la Ciudad Vieja de Barcelona

La Biblioteca de Cataluña está localizada en el barrio del Raval, entre los callejones de la Barcelona amurallada. El espacio también está muy cerca de algunos espacios centrales de la Barcelona burguesa que creció a través del Ensanche barcelonés (conocido como l’Eixample). A unos minutos de camino a pie podemos encontrar los inicios del paseo de Gracia, palpitante de edificios modernistas como La Pedrera, o de la rambla de Cataluña.

De recinto hospitalario a núcleo cultural

El edificio que actualmente acoge la Biblioteca de Cataluña fue la sede del Hospital de la Santa Cruz de Barcelona durante cinco siglos. Los arquitectos del proyecto original reaprovecharon parte de las instalaciones de un hospital previo que fundó el canónigo Joan Colom. Y los terrenos adyacentes se fueron destinando a otras dependencias relacionadas con la medicina, como la Casa de Convalecencia (que se construyó ya en el siglo XVI).

A lo largo del siglo XX, esta zona se convirtió en un foco de actividad relacionada con las letras y los libros. Antes de reorientarse como biblioteca nacional, la Biblioteca de Cataluña sirvió inicialmente de biblioteca para el Instituto de Estudios Catalanes (IEC). Esta institución, que podría definirse como un equivalente catalán de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), se instaló en la mencionada Casa de Convalecencia. Posteriormente, otra área del antiguo complejo hospitalario se transformó en la biblioteca pública de Sant Pau – Santa Creu, que pertenece a la red gestionada por la Diputación de Barcelona.

Los usos actuales de la Biblioteca de Cataluña

Todas estas instalaciones hospitalarias han sufrido transformaciones y expansiones (ahora el edificio de la biblioteca tiene plantas subterráneas que acogen quilómetros y quilómetros de estanterías), pero han conservado la arquitectura gótica y el sabor medieval del complejo. Las piedras de los edificios, y los miles de libros que acogen, transmiten el paso del tiempo y el peso de siglos de historia.

La Biblioteca dispone ahora de un fondo bibliográfico enorme. Ofrece un servicio de préstamo que está orientado a los investigadores, pero que también está abierto a todo el mundo. No faltan las correspondientes salas destinadas a lectura y estudio. También podemos leer en el jardín del edificio, desde el que se puede acceder a la correspondiente conexión wifi con internet. Desde el año 2004, algunos espacios de la Biblioteca de Cataluña también tienen un uso teatral y se llevan a cabo representaciones.

¿Cómo llegar a la Biblioteca de Catalunya?

Se puede llegar a la Biblioteca de Cataluña mediante diversas opciones de transporte público. La estación de Liceu, que pertenece a la línea 3 de metro, está muy cerca del edificio. La estación de Catalunya está un poco más alejada, pero multiplica las posibilidades de llegada a través de metro, tren o Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC). También hay diversas líneas de autobús que se enfrentan al tupido tráfico habitual en la zona. El acceso a las instalaciones es gratis y los horarios se pueden consultar en su página web.

Escrito por
Ignasi Franch

Detalles

Dirección
Hospital, 56
El Raval
Barcelona
08001
Transporte
Liceu (M: L3)
Precio
Accés lliure
Horas de apertura
De 9 h a 20 h. (lun. a vie.). De 10 h a 14 h (sab.)

Qué ocurre

Filumena Marturano

  • 4 de 5 estrellas
  • Drama

De nombre Filumena Marturano, es encarnada por una Clara Segura pletórica que demuestra, una vez más, que sabe ser la dueña de la tragicomedia, la actriz todoterreno capaz de hacernos reír y emocionarnos al mismo tiempo, casi en un nanosegundo, que sabe ocupar la escena con la mirada y arrastrarnos hacia su personaje como si fuéramos vecinos de escalera y nos la encontráramos, día sí, día también, en la tienda de la esquina.Oriol Broggi necesitaba esta obra como un vaso de agua un mediodía tórrido de agosto. Necesitaba el travieso Eduardo de Filippo y esta mujer que finge morirse porque su hombre, en Domenico, un caradura que la tuvo como amiga unos años, dé el paso y se case con ella. Pero él, un espléndido Enrico Ianniello, descubre el engaño y se dispone a ponerle fin. Broggi necesitaba volver al teatro popular napolitano, a la alegría de vivir que desprenden los personajes de De Filippo, el verbo mordaz, fácil y distendido.De Filippo permite tantas lecturas como directores hay en el mundo. Es como Shakespeare y Chéjov. Como los más grandes, es enemigo de las medias tintas. Y Broggi nos lo sirve casi sin filtros, sin retórica suplementaria. Deja que los actores lo hagan suyo y que brillen los secundarios. Sin Marissa Josa y Eduard Muntada la comedia perdería consistencia... Al terminar, solamente podemos pensar: gracias por haber existido, Eduardo. ■

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