Las bibliotecas más bonitas de Barcelona

No necesitáis viajar hasta Nueva York para que una mujer aguantando una antorcha y un libro os dé la bienvenida. En la Biblioteca Arús, una vez subida la escalinata de entrada, os encontraréis con una réplica reducida de la Estatua de la Libertad que saluda a los visitantes. La Liberty catalana, obra de Manuel Fuxà, proclama en una inscripción la libertad del alma ('Anima libertas'). El fondo de esta biblioteca, especializada en movimientos obreros y masonería, concuerda con el lema. El icono laico ilumina este templo dedicado al conocimiento como forma de progreso colectivo.

Es una biblioteca dirigida principalmente a historiadores pero está abierta a todo el público que desee perderse y conocer sobre el patrimonio cultural catalán. Su función es la de preservar, conservar y difundir absolutamente todo lo publicado en el país. Ubicado en el distrito de Ciutat Vella, dentro y fuera de este lugar podréis disfrutar de una buena lectura. 

¿Te imaginas un barco como biblioteca? La de Joan Miró lo es, aunque hace mucho no cuenta con agua a su alrededor, nació con la idea de ser un barco que va por el mar del conocimiento. Está situada dentro de un parque, así que la visita al exterior es parte de la experiencia. Es pequeñita, pero esto es lo que la hace acogedora, muy familiar. Aquí encontraréis el fondo bibliográfico de importantes ediciones de editoriales catalanas de los años 80 y 90, pero lo que la hace diferente a otras, es su parte artística -libros ilustrados- en referencia al pintor Catalán, Joan Miró. Sus 27 años han hecho que tenga un valor nostálgico y especial para sus fieles lectores. Nuria Perarnau, directora de la Biblioteca, define este lugar como “remanso de paz y tranquilidad”.

De entrada es un edificio con estilo modernista, muy llamativo. Sus 100 años tienen historia. Nació como una cooperativa obrera y con el paso del tiempo se convirtió en biblioteca. Cuenta con cuatro plantas y el subir una por una hace que te sientas en un laberinto rodeado de paredes amarillas. Su especialidad es la restauración y hostelería, pero esto no quiere decir que sea de ‘cocina’, sino libros enfocados más al ámbito profesional. Es pequeña, atractiva y de barrio. Un punto a favor es que está cerca de la playa.

Este espacio cuenta con un legado de manuscritos e incunables, impresos y digitales. Su infraestructura se conserva y es atractiva para visitarla, pero en especial para perderse entre letras en sus amplias salas de estudio. 

Es una de las más antiguas de la red de bibliotecas de la ciudad. Caminar por un pasillo largo y encontrarte con ella dentro de la parte interior del parque, es lo que más gusta al público familiar. Su centro de interés es la medicina complementaria, todo lo relacionado con el yoga, taichí y homeopatía, pero esto no es todo. Si queréis conocer la historia o arquitectura de la vida del Eixample, tienes que ir a esta biblioteca. Las actividades como el cine en el patio, biblioteca a la calle o la hora del cuento, hacen que sea un lugar creativo y singular. 

En el corazón de Barcelona, el Raval, se encuentra esta biblioteca que cumplirá sus 75 años. Una biblioteca con una historia particular; en los años de la dictadura del Franquismo quedaba el Hospital de la Santa Creu, en esos tiempos estaba prohibido leer y hablar catalán, pero las bibliotecarias escondían los libros para que la gente pudiese leerlos. Su especialidad es el mundo árabe y subcontinente indio; encontraréis textos en árabe, urdú, panyabí. Sin duda, una parada de sensaciones y recuerdos que no os podéis perder.

Está ubicada en el barrio de El Carmel y las vistas que tiene no se comparan con absolutamente nada, son espectaculares. La aventura de llegar allí, os gustará un montón. Está epecializada en novela barcelonesa contemporánea, además de todo tipo de literatura para adultos, jóvenes y niños. ¿Lo mejor de todo? Abren de lunes a domingo, así que no tenéis excusa para no ir. Un café, una buena vista y un libro como compañía os esperan. 

Inspirada en la tarea de una de las primeras introductoras del feminismo, reformista de raíz católica y gracias a los nuevos contactos establecidos y a sus dotes sociales, Francescca Bonnemaison pudo sacar adelante el ambicioso plan de crear una biblioteca para mujeres. Antigua, agradable, luminosa y simbólica. Así es la primera biblioteca dedicada a mujeres de Europa. Un lugar que no pasa desapercibido en la calle del Born en la que se encuentra. 

Para los amantes del cine, este es vuestro lugar. Aquí encontraréis revistas, discos, libros y bandas sonoras relacionadas con el séptimo arte. La biblioteca tiene una colección tan grande que os apetecerá perderos y explorarla. Es un lugar luminoso tanto por sus libros como por la luz que irradia el espacio y respecto sus trabajadores, está valorada como “el mejor servicio”.