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Que un restaurante llene sin necesidad de estar todo el día en los titulares suele ser una buena señal. Maleducat es un buen ejemplo: tras cinco años de vida, es uno de esos proyectos consolidados en el barrio de Sant Antoni y donde comer bien está asegurado. Al frente está Víctor Ródenas, que ahora acaba de inaugurar Casa Fiero (Londres, 89. T. 931 02 66 10).

Aunque ambos restaurantes comparten filosofía y también algunos platos que pasaron por Maleducat en sus inicios y ahora recalan aquí -las bravas, por ejemplo- Casa Fiero se reivindica como una casa de comidas más tradicional y en la que el ticket también es algo más ajustado. Vaya, que se puede comer perfectamente por unos 40 euros por persona. También, claro, por bastante más si se viene a jugar.

Aunque lleva pocas semanas abierto, ya es posible señalar un par de clásicos en su carta: los ricos huevos fritos con gambas, panceta y pimienta de Espelette –imposible que una combinación así no funcione–, y los fideos a la cazuela con bacalao, alitas de pollo deshuesadas y salchicha. Por ahora, nos confirman, son dos de los platos que más salen. Un par de buenos ejemplos más de esta propuesta de comida confortable, tanto en formato platillo como más de cuchareo, son los macarrones gratinados y los garbanzos guisados con tendones y carrilera.
Además de algunas tapas y también bocadillos –ojo al mollete con bistec tártaro– la brasa ya apunta maneras como protagonista de esta casa. Por ahora, trabajan piezas enteras de lubina, muy bien tratada, al punto y con su agua de Lourdes: que no es nada milagroso, sino una emulsión muy usada en asadores vascos a base de limón, ajo, vino blanco y otros ingredientes. O quizás sí lo es: con la grasa del pescado, se convierte en un pil-pil ligero. También asan a la brasa carnes de cerdo ibérico y vaca. La idea, nos cuentan, es ir ampliando la propuesta de pescados.

El bonito local combina cierta elegancia clásica con guiños modernos que aligeran el ambiente. El resultado es realmente acogedor. Y, para beber, igual que en Maleducat hay cócteles para empezar, y una carta de vinos breve, pero bien escogida, en la que los perfiles más actuales de vinos con poca intervención conviven con clásicos de esos que siempre gustan y parecen encajar muy bien en este ambiente. Por ahora cierran fines de semana y en agosto tampoco abrirá. Así que quienes quieran ser de los primeros en probarlo tienen unos días de margen o bien pueden esperar a septiembre.
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