Maleducat tiene un explícito apellido: Casa de Comidas. Tres amigos de la infancia -en la cocina Víctor Ródenas (Caelis, Via Veneto) y los hermanos Marc y Ignacio Garcia en el apartado 'business'- han convertido al Maleducat en uno de los lugares más calientes de San Antonio en poco más de seis meses: abrió segundos antes de la pandemia. Maleducat (broma privada: "no te la atarás nunca, eres un maleducado!", se espetaban) practica "una cocina informal y cercana pero de producto muy trabajado", dice Ródenas.
Es de carta corta y pizarra larga, con seis sugerencias que cambian cada día. Y que son un homenaje lleno de técnica y frescura al hedonismo desvergonzado: platos como los guisantes frescos con tripa de bacalao, yema de huevo y butifarra negra, y un arroz seco con trompetas de la muerte y magret de pato salvaje. Y no tiene reparos en hacer platos de caza desenfadados, como unos rigatoni rellenos de liebre a la royale. Fiaos de los vinos a copas: los elige el sumiller del Àbac.