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Cinco combinados alcohólicos catalanes que seguro que no has probado

La Barreja, el Manelic, el Calmante ... ¡Más allá del whisky con cola!

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
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Seguro que hace años que agarras las cogorzas con whisky de garrafón y cola de marca blanca, o aún peor, con aquella aberración transversal llamada kalimotxo. Bueno, pues si quieres pegarle unas buenas patadas al hígado, puedes hacerlo con productos y recetas de la catalana tierra. Y es un buen momento para hacerlo: las fiestas mayores se vislumbran con distancia de seguridad y atornillados a la mesa. O sea que te recomendamos una vuelta en Cataluña sin desengancharte del mueble-bar con estos combinados catalanes (banda sonora recomendada: Juerga Catalana de Albert Pla, ("me voy a la cama, estoy borracho, soy feliz")

1. El Manelic (Esparraguera)
Empezamos, ejem, con las nuevas tendencias. El Manelic, un combinado que se localiza en Esparraguera, insufla nueva vida a la siempre vigente ratafía a la vez que rinde homenaje al héroe matalobos de Guimerà. Muy sencillo: se trata de combinar ratafía con limonada fresca: una parte de ratafía, dos de limonada y dos cubitos. Fácil, directo y refrescante.

2. La Barreja (Berga)
¿Tienes que subirte al andamio a las cinco de la mañana? Pues te conviene una 'barreja': que es algo tan sencillo como mezclar moscatel con anís. En un vaso, tres partes de moscatel y una de anís. Los cubitos son opcionales: es la bebida oficial de la Patum de Berga, y ves a los mozos del pueblo arriba y abajo con botellas de plástico llenas de este brebaje. Un vaso o te dejará KO o te hará salir pelos en el pecho de golpe y una urgencia 'berserk' de ponerte a saltar, bengala en mano. 

La Barreja: potente, cargada, viril... ¡No te pimples toda la botella!
Foto: ViquipèdiaLa Barreja: potente, cargada, viril... ¡No te pimples toda la botella!

3. El Calmant (Ulldecona)
No, no estamos hablando de medicamentos de la familia de las benzodiazepinas. Se trata de un licor de café originario de Ulldecona hecho con granos de café, canela, limón y ron negro (la versión embotellada del ron quemado, vaya). Es de lo más dulce, o sea que con un par de cubitos pasa la mar de bien.

4. La Pomada (Maó)
Contra la tiranía del gin-tonic, un buen vaso de pomada. Tan sencillo como mezclar dos tercios de limonada con un tercio de Gin Xoriguer, y servirlo muy frío. Pasa como el agua, y su sensación refrescante dinamita todas las mandangas de gin-tonics afrutados y con ensaladas que flotan.

Pomada de Maó
Pomada de MaóPomada de Maó

5. Gíric (del historiador Jaume Fàbrega)
La sabiduría popular la encontramos en la tierra, no en el recetario de un coctelero molecular. Y hacía falta otro combinado de ratafía. Escaneando venerables webs como Racó Català o diarigran, he encontrado esta derivación del Dry Martini llena de 'seny i rauxa', creada por el historiador de la cocina catalana Jaume Fàbrega. Gíric: una mitad de ratafía y una mitad de ginebra en el mismo vaso. Bien frío, con hielo, y una hoja de azahar para aromatizar. Si sois finos, mezclar con cuchara larga, si no, con una pajita. La ginebra -si puede ser, usa Xoriguer o una Km 0 como Corpen- limpiará la dulzura extrema del licor favorito del presidente Torrat, perdón, Torra. De ratafía, usamos l'Hòstia, bien cargadita. Como dicen ellos: "nuestra ratafía es una autopista directa al nirvana catalán, no una sopita para mojar carquiñoles en las calçotadas de los pijos 'indepes' de la Bonanova".

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