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Franz Rogowski y el glamur de los raros

Escrito por
Pere Vall
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Cuando esa cara te está enviando una información... ¿diferente?

Sí, soy un gran y experto fisonomista. Cuando veo una cara por primera vez, la repaso toda, de punta a punta, por todos los rincones. Y la memorizo. Sé quién tiene cicatrices y quién no. Y dónde: encima del labio superior, en la barbilla, en una ceja, en la mejilla. Quién se ha operado la nariz. Retengo quién tiene las orejas pequeñas, grandes, un poco despegadas, sin lóbulo. Conozco el color de los ojos y su tamaño. Si los labios son carnosos o delgados y enclenques. Si los dientes están bien alineados; si falta alguno; si las encías los invaden. Me ocurre en la vida, con la gente que me rodea o que veo una sola vez, y con las películas. Las actrices y actores con rostros extraños me tienen cautivado. Extraños, ojo, como sinónimo de especiales, diferentes, inquietantes, no aburridos. Fuera de la norma, lejos de la cara normal y previsible. Con el glamur de la discontinuidad, de los accidentes geográficos. En una pantalla, sobre todo cuando se trata de un primer plano y hay poco diálogo, un rostro de estos es potentísimo. Envía una información a menudo equívoca, porque se escapa de aquello cotidiano y controlado. El último fichaje de mi álbum de cromos de fisonomías raras se llama Franz Rogowski y acaba de estrenar el film alemán de Thomas Stuber 'A la vuelta de la esquina.

De Michael Haneke a Terrence Malick

Nacido en 1986, Rogowski se dio a conocer cuatro años atrás, junto a Laia Costa, en 'Victoria', la peli del interminable plano secuencia dirigida por Sebastian Schipper. Después lo hemos visto en 'Happy end', de Michael Haneke. ¡Vaya uno para fichar estrellas que te pueden perturbar con una mirada! Y, hace pocos meses, en 'En tránsito', de Christian Petzold. Veo que Terrence Malick también lo ha reclutado para su 'A hidden life', junto a una caterva de caras raras que, chicas y chicos, flipo con ellos: Jürgen Prochnow, Matthias Schoenaerts, August Diehl o el desaparecido Bruno Ganz. De hecho, yo veo en Franz Rogowski a un nuevo Ganz. 

Algunos brillantes precedentes

Mi lista comenzó con otro actor que hace décadas que nos dejó demasiado pronto: John Cazale, una de las estrellas de 'La conversación', 'El padrino', 'Tarde de perros' o 'El cazador'. ¿Más miembros de la cofradía, del club? Willem Dafoe y Christopher Walken, por supuesto, Marcello Fonte ('Dogman') o Karl Glusman ('Love'). Porque no se trata de ser guapo o feo. Porque Viggo Mortensen es otro socio destacado de la federación. Y Vincent Cassel. Y Marlon Brando. Y Joaquin Phoenix, Klaus Kinski, Adam Driver y Max von Sydow. Se trata de su capacidad para... removerte y sacarte fuera de aquello que los cursis de ahora llaman zona de confort.

Los extraños españoles

El cine español también tiene algunos integrantes destacados de la camarilla de la cara curiosa. Sólo citaré tres de los más recientes: Raúl Arévalo, Jaime Lorente (que acaba de estrenar en Netflix '¿A quién te llevarías a una isla desierta?', de Jota Linares) y Eneko Sagardoy ('Handia'), a quien volvemos a tener en las salas en 'El hijo del acordeonista', de Fernando Bernués. La lista de actrices con rostros fascinantemente particulares es tan o más larga que la de los actores, pero lo dejo para otro día. 

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