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¿Quién quiere trabajar a 38,9 °C? Nadie. Y no es una pregunta retórica: es la temperatura que registró el Observatorio Fabra el pasado sábado 16 de agosto. Nunca, en 112 años de datos, Barcelona había rozado este límite de calor en pleno agosto. Un motivo de peso –y casi de supervivencia– para que el octavo mes del año se haya convertido en el momento del éxodo vacacional.
Pero agosto no es solo calor. También es historia. Hasta el siglo XIX, solo las clases acomodadas podían permitirse unas vacaciones. En 1918, una ley española reconoció 15 días de descanso a los funcionarios, y en 1931, la Segunda República estableció un permiso anual de siete días para todos los asalariados. Pero entre inestabilidad política y crisis, la realidad es que la mayoría de trabajadores no pudieron disfrutar de vacaciones pagadas hasta bien entrada la década de los 60.
Cuando por fin llegaron, lo hicieron de la mano de las fábricas: en agosto, la industria paraba máquinas, y el cierre acabó arrastrando oficinas, tiendas y todo lo que había a su alrededor. En el campo había menos trabajo: después de la cosecha de julio y antes de la vendimia de septiembre, el mes quedaba a medio gas.
Otro factor decisivo es el calendario escolar. El curso académico español termina a finales de junio y empieza a principios de septiembre. Traducción: si tienes peques, las vacaciones son en julio o en agosto. Y, tradicionalmente, ha ganado agosto.
A todo esto se suma la geografía. Somos un país de playas y calas, y el verano es la época dorada del turismo nacional para disfrutarlas. Añadid el 15 de agosto –festivo de la Asunción de la Virgen–, que ha actuado como punto de anclaje: para unos, el inicio de vacaciones; para otros, el final.
Ahora bien, algo empieza a cambiar. Hoteles y asociaciones del sector detectan una cierta desestacionalización. El cambio climático y el calor extremo empujan cada vez a más gente a viajar en septiembre, el teletrabajo da más libertad, y cada vez hay más hogares sin hijos que pueden elegir fechas alternativas.
Quizás agosto siga siendo rey, pero todo indica que su reinado ya no será tan absoluto.