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Regla sin residuos: copa menstrual y compresas reutilizables

Escrito por
Marta Salicrú
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Hay tanto plástico en el mar que los polímeros se han convertido en especie autóctona del Mediterráneo. En cada kilómetro de nuestro mar flotan 1,25 millones de fragmentos de plástico –cifra que multiplica por cuatro la de la isla de plástico del Pacífico–, y el plástico representa el 95% de los residuos que flotan en nuestras costas, según un estudio publicado por WWF el último Día Mundial de los Océanos, el 8 de junio de 2018. Según el mismo estudio de la ONG ecologista, España es, después de Turquía, el segundo país de la UE que más residuos de plástico vierte el mar, y el cuarto que más consume este material.

Para ayudar a combatirlo, las mujeres tenemos una solución entre las piernas: en vez de contribuir a la emisión de residuos una vez al mes con los tampones y compresas desechables, podemos optar por soluciones reutilizables cuando tenemos la regla.

Ya hemos hablado de la copa menstrual, pequeños recipientes de silicona que se introducen en la vagina. Una alternativa a los tampones, que se introducen secos, absorben la sangre y quedan empapados entre las paredes vaginales, la copa recoge la sangre en un pequeño depósito, respetando el efecto de la gravedad en el ciclo menstrual. Las copas son más caras que un paquete de tampones, pero como se pueden reutilizar durante unos diez años, en ocho ciclos su precio se amortiza y significa un gran ahorro, económico y de generación de residuos.

Tenéis una gran oferta de copas menstruales en el mercado, empezando por la pionera Mooncup, la primera fabricada con silicona, en 2001 en el Reino Unido. Si buscáis producto de proximidad, tenéis la Enna Cycle, que tiene un aplicador como los de los tampones para facilitar su colocación, y que se llevó uno de los premios ADI 2018, los premios al mejor diseño industrial del FAD.

Ya sea como complemento de la copa menstrual o para usarlas en vez de las compresas de un solo uso, para que vuestra regla no se convierta en una fuente mensual de residuos también podéis utilizar compresas de tela reutilizables. De toda la oferta que tenéis, todas coinciden en utilizar tejidos técnicos muy absorbentes –la gran diferencia respecto a los paños, las predecesoras de las compresas de ropa del pasado–, sin tóxicos y con sensibilidad medioambiental, y la mayoría llevan botones para evitar que se muevan.

Cyclo

Tenéis las de Cyclo, con toda una filosofía de menstruación sostenible detrás, hechas en España con algodón ecológico. Las de Tres Amapolas, el proyecto como respuesta a la crisis económica de tres mujeres de Villanueva de la Vera, pueblo de Cáceres donde las compresas se producen íntegramente; las podéis comprar en El Petit Rusc, donde también tienen las de Tierra Sabia. O las de Orethic, también confeccionadas en España, que tienen como principal valor que no usan poliéster en la capa aislante, y que podéis comprar a sinplastico.com.

Otra opción, y bien bonita, son las "compresas de alta costura" de Flora Menstrual, definidas así porque están confeccionadas a mano por Laura Barriendos, modista del Penedès detrás de este proyecto. "Al principio, cuando lo explicaba, mucha gente reaccionaba con asco –dice Barriendos–. Es evidente que la menstruación no la tenemos aceptada y nos provoca rechazo. Intentamos no tocarla y evitamos hablar del tema. Tener que lavar las compresas, parecía 'asqueroso' y laborioso".

Para Barriendos, sin embargo, hay muchos motivos por los que vale la pena tomarse esta molestia. "En primer lugar, porque son mucho más buenas para ti, ya que están hechas de algodón, y no tienen miles de tóxicos y químicos como las comerciales. Después, para reducir notablemente los residuos que podemos llegar a generar durante toda la etapa menstrual. También para conectar con tu ciclo menstrual, y naturalizarlo. Y finalmente, también son más económicas a largo plazo, y tu dinero no van a parar a ninguna campaña publicitaria que promete que tu regla olerá a rosas frescas ni a ninguna multinacional, van a parar a una persona que cose las compresas con mucho amor, porque cree en una menstruación sostenible y consciente".

Las compresas Flora Menstrual están hechas con tejidos estampados de algodón, una capa interior absorbente de algodón, y una capa opcional de poliéster, con un laminado que las hace impermeables y transpirables. "Siempre compro en establecimientos locales, y elijo con cuidado las telas, tanto por estampado como por gramaje", dice Barriendos. "Para mí, que sean bonitas es muy importante, ya que a veces cuesta dar el paso y dejar de pensar que es mucho trabajo, así que hacerlas bonitas ayuda a amarlas y valorarlas". Las encontraréis en el mercado del festival Estrogenfest de mujeres artistas.

Si queréis probar que es una regla sin compresas, otra opción muy atractiva –en todos los sentidos: también estéticamente– es la de las bragas menstruales Cocoro, que son absorbentes como una compresa gracias a una capa interior de tejido técnico en base de poliéster, absorbente, hidrófugo, antibacteriano y transpirable. Los primeros y últimos días de regla serán suficientes para manteneros secas; para los días de regla más abundante, las deberéis combinar con la copa menstrual.

De hecho, fue constatar que la mayoría de mujeres que usaban la copa la complementaban con compresas o 'salvaslips' de un solo uso lo que llevó a las cuatro socias de la cooperativa barcelonesa Femmefleur –dos arquitectas, una diseñadora gráfica y una filóloga– a desarrollar sus bragas menstruales. "A nadie le gustan las compresas y los 'salvaslips' –dice Clara Guasch, de Cocoro–, los fabricantes se forran con un producto que no gusta a nadie, que es supercontaminante y que usa la mitad de la población del mundo". Confirmaron su intuición de que era necesaria una alternativa cómoda y sostenible cuando la campaña de micromecenazgo que arrancaron para sacar adelante la primera producción de Cocoro consiguió ocho veces más el importe que pedían.

Si seguís las recomendaciones de lavado (máximo a 30º, sin suavizante ni lejía y evitando la secadora y la plancha), el tejido técnico de las Cocoro mantendrá sus propiedades durante unos 60 lavados, es decir, que te durarán unos dos años. Tenéis 13 modelos de bragas Cocoro, algunas 'culotte' y otras tanga, con diferentes capacidades de absorción y todas en negro.

La producción de las bragas Cocoro se hace en Cataluña, en colaboración con Ared, fundación para la reinserción de mujeres, y así quieren que continúe Guasch y sus socias, aunque Cocoro ha doblado ventas en un año. Y todo ello, sin disponer de recursos para marketing. "Nuestro objetivo es que se sepa que existimos". Cocoro apuesta por la venta 'online', aunque ocasionalmente participa en mercados y también está presente, como prueba piloto, en una pequeña muestra de tiendas.

Una regla sostenible es posible, y si sois hábiles con las manos y creyentes practicantes de la filosofía 'Do It Yourself', también podéis intentar haceros vosotras mismas vuestras compresas reutilizables en uno de los talleres de compresas con tela que se hacen en Barcelona.

NO TE LO PIERDAS: ¿Sabéis que en Barcelona hay un supermercado libre de plástico? ¡Desterramos el plástico de un solo uso de nuestra vida!

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