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Si tu pizza favorita es la napolitana, afortunado eres: acaba de abrir en la avenida Paral·lel, 94, justo en la acera de enfrente del Molino, el séptimo local que la cadena Neapolitan Pizza tiene en el estado, y el tercero en Barcelona. Y sin discusión es una de las mejores pizzerías de este país: quedó finalista en el concurso de la Mejor Pizza de España, celebrado en Madrid Fusion, y también tiene el reconocimiento de la Associazione Verace Pizza Napoletana (AVPN, la DO de la pizza de Nápoles, para entendernos).
Este es el tercer establecimiento que abren en diez años en Barcelona y hay que destacar su comodidad. Neapolitan Pizza Molino está en uno de esos preciosos –y a menudo desaprovechados– locales bajo los arcos de la avenida Paral·lel, y es un establecimiento blanco, minimalista y lleno de aire y luz natural (algo no tan habitual en su local de Santa Caterina, famoso por la alta calidad de las pizzas y el precio bajo, y también por los saraos que se montan). Esta nueva apertura confirma que la pizza en Barcelona tiene un nivel envidiable.
Y el hecho de que NAP sea una cadena no impide aplicarles el adjetivo artesano con veracidad. Cabe decir que ver un horno de leña en una pizzería no es garantía de nada, si no lo usas bien. El napolitano Antonello Belardo, cofundador de la cadena con Fernando Pérez, explica que basan su oficio de pizzeros en los ocho principios establecidos por la AVPN: masa madre de elaboración propia, 24 horas de reposo de la masa, un fuego que arde sin pausa, 60 segundos de horno, 35 centímetros de diámetro en las pizzas, un borde o 'cornicione' aireada de 1 a 2 centímetros y la recomendación de consumir la pizza apenas salida de horno.
Como explica Belardo, estos son factores que harán "que la pizza te caiga bien en la barriga y sea más digestiva, porque si ya ha fermentado antes, no fermentará dentro de ti". El gran éxito de la casa son las pizzas margarita –mozzarella, tomate, albahaca, aceite de oliva y parmesano, a 6,60 €!– pero siempre vale la pena pedir el especial del día: en mi caso, una espléndida pizza con tacos gruesos de jamón ibérico, deliciosa. Por cierto, el tiramisú de postre es buenísimo y enorme, a 3,90 €. La suya es una política de alta calidad y precios bajos, que no se aleja de la afirmación de que la pizza, además de buena, tiene que ser económica y popular.
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