
Las mejores pizzerías de Barcelona
Clásicas, nuevas, especialidades sin gluten... Una lista de las más deliciosas y económicas de la ciudad para que disfrutéis como si estuvierais en Italia
La pizza es la comida popular de origen italiano, pero está presente en todo el mundo, un hito por excelencia de la cocina internacional: encontraréis buenas pizzerías de Hong-Kong a Lisboa. En Barcelona, ciudad de italianos, la primera fue el Tropeziens, en 1971 (donde iban a menudo M. Ferrussola y Pujol). Desde entonces la receta al horno se ha esparcido por toda la ciudad, con variantes increíbles de pizza para todos los gustos y bolsillos. En nuestra ciudad convive la ortodoxia napolitana –la pizza conquistadora– con nuevas maneras de trabajar la masa. ¡Comámoslas todas y disfrutemos de un placer redondo que siempre apetece!
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Las más nuevas
Mucho
Es la pizzería de autor de Jordi Vilà, para quien la pizza es una patria común. En 2008 abrió el restaurante italiano y bicéfalo Dopo / Saltimbocca, precedente del pequeño movimiento de chefs de alta cocina que hacen pizza selecta. Aquí encontrarás ortodoxia y precios populares pero también reinterpretaciones con sello propio.
Da Michele
Da Michele no es una pizzería más. Es el colmo de la pizzería. La familia Condarro inició la larga tradición en Nápoles, donde los descendientes del señor Salvatore mantuvieron el arte de la pizza siguiendo los secretos en la elaboración de la masa y la cocción.
Can Pizza Sagrada Família
Can Pizza es la cuarta sucursal de pizza italiana de alta calidad que han abierto los hermanos Colombo y su socio, Isaac Aliaga. Aunque la relacionamos con la pizzería gourmet Frankie Gallo, la masa es diferente. Como dice el 'pizzaiolo' romano Lolo Zozza: "La de Can Pizza es más fácil de entender".
NAP
El nombre es un acrónimo que responde a las siglas de Neapolitan Authentic Pizza, con la intención de "trasladar aquí la pizza napolitana con los precios de allí". Han seguido obsesivamente los requisitos de la DO -horno de leña, tiempo de cocción, harina y tomate italiano- y el resultado es una pizza superlativa y barata.
Sartoria Panatieri
El nombre es una referencia a la sastrería artesanal. Se hacen ellos mismos todos los embutidos y el mascarpone del tiramisú; la mozzarella está en pruebas. Todos los demás productos son de proximidad, de pequeños productores locales. Por eso la carta es corta: controlan cada detalle.
Madre Lievito
Os sorprenderá la rapidez con la que estos napolitanos os la sirven. El secreto es la masa madre casera y las harinas ecológicas. El horno de leña actúa casi a 500º C durante apenas un minuto. El resultado es una pizza napolitana de borde grueso pero fina, como en Italia: tirada de precio y muy buena.
Piazza Grande
Impecables pizzas de masa fina y con ingredientes de primera calidad. Local muy apto para ir con niños: disfrutarán de la pizza de 'prosciutto cotto'. Los padres pueden decantarse por una pizza clásica y, de postre, tiramisú.
Frankie Gallo Cha Cha Cha
Otra aventura gastro de los hermanos Colombo. Pizzas de harina ecológica y masa madre, que pueden ser clásicas (base de tomate y mozzarella), rojas (base de tomate) o blancas (base de mozarella). También sirven unos entrantes que son un preámbulo a la entrada de Pavarotti.
Parking Pizza/Pita
Parece una cafetería de especialidad, pero es una pizzería equipada con horno de leña y cocina a la vista. Los sabores son frescos, llenos de hierbas mediterráneas, y las recetas pueden ser sencillas o rozar el lujo.
La Balmesina
Aquí encontraréis tres masas: la clásica, fina y crujiente; una de espelta integral, y la Pala, rectangular. El alveolado crujiente y la delicadeza de las recetas las convierten en casi etéreas (¡pero muy sabrosas!)

Traficantes de Harina
Flax & Kale Passatge
El tercer Flax & Kale es monumental: 600 m² que abrazan el pasaje de las Manufacturas, divididos en dos aposentos. Son la vanguardia del tema 'healthy' en nuestra casa, pero el epicentro aquí es un horno donde buscan "el futuro saludable de la pizza napolitana", explica la Mar Barri. Fueron a hacer un curso en Nápoles, e hicieron investigación para encontrar una masa elástica, de textura placentera y que se elevara, pero sin fermentación en el estómago (lo han conseguido combinando harinas integrales y el 'psyllium', la cáscara de la semilla del 'plantago'). Dicho así no suena muy atractivo, pero es excelente: además de una textura que evita el gusto del trigo, descubriréis matices de sabores de cereales poco habituales. Sorprendente.
La Sedici
La pizza es comida popular y de calle, y las pizzitas de La Sedici apelan a este carácter. La Michela Cocco ha exportado en Barcelona esta especialidad que podéis encontrar en los hornos de los Abruzos, que no tiene nada que ver con las 'cutradas' que te encuentras en las fiestas infantiles con el nombre de minipizza. Son tentaciones deliciosas y esponjosas, con una masa digerible y productos italianos con DO.
La Come Dia
La buena calidad del servicio honra al espíritu de la pizzería como lugar de comida popular: este colorido y amplio local del Poble-sec, alejado de la decadencia de Blai, ofrece clásicos de la cocina italiana bien ejecutados y a precios 'low cost'. Su menú de mediodía es un buen ejemplo; minicalzone, ensalada caprese –con mozzarella fresca–, una pizza de masa fina a escoger de la carta, muy grande y ligera y un cannolo (los demencialmente buenos postres de 'El padrino') más bebida: 9 euros (también puedes hacer bebida, pizza y café por 7). Al mismo tiempo que hacen la masa de la pizza hornean su propio pan y los postres (cannolo, mascarpone y tiramisú) son caseros. No os perdáis su rinconcito para tomar el café con butacas de cine.
Solo Pizza
Nonna Maria
La pizza es italiana, sí, pero no hace falta que sea hermética: en Nonna Maria manda una japonesa (Rye Yasui) y un francés (Jérôme Quilbeuf). Claro que ella fue jefa de sala de Ruscalleda, y Quilbeuf es el jefe de cocina de Sant Pau. "La gente se espera quién sabe qué y se encuentran un local de barrio", ríe Yasui. Ahora bien, han conseguido una pizza fermentada durante 48 horas, de masa compacta y ligera de la cual te comerías hasta la sombra. Aparte de las recetas clásicas, tienen un apartado de invenciones propias: la Jérôme (burrata fresca, tomates cherry, pesto y salami picante) es un delirio de producto, frescura y sabor. Y sí, hay punto de encuentro de pizza y 'okonomiyaki'.
Clásicos que siempre salen redondos
Murivecchi
En un panorama superpoblado de oferta, ellos abrieron en 2004 y han mantenido el estandarte de una pizza napolitana que nunca ha bajado de calidad. Sus antipasti son muy fiables –probad la 'parmigiana di melanzane'!–, y si sois de vida y grasa, tenéis que descubrir la pizza frita.
Princesa, 59 (Born).
Piazza Grande
Y si queréis una buena pizza fina y de producto bueno y generoso, este es vuestro restaurante. Con poca levadura, caen bien a la barriga y rompen el tópico de que para hacer una buena pizza necesitas un horno de leña. El suyo es eléctrico, y Messi y Beppe Grillo, que fueron a comer y salen en la foto, no se han quejado.
Plaza de Julio González, 10 (Poblenou).
La Briciola
Tened siempre en cuenta el local del calabrés Pino Prestanizzi y de Patricio Sodano, napolitano. Lo abrieron en 1989, "cuando sólo había una pizzería en la ciudad". Son buenas en extremo, pero también se enorgullecen de una carta de 'antipasti' y platos principales muy completa y seria.
Olzinelles, 19 (Sants).
Tress i No Res
Si parlem de pizza creativa, cal parlar de Tress i no Ress. La seva creativitat és rústica, però efectiva, molt propera a l'ortodòxia catalana. Potser els fonamentalistes de la massa rebutjaran aquest entranyable cau com a pizzeria: són porcions de pizzes estil Chicago –massa esponjosa, d'uns tres centímetres d'altura– que van equipades amb cobertures sorprenents: d'api i foie gras, de botifarra negra, de samfaina de verdures, de vedella rostida... Delicioses és dir poc. Tres porcions són un sopar de campions i que embafa molt poc, per la seva flonjor.
Sports Italian Bar
Capítulo "un italiano me ha dicho que ...". Un amigo me comentó que conoce un genovés que le dijo que "las mejores pizzas de Barcelona las hacen en el Sports Italian Bar". Había que comprobarlo, porque es el típico lugar donde no pondríamos nunca los pies: un bar destartalado y minúsculo en el epicentro del desbarajuste guiri, pantalla gigante y fotos del Barça de tamaño mural. Pero es cierto que las pizzas son muy buenas y baratas: disponen de horno de leña y le llevan a la mesa una pizza al estilo napolitano excelente. Con todos los tópicos: si su acompañante le convence, el camarero le declarará amor eterno. Al mediodía, menú a 8,95 euros con cualquier pizza, tiramisú y (buen) café.
La Perla Nera
Estamos en el kilómetro cero de la pizza en Barcelona. Ya debe hacer casi 30 años que La Perla Nera dispensa pizzas en Via Laietana. Y aunque haya sufrido la avalancha de turistas, este restaurante de dimensiones hercúleas ha resistido el inevitable punto de degradación de las zonas masificadas. Podemos comer unas pizzas finas, bien tostaditas y crujientes, con una materia prima muy digna. Mi favorita es la de salmón flameado y gambas. Cámara de comercio italiana.
Il Commendatore
Abierto desde 1974, ofrece pizzas variadas y de buena calidad, igual que el resto de platos de su carta. La decoración, con commendatore incluido forma parte de su encanto.
¡Sin gluten!
Il Piccolo Focone
Aparte de las pizzas de nueva tendencia saludable del Flax & Kale, ya hace un montón de años que dos locales se dedican a la pizza sin gluten: un número muy bajo, por la dificultad de infraestructura que requiere evitar la contaminación cruzada con todas las garantías. En Il Piccolo Focone (Dos de Maig, 268) disponen de una carta que replica la de pizzas estándar con un aumento nimio de precio, gracias a una masa de harina de maíz, alforfón y fécula de patata que es buena, ligera y digestiva, muy cercana a la romana.
Messié Sin Gluten
En Messié Sin Gluten (Siracusa, 15) han optado por una masa de harinas de maíz, arroz y tapioca, y el resultado también es óptimo: recuerda a la base de una quiche y el chef le pone imaginación con recetas de temporada de lo más acertadas.
Fuera de Barcelona
El Cap de la Vila
Modera tu chovinismo pizzero, barcelonés: tienes que saber que en Sitges todavía funciona –con éxito de crítica y público– la primera pizzería que abrió en España, en 1966. En El Cap de la Vila, punto de reunión popular, encontraréis pizzas y pasta que desafían el italiano más orgulloso.
Cap de la Vila, 1 (Sitges).
La Locanda
Buscar un restaurante con cara y ojos (italiano o de cualquier otro tipo) en la marina delirante y kitsch que es Empuriabrava, da miedo. Ahora bien, podéis confiar en este restaurante italiano en medio de la apocalipsis chancleta; buenas pizzas y platos caseros: ¡calamares a la romana de verdad!
Joan Carles I, 6 (Empuriabrava).
Can Pizza
Los gemelos Colombo, los del Xemei, tienen una pizzería con todas las de la ley en El Prat: Can Pizza. Y han optado por la alta calidad a precios contenidos (el producto aristocrático queda para Can Cisa y el Xemei).En un antiguo almacén reconvertido en patio pizzero, encontraréis quince recetas clásicas, crujientes, finas y tostadas. Salta a la boca el cuidado puesto en la masa y la fermentación, y a la vista la generosidad de círculos donde el scamorza, el speck o la burrata no dejan ver el rojo del tomate. Y también una buena elección de 'antipasti' donde se nota la sabiduría del conocimiento del producto.