Viernes: el Born y la Barceloneta
Empezamos en la zona del Born. No perdáis la oportunidad de visitar el Born Centre Cultural, una imponente estructura de hierro y cristal construida en 1876 y que fue el mercado central de la ciudad. Ahora tiene una librería y una zona gastronómica y, principalmente, acoge exposiciones y restos arqueológicos de la Barcelona del siglo XVIII. Desde allí podéis ir hasta la preciosa iglesia de Santa Maria del Mar, un espacio de tranquilidad, no sólo espiritual. Justo al lado se encuentra el Fossar de les Moreres, una plaza que podría pasar desapercibida, pero que tiene un gran valor para los barceloneses, y que fue construida sobre un cementerio donde se le dio sepultura a quienes murieron luchando por la defensa de la ciudad durante el Asedio de Barcelona de 1714. Su elemento primordial es un pebetero con una llama que no se apaga nunca, en memoria de los caídos.
Disfrutar del aire libre, ver arte e ir de compras
Si el paseo os has dejado un poco cansados, podéis descansar en alguna de las plazas menos conocidas del Born, como Sant Pere de les Puel·les o Sant Agustí Vell. Atentos porque os las podéis saltar sin querer, y sería una verdadera pena. Si lo que buscáis, sin embargo, son grandes obras de arte, estáis de suerte, ya que os encontráis en las calles cercanas al Museu Picasso, que acoge obras de los años de formación del joven Picasso que sucedieron bastante cerca, en la escuela de arte La Llotja.
Si cuando viajáis también le dedicáis tiempo a las compras, el Born está lleno de tiendas donde podréis encontrar zapatos de diseño u objetos diferentes para regalar. Algunos ejemplos son Ivori, una tienda exquisita con diseños locales, On land, con piezas para hombre y mujer, o Studiostore, que ofrece de todo, desde ropa o gafas a fundas de cojines muy originales.
Siguiendo vuestro camino llegaréis hasta el Parc de la Ciutadella, lugar ideal para respirar aire fresco y hacerse una idea de cómo los barceloneses utilizan este gran espacio verde: practicar deporte, hacer un picnic, jugar, escuchar música o relajarse leyendo un buen libro junto al lago.
Para comer y beber
A la hora de llenar el estómago, también tenemos algunas propuestas. Para la cena, probad las tapas asiáticas del Mosquito, pero también es una buena opción comer los productos frescos que salen directamente de los mercados de la ciudad, como el Mercat de Santa Caterina, con su preciosa y colorida cubierta, o el Mercat Princesa, ideal si no queréis limitar vuestra elección a la oferta de un único restaurante, sino que aquí tenéis un buffet con 16 propuestas.
A la hora de tomar una copa, el Collage o el Coppelia son dos caballos ganadores. Si, por el contrario, preferís acabar vuestra primera noche en la ciudad con un buen vino, probad algunos bares de vinos como La Vinya del Senyor, también cerca de Santa Maria del Mar, o Disset 17 Graus, menos conocido.
Pero si tenéis energía suficiente para seguir caminando tras dejar el Parc de la Ciutadella, seguid hasta el Passeig Joan de Borbó, lleno de restaurantes más frecuentados por turistas que por público local, o deambulad por las callejuelas del barrio de la Barceloneta para llegar hasta el mar. Si ya se os ha hecho la hora de la cenar, hay un montón de restaurantes, la mayoría de ellos especializados en pescado, arroces y marisco, debido a su proximidad con el mar y con productos de primerísima calidad. Algunos no son baratos, pero valen la pena. Probad en Can Solé, La Mar Salada o El Suquet de l'Almirall. Si vuestro presupuesto es un poco más limitado, no importa, en Santa Marta tenéis una terraza enorme y una carta con platos deliciosos, frescos y en un ambiente relajado. Para rematar la noche, podéis tomaros una copa en el Absenta o, de mayor categoría, en el Zahara Cocktail Club o en el Café de los Angelitos.