Las Islas Baleares en Barcelona

La crónica podría comenzar con el gastado: "Había una vez ...". Porque Francisco, bioquímico, y su compañera Elena, química, comenzaron su vida en común con las fórmulas químicas. Y pusieron en pie más que una probeta: un lugar sencillo pero encantador, de buena cocina sin pretensiones. "Un poco de todo... de lo más bueno" es su filosofía.

Este establecimiento lleva la reivindicación de los orígenes hasta tal punto que el hilo musical lo aporta IB-3. Probad la equivocada, con cabello de ángel y sobrasada, y la de albaricoque, una fiesta dulce y ácida. “Es nuestro sello y nuestro orgullo”, confiesan de su ensaimada, que fermenta veinte horas y contiene nata, crema, trufa o sobrasada. Entre semana hay que encargarlas; los festivos, no es necesario.

El Espai Mallorca, encabezado por la asociación Crits i Renou, reabre nueva sede en el Raval. Pronto en la librería encontraréis el catálogo más completo de libros y productos de las islas, y a partir de septiembre retomarán los recitales y las actividades culturales diversas.

Tienda, cafetería y restaurante (con un menú muy recomendable) que se dedica a promover la isla y sus productos.

Ya les digo yo que la joya de la corona de las cercanías de la plaza Eivissa no la tienen en ningún bar, sino que está en L’Eivissenca, la heladería. Y no es por los helados, que son buenísimos, ni por la horchata, sino por los granizados de pomada (gin xoriguer y limonada). ¡La magdalena de Proust! Y un motivo contundente para volver a Horta.

Los amigos del Red Rocket Bar también han puesto barra de pintxos en Blai: Es Xibiu se beneficia del origen mallorquín de la dueña, Bel, y a parte de una selección de montaditos de relación calidad-precio inmejorable y plato del día, encontraremos especialidades como el palo con sifón. Cuidado, los sábados al mediodía hay vermut musical con los mejores DJ de rock’n’soul de la escena estatal.

Una de las pocas terrazas en la playa. Excelentes pescados, arroces-especialmente con bogavante- y 'tataki' bien hecho por el chef ibicenco Jordi. Es el de bogavante el clásico de la casa: su secreto es el cangrejo que refuerza el sabor de mar del caldo, y una picada con un toque de anís, el truco ibicenco. La paellas de pescado, mixtas y negras también tienen mucho tirón.

Dulces, redondas y blanditas, con un toque de azúcar glacé. Tienen su origen en Baleares, y en Barcelona son un clásico de los almuerzos y meriendas más golosos. Pero demasiado a menudo no cumplen las expectativas. Por eso hemos recorrido la ciudad en busca y captura de la ensaimada perfecta. Y la hemos encontrado. No le damos más vueltas: ¡aquí tenéis las 10 mejores espirales de la ciudad!